Esas palabras lanzadas por la ginecóloga y su semblante preocupado nos hizo mirarnos con preocupación, en mi mente se cruzaron frases de peligro, como si algo malo les pasara amis hijos, en seguida indague con premura.
—¿Qué pasa doctora?, por favor, no nos oculte nada
De la nada soltó una carcajada para decir
—Ustedes dos son los padres más afortunados del mundo, jajajaja
Alessandro y yo nos observamos muy extrañados de sus palabras, hasta que con su semblante risueño hablo
—¡Son tres!, dos varoncitos y una mujercita
El grito de Alessandro me paralizó
—¡Qué dijo?, ¡tres!, son, ¿trillizos?
Se fue a mirar el monitor, con su dedo señalaba todo, entrecerraba sus ojos sin dejar de observar esa pantalla, hasta que la ginecóloga se acercó para irle mostrando a los tres, y vi que mi esposo se sentó en el suelo a sollozar diciendo entrecortando sus palabras.
—¡Tres!, s.s.son, t.t.tres, ten... go, tres hi... jos
Me miró y esbozo una gran sonrisa mientras se levantaba para venir hacia mi alegre diciendo
—Mi amor, tenemos tres hijos, ¿te das cuenta?, somos padres de tres, jajajajaja, mi Dios, nos bendijo con tres hijos
Sonreí de felicidad y más al verlo tan contento, abrazó con fuerza a la doctora alzándola en vilo, la enfermera salió corriendo antes de que la agarre, me reí como nunca, Alessandro estaba como loquito lleno de felicidad, soltó a la doctora para ahora venir a abrazarme ami y susurrarme al oído.
—Esto es la recompensa de tantas noches locas, mi amor, te amo
Me miró para besarme, ese beso lleno de amor cuando sentí que me limpiaban el vientre, un carraspeo de garganta nos hizo dejar de besarnos, pues la doctora deseaba terminar de limpiarme y Alessandro le estorbaba, nos volvió a felicitar y nosotros nos despedimos para regresar a casa.
En el auto Alessandro sonreía, resoplaba a cada momento hasta que soltó lo que llevaba guardado
—Kiara, mi amor, ¡Quiero gritarlo a los cuatro vientos!, pero...
Me miraba un poco angustiado, yo estaba extrañada sin saber por qué actuaba así, hasta que lo dijo
—No hay nadie a quien decírselo, carajo, todos están de viaje, hasta a mi mamá se le metió a idea de irse con esas dos locas de viaje
Escucharlo me causo gracia, estaba tan alegre que deseaba sacarlo de su sistema, sin embargo, no podía, le pedí irnos al parque central e internamos un poco para tener más soledad y tener mas privacidad, cuando nos sentamos debajo de un árbol, recosté mi cabeza en su pecho y Alessandro me abrazaba hasta que posó sus manos en mi vientre para mencionar
—Aquí están mis niños, mi amor, nuestros hijos, estoy tan feliz, Dios nos bendijo con tres hijos, nunca lo creí posible, pero... ¡Aquí están!, creciendo y esperando para salir y darnos la alegría de conocerlos, de... tenerlos en nuestros brazos
Más lo apreté contra mí, sentir su corazón, latir de felicidad, de amor, comenzó a acariciarme los cabellos y a susurrarme.
—¡Te amo!, ya eres mi esposa, algo que había anhelado por mucho tiempo
Le respondí melosamente
—Yo también mi amor, te tengo a mi lado por fin, soy muy feliz contigo y con nuestros hijos que vienen en camino
Entonces replicó
—¡Espera un momento!, Kiara, mi amor, creo que desde ahora debes cuidarte mucho más de hacer movimientos bruscos, ya no debes buscar esos juguetitos para tu papá
ESTÁS LEYENDO
LOS FETICHES DE MI PADRE
RomanceKiara promete a su padre cumplirle los caprichos más banales que se le ocurran, lo que no imaginaba era que le iba a pedir toda clase de juguetes sexuales, personajes para cumplir sus raros fetiches sexuales y todo por pendeja y abrir su bocota