CAPITULO 133

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NARRA DANKO

Estaba observando la felicidad de Dalila tocando sus antiguas cosas, recordándolo todo, encontró su violín Stradivarius, aquel que Kiara usaba en sus clases de violín, ella lo adoraba porque sabía que era el favorito de su madre, el otro que le había comprado rara vez lo usaba, estaba tan ensimismado escuchándola entonarlo que no me percate de la presencia de mi hija hasta que la escuché indagar lo que pasaba y de quién era la persona que estaba tocando su instrumento musical favorito

Sabía que no la recordaba, pues apenas tenía 5 años cuando supimos de la muerte de Dalila, supero su dolor al igual que yo, sin embargo, esto yo quería que sucediera poco a poco, deseaba decírselo, yo primeramente, irla preparando, pero a veces las cosas no salen como uno las planea y aquí estoy, mirando a mi hija parada al lado de Alexander y a Dalila con sus ojos cerrados inspirada en el sonido de su melodía que estaba tocando

Kiara se acercó a mí sin dejar de mirarla, sus ojos se clavaron en escanear a la mujer que estaba entonando su violín, cuando reparo en el cuadro que estaba en la pared encima del piano y su rostro palideció, se llevó ambas manos al rostro, me miro con asombro y pregunto

—Papá, ¿ella es... es?, Dios mío, no puede ser, no puede ser ella, está muerta

La abracé antes de que colapsara y solo le hable

—Mi amor, no estás equivocada, ella es... Dalila, tu madre

Dalila justo terminó la melodía y dejo el violín encima del piano, sin mirar a nadie, se sentó en el banquillo del piano y comenzó a tocarlo, verla tan concentrada y feliz haciéndolo me lleno de paz, una paz que no sentía hace mucho, sin embargo, Kiara se zafó de mis brazos y camino hasta ella, la observaba tocar, sonreía muy sutil, note unas sendas lágrimas bajar por sus mejillas, Dalila, en cambio, sonreía mientras sus manos recorrían las teclas del piano

Una voz masculina se escuchó preguntando

—¿Quién está tocando el piano?, ¿Quién es ella?

Alexander hizo a un lado a Alessandro y algo le decía, veía a mi yerno abrir los ojos y su boca haciendo una gran "O" a medida que escuchaba lo que le relataba su padre, al final su sonrisa me hizo sentir aliviado, porque solo se quedó allí plantado mirándolo todo, yo solo esperaba que Dalila terminara de tocar para ver que sucedía en cuanto notara a su hija que estaba a su lado, cuando terminó la melodía abrió sus ojos sonriendo, miro a un lado y se miraron ambas, entonces Dalila le pregunto

—¿Quién eres tú? Te me haces algo familiar

Kiara sin dejar de sonreír, saco una carterita que siempre la llevaba consigo, saco una foto y recordé que no dejaba nunca una foto que se tomó con Dalila en el zoológico, sin decir palabra alguna, se la dio en las manos, Dalila la tomó la observaba detenidamente y a momentos miraba a Kiara, hasta que indago

—Esta niña, ¿eres tú?, o sea que...

Kiara la interrumpió risueña y soltó

—Esa niña soy yo, soy Kiara, tu hija, tú eres mi mamá Dalila

No hablaba, no exclamaba nada, solo se levantó del banquillo, retrocedió dos pasos, me miro y yo le asentí con mi cabeza, volvió a mirarla y exclamo

—¡Dios mío!, eres... mi hija, es... es cierto, tienes los mismos ojos que Danko, eres mi hija

La abrazo y Kiara también, allí estaban ambas sollozando, yo me uní a ese abrazo mencionando

—Kiara mi amor, después te explicamos lo que sucedió, por ahora solo disfruta este momento, tu mamá ha regresado a nuestras vidas

Escucharlas, sollozar de felicidad, me lleno el corazón de amor, Kiara a cada momento suspiraba y exclamaba "mamá", hasta que ambas se separaron y Dalila le recalco

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora