CAPITULO 121

65 5 0
                                    


SIGUE NARRANDO KIARA

Llegó el momento que tanto deseaba, el turno de Nicolay para cuidarme, Danko lo acompaño hasta dejarlo junto a mí, se despidieron con un gran beso, después me regalo un ósculo en mi frente y salió cerrando la puerta de la habitación. Nicolay se sentó a mi lado, me miro y sus ojos ya estaban acuosos, le estiré mis brazos para brindarle mi apoyo, entonces puso su cabeza en mi pecho para llorar.

Su llanto me dolía en el alma, porque sabía muy bien de que no lloraba por Él, lloraba por amor a su esposo, por mi hermano Danko, sus palabras llenas de dolor las escuchaba.

—Kiara, ¡no quiero moriiirme!, ¡tengo miedo!

Acariciaba su cabeza, ya estaba desmejorado, había bajado mucho de peso, estuvo quince minutos más o menos, después saco un pañuelo para secarse las lágrimas y más tarde sorber la nariz, menciono unas palabras.

—Hable con Nicolás, ya me dijo que... que está enamorado de Danko, eso me alegra, pero, por otra parte, Kiara... me muero de celos, Nicolás va a poder disfrutar con Danko el resto de sus días, ¿y yo?, ¡por qué la vida me castiga con este dolor!, con esta maldita enfermedad, no es solo este dolor físico que me atormenta, es... es que mi corazón está hecho mierda, mi alma hecha pedazos, ¡Amo a Danko! Y no puedo ser feliz con Él, ¿por qué?, porque tengo que sufrir tanto

Comenzó a caminar deambulando por toda la habitación hablando, quejándose

—¡Maldito cáncer!, yo... yo ya había prometido cambiar mi manera de ser, ya estaba haciendo ese esfuerzo, ¿y para qué?, ¡para nada!, Kiara, ¿este es mi premio, por cambiar?, ¿este es lo que me gané por tratar de ser amable con todos?

Se paró frente a mi cama, mirarme a los ojos y muy acongojado para acotar

—Sabes que a veces pienso que hubiese sido mejor, que tu padre no me hubiese salvado esa vez que trate de matarme, ¡no estaría sufriendo ahora!

Casi grito para replicar mientras agitaba sus manos

—¡Maldita sea!, amo a Danko, de verdad, no quiero que nadie lo toque, no quiero que nadie tenga su amor, Él es mío, ¿te das cuenta Kiara?, ¡Danko es mío!, es mi esposo, mi esposo y... ¡Lo voy a perder!, nunca más podré sentirlo, besarlo, acariciarlo, solo seré un maldito recuerdo en su memoria

Intervine para apaciguar su amargura y dolor

—Nicolay, tú sabes muy bien que Danko te ama, nunca te olvidará, siempre te tendrá en su corazón y en su mente, aun cuando vuelva a amar, de eso debes estar bien seguro

Como estaba cerca de la cama tome una de sus manos para hacerlo sentarse en la cama y casi exigir

—Lo que tú debes hacer de ahora en adelante es... demostrarle tu amor, hacer que nunca te olvide, disfrutar de su amor, aprovechar cada minuto de tu vida Nicolay, ser feliz con tus hijos, con tu esposo, ¿te has fijado en que Nicolás permanece alejado de Danko?, Él lo hace por ti, porque te aprecia y sabe lo que tú sientes por tu esposo, así que desde hoy disfruta con mi hermano, disfruta hasta el último aliento de tu vida

Lo abracé muy fuerte para recalcar risueña y cariñosa

—Ven acá, te quiero mucho y tú lo sabes

Allí se quedó abrazado de mí, después comenzó a reírse, se acostó a mi lado para musitar

—¡Tienes mucha razón Kiara!, debo ser feliz hasta el último, no voy a sufrir, no, eso no, quiero verlo, sonreír, besarlo, amarlo, hacerlo feliz, gracias, Kiara, gracias por hacerme entender

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora