CAPITULO 80

188 9 0
                                    


Creí que estaba soñando cuando sentía que me movían, abrí mis ojos muy despacio pues el sueño aún me llenaba cuando me percaté me estaban cargando escaleras arriba, solo me deje llevar hasta que me colocaron en una cama, todo estaba bien hasta que sentí unos labios en mi boca

Me llegó un aroma que no conocía, eso hizo que abriera mis ojos y vi un rostro conocido, era Nicolay el novio de mi hijo, ni siquiera supe en qué momento llegaron a casa, observé que tenia su rostro casi encima del mío y estaba relamiéndose los labios y susurró

—Danko, oh Danko, te deseo, quiero ser tuyo

Le respondí muy seguro

—Eres el novio de mi hijo, regresa con Él, no debiste subirme, estaba con mis novios allá abajo

Se me montó encima jadeante y deseoso

—¡Hazme tuyo! Nada te detiene, te deseo desde que te conocí, tienes un cuerpo que me atrae, que me enloquece, te pareces a tu hijo, deseo que me montes y me hagas gritar tu nombre

A pesar de que estaba somnoliento lo empujé, haciendo que cayera de mi cama, le acoté

—No me jodas Nicolay, eres el prometido de mi hijo, te pidió matrimonio, no seas idiota, por un deseo loco vas a perder a tu futuro esposo, loco de mierda, ¡lárgate de aquí!

Me levanté a duras penas de mi cama, sin embargo, Nicolay nuevamente se me abalanzó encima deseoso y con sus manos acariciándome

—Por favor, todos duermen, nadie se dará cuenta, yo no diré nada, además tienes muchos amantes, quiero ser uno de ellos

Lo observe sin querer creerlo, pero no estaba dispuesto a cometer el mismo error de antes, Kiara sufrió por mi culpa y ahora no voy a cometer la misma estupides de aquella vez, así que volví a empujarlo exclamando ya enojado

—Ya dije que no, Nicolay regresa a la cama con mi hijo

Sin embargo se aprovechó de mi letargo y me agarro el rostro para besarme, me metio su lengua con desesperación, me besaba como si fuera la última gota de agua en el desierto, pero yo no sentía deseo ni nada por Él, lo que sentía en ese preciso momento era miedo, miedo de que mi hijo nos viera y creyera lo peor de mí

Lo aparte de mi reclamando

—¡Basta ya, Nicolay! Estás muy borracho y eso te está orillando a cometer locuras

Pero el muy hijo de puta seguía con sus pedidos lujuriosos, yo no estaba dispuesto ya a seguir soportando, abrí la puerta y le ordené furioso

—¡Lárgate Nicolay! Regresa con Danko y olvidaré lo que viniste a hacer conmigo, ya te dije que no deseo tener nada contigo, tú eres el prometido de mi hijo

Una dulce voz se escucho que preguntaba

—Papá ¿qué esta sucediendo? Hasta mi habitación se escuha lo que estas hablando, ¿acaso es lo que estoy pensando? ¿está pidiéndote algo?

Contesté un poco cansado

—Solo es una equivocación de Nicolay hija, creo que... se equivocó de habitación

Nicolay me observó a los ojos y me susurró

—Yo sé lo que hiciste con el señor Alexander y si no me follas, lo diré a todos y ya verás lo que sucede

Esa amenaza me agarró de los huevos, creí que no hubo testigos de mi pasión con Alexander, sin embargo, lo miré a sus ojos diciendo en voz baja

—¡Nadie va a creerte! Ni siquiera mi hija que está aquí

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora