Alessandro y yo regresamos a nuestra habitación, noté que Él siguió de largo hasta sentarse en la cama y la palmeó todo risueño, yo seguí caminando mientras observaba su rostro que cada vez denotaba una inmensa felicidad, llegué hasta su lado y me senté en la cama sin dejar de mirarlo cuando me abrazó para mencionarme cariñoso y como un susurro en mi oído
—Te amo, quiero comerte esta noche, quiero ser tu león hambriento y tú mi presa deliciosa, mmmm
Carajo que eso me calentó, mi sangre comenzó a hervir al sentir su aliento en mi piel, su lengua se deslizó por mi cuello lentamente haciendo que mi piel se erizara del deseo, muy despacio subía y bajaba esa deliciosa lengua hasta que se movió, tomo mi rostro para unir sus labios con los míos y yo le retribuí ese candente beso, abrí mucho más mi boca para que su lengua ingresara y jugueteara con la mía allí dentro, gemíamos cuando nos besábamos, nuestras manos acariciaban nuestros cuerpos, de a poco sin quitar esa sonrisa tan sensual que tiene Alessandro, me despojaba de mi blusa, de mi brasier, dejando mis pechos a su disposición y ni corto ni perezoso se adueñó de uno de ellos para pasarle la lengua alrededor y después chuparlo con cuidado, después se pasó al otro y lamer mi pezón para después chuparlo como al otro y yo allí sintiendo todo con inmenso placer
Cuando dejó de hacerlo, se levantó me dio su mano para ayudarme a levantarme de la cama y volver a besarme, mientras sus manos aprovechaban sacándome mi pantalón y bajarme mi braga que yo inocentemente ayude a sacármela y yo no me quedé atrás le quite el cinturón y le baje sus pantalones mientras caían yo bajaba su bóxer, quedando a la altura de mis ojos su esplendorosa delicia, que tome en mis manos para saborearla
Escuchar sus gemidos me encienden cada vez más, sentía fuego entre mis piernas, sin embargo, seguía dándole placer mientras observaba sus expresiones de lujuria, verlo remorderse sus labios, me llenaba de una satisfacción inmediata, seguí mucho más rápido porque deseaba sentir su sabor en mi boca, acariciaba sus bolas con mis manos hasta que escuché su fuerte gemido y su voz temblorosa
—Yaaaa mi amor, es... tá deliciooosoooo, eres una maestra mi a... mor
No deje nada a la vista, solo lo observaba mientras Él me miraba como relamía mis labios quitando con mi lengua todo rastro de su néctar y sonreírle en forma pícara, me levanté para acostarme en la cama boca arriba ante su mirada felina, deseosa, hambrienta, se montó encima de mi cuerpo para tomar de mis manos, hacerlas hacia atrás y besarme primero, gemía haciendo "mmmm" y yo calentándome cada vez más, ya quería que apagara las brasas que me ardían en mi entrepierna
Pero Alessandro sonriente me soltó mis manos y recitó
—Quiero hacerte lo mismo, mi amor, quiero saborearte, lamerte, no dejarte nada en tu volcán oscuro, pero que amo y deseo, mmmm
Sus cálidos besos fueron bajando cada vez más hasta que se frenó en el monte de venus, sus lengüetazos me hacían sobresaltar de placer, siguió bajando hasta que llego al sitio que yo tanto ansiaba que devorara, sus ansias de probarme, de comerme las satisfizo a sus anchas, me comía mientras yo disfrutaba como loca, hasta que ya no me aguanté más, solté todo hasta me tapé con la almohada el grito de placer que lancé, solo sentí que un chorro salió de allí dentro y el "mmmm, qué rico" proveniente de la voz de Alessandro
Yo respiraba muy rápido, ese delicioso orgasmo fue fatal para mí, mi corazón parecía una gacela escapando de algún depredador, mi ángel andante se incorporó para observarme jadear por aire y se acercó a mi rostro mientras sonreía relamiéndose los labios y musitó
—¡Deliciosa!, benditamente deliciosa
Me besó con pasión, con deseo, ni me importo sentir mi sabor solo quería sentirlo, y por estar disfrutando semejante beso no me di cuenta en que estaba posicionado entre mis piernas, si no hasta que sentí que entró en mí de una sola estocada, moviéndose casi al mismo tiempo embistiéndome con fuerza, dejo de besarme para sostenerse con sus brazos, ambos gemíamos con fuerza, con mis uñas dejaba huellas de la presión que hacía en su piel
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LOS FETICHES DE MI PADRE
RomanceKiara promete a su padre cumplirle los caprichos más banales que se le ocurran, lo que no imaginaba era que le iba a pedir toda clase de juguetes sexuales, personajes para cumplir sus raros fetiches sexuales y todo por pendeja y abrir su bocota