CAPITULO 149

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En el momento en que la señora Alessa dijo esas palabras mientras se tocaba el vientre, un vaso se escuchó que se rompió y el señor Alexander corrió para acercarse a su esposa y peguntar temeroso

—Mi amor, ¿qué te pasa? ¿Te duele mucho?

Ella le contesto con pausas debido al dolor que estaba sintiendo

—N... No sé lo que su... cede, me... due... le mu...choooo

Todo el ambiente se puso tenso, entonces Serena hablo

—Alexander, llama a la doctora y tú Danko corre a encender el auto, nos vamos a la clínica, ¡aprisa!

Mi papá salió a toda prisa de la sala, hasta se olvidaron de todo, mi hermano con Nicolás dijeron que se quedarían en casa por si acaso alguna noticia de los niños. Alessandro me pidió que fuera al auto para esperarlo e ir también a la clínica, no quería que me apresurara por lo de mi embarazo, le pidió lo mismo a Serena, que Él y su padre llevarían a su madre a la clínica, con mucho cuidado

Serena me miro y yo le extendí la mano para que me acompañara, a regañadientes lo hizo, cuando se sentó atrás me menciono

—Ay Kiara, esto no me gusta, ese dolor es muy inusual, Alexander y tu esposo están muy preocupados, ¿viste sus caras cuando salimos?

La escuchaba, pero solo debíamos esperar a que la ginecóloga la revisara y que ella nos informe de lo que está sucediendo realmente, solo le exclame

—Debemos tranquilizarnos, Serena no te preocupes, estamos embarazadas, claro que queremos mucho a Alessa, sin embargo, nuestros hijos están en nuestro vientre, no podemos ponernos en riesgo

Serena me dio la razón, aunque la verdad por dentro me estaba muriendo de nervios por saber lo de la mamá de Alessandro. La subieron en el auto del señor Alexander y mi esposo vino a manejar el nuestro. Muy rápido se fueron ellos primero y los demás fuimos detrás de ellos. Al llegar ya esperaban unas enfermeras con la camilla, la acostaron y se la llevaron por el ascensor de pacientes, mientras los demás subíamos por el otro ascensor, allí dentro se escuchaba el respirar rápido del señor Alexander y mi papá lo abrazaba hablándole dándole fuerzas para que no se preocupe mucho, casi al llegar a piso en donde la llevaron el señor Alexander no aguantó más y se puso a llorar abrazando a mi papá mientras decía

—Danko, tengo miedo, yo... yo presiento al... go malo, ese dolor que tiene no me gus... ta, (casi grita) ¡No me gusta!

Mi papá le decía con voz suave

—Alexander, ten paciencia, esperemos a ver que dice la ginecóloga, ah y me dijo que también vino el cardiólogo

Serena, Alessandro y yo nos miramos y nos hicimos gestos al oír la palabra cardiólogo, sin embargo, mi esposo nos hizo señas de que no dijéramos nada. Las puertas del ascensor se abrieron y ambos salieron como en fuga, casi corrían, nosotros no podíamos hacer eso debido a nuestra condición, los seguimos y los encontramos hablando con un doctor que les dijo algo y los tres se fueron tras unas puertas grandes. Alessandro nos guio hasta la sala de espera, nos sentamos para esperar el regreso de nuestros padres

NARRA ALEXANDER

Cuando Alessa se quejó mi cuerpo se tensó, mi mente colapso, solté el vaso que se rompió al caer en el suelo y fui corriendo a verla, le pregunte lo que le pasaba, dijo que le dolía el vientre, eso hizo que mi preocupación aumentara, pero Serena nos calmó, entonces a Danko le pidió que hiciera algo, a mi otra cosa, a los demás también, nos organizó en ese momento de angustia, agradecí a Dios por esa actitud calmada de ella.

Danko manejo el auto mientras en la parte de atrás iba con mi esposa, se quejaba continuamente y me apretaba mi mano con fuerza, yo la abrazaba diciéndole palabras de aliento para que se calmara, sin embargo, por dentro, estaba asustado, realmente asustado porque sabía lo que tenía y más por ese dolor que sentía justamente en el vientre. Veía a Danko que nos observaba por el espejo retrovisor con angustia, yo quería que el tiempo volara para llegar a la clínica para que la ayuden con prontitud

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora