CAPITULO 175

18 1 0
                                    


NARRA DANKO

El doctor me llamó para anunciarme que Alexander ya despertó, y yo, grité con júbilo

—¡Por fin!, Dios mío, gracias

Salí de casa a toda prisa, tomé mi motocicleta para ir a la clínica, no cabía de la alegría de volverlo a ver, ya imaginaba su sonrisa, su mirada de amor que tanto me gusta. El viento pegaba en mi rostro, el tiempo pasaba y los edificios se hacían más conocidos en mi ruta, me anunciaban que estaba ya muy cerca de mi encuentro con Alexander. En un semáforo en rojo escuché que me llamaron. Al voltear mi cabeza noté un rostro conocido, era Robert en su patrulla

Me saludó sonriente y yo le grité con gran alegría

—Voy a la clínica, ya despertó Alexander

Robert me contestó

—¡Wow! Qué bien, más tarde voy para allá. Tengo que entregar la patrulla, después me cuentas cómo te fue

Le hice el gesto del pulgar arriba, al cambiar la luz a verde. Robert siguió de largo, mientras yo, viraba a la derecha para seguir mi camino hacia la clínica. Al llegar al estacionamiento me bajé a toda prisa para subir por el ascensor. Adentro iba con la esperanza de besar esos labios que me vuelven loco, de decirle que lo amo, de abrazarlo con fuerza para sentir que de nuevo está de vuelta conmigo. Inhalaba y exhalaba en forma continua, porque quería llegar junto a Él más calmado.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron salí cuál gacela para casi correr a la habitación donde estaba Alexander. Al llegar abrí la puerta y me fijé que estaba mi hija Kiara y Alessandro cerca de mi esposo, la felicidad me rodeaba al verlo ahí sentado despierto, simplemente hablé con voz fuerte nombrándolo

—¡Alexander!

Comencé a caminar y mi hija con su esposo se levantaron dándome espacio para que llegara hasta la cama donde estaba Alexander, me senté en la silla para decir todo emocionado

—Despertaste, mi amor, ya despertaste

Noté que Él simplemente me observaba como si yo fuese un extraño, entonces Kiara me susurró al oído que Alexander había perdido la memoria, eso me alarmó y pregunté al doctor: ¿Sí es que eso era cierto? El doctor me dijo que ya me lo había mencionado que podría suceder esto. Sin embargo, lleno de esperanza, tome las manos de Alexander para decirle que había estado angustiado de verlo ahí sin moverse, pero, nunca imaginé esa reacción de mi esposo.

Me gritó despreciándome, negándome a cada momento. Le dije que era mi esposo y fue peor su reacción. Decía que yo no era su esposo, que si tenía hijos era porque debe estar casado con una mujer. Quise decir algo, pero, no me dejo hablar, simplemente me grito pidiéndome que saliera, que me alejara de su presencia. Kiara me sacó de ahí dentro, casi me estaba empujando y me decía que debo entenderlo, que no me recuerda, que debo tener paciencia.

Sin embargo, yo estaba destrozado por la forma en que me trato, fue muy cruel conmigo, su rechazo me dolió en el alma, todas mis expectativas de verlo de nuevo se fueron al caño. No pude más y lloré del dolor que sentía; mi hija trataba de consolarme, de darme fuerzas. No se cuanto tiempo estuve en esa sala de espera, cuando vi a Alessa que venia hacia donde estábamos nosotros y se acercó para decir

—Danko, Kiara, ¿ya visitaron a Alexander? Porque Alessandro me llamó para avisarme que ya despertó

La escuché y antes de responderle Kiara se adelantó diciendo con serenidad

—Sí, señora Alessa, ya despertó, vaya a verlo, solamente que... perdió la memoria, no recordó a mi papá, lo trató muy feo. No se asuste si lo ve extraño, no recuerda nada ni a nadie

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora