CAPITULO 89

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Cuando escuche esa palabra salir de la boca del doctor, mi mundo se cayó a pedazos, no pude soportarlo, porque me levante para gritar

—¡Noooo!, no es posible, Nicolay no puede estar muerto, dígame doctor que se equivocó, por Dios, ¡Dígalo!

El doctor me observaba triste, algo iba a responderme, cuando salió una enfermera llamándolo

—Doctor García, el paciente movio un dedo, ¡Venga por favor!

Sin responderme nada y casi sin mirarme, regreso corriendo empujando esa gran puerta, el guardia se interpuso ante mi al verme acercarme, pero en ese momento yo estaba como loco, simplemente avancé a empujarlo e ingrese hacia adentro y me asomé a una ventana en donde se observaba el quirófano y atisbe al doctor que le auscultaba todo a Nicolay

Le ayudaron a cambiarse de guantes y procedió a hacer algo que casi no podía ver, solo mucha sangre salir de una herida, el guardia me aprisiono con sus brazos y yo grité muy enojado

—¡Suéltame!, déjame estar aquí, deja apoyar a mi novio, por favor

Escuché la voz del doctor que dijo desde adentro

—Déjelo por favor

El guardia me soltó, me miró, dio media vuelta y se fue, el doctor me conminó

—¡Entre!

Una enfermera me abrió la puerta y me condujo hacia un lavabo en donde me dijo que me lavara las manos y me colocara una mascarilla y guantes en las manos, mientras lo hacía, ella me rociaba totalmente con alcohol todo mi cuerpo, el doctor me pidió que me sentara cerca del oído del paciente y que le hable dándole apoyo, pues esta muy débil, que apenas ha reaccionado, porque estaba clínicamente muerto hace unos minutos

Me senté muy cerca, tomé una de sus manos y le susurraba en su oído

—Nicolay, mi amor, lucha por tu vida mi amor, aquí estoy a tu lado, no me dejes solo, te amo

Las lágrimas recorrían mis mejillas, verlo así con esa mascarilla de oxígeno, unas sondas que entraban por su boca, le estaban haciendo una transfusión de sangre y en la otra mano estaba puesto un suero, baje mi cabeza pues no quería ver lo que estaba haciendo el doctor, las enfermeras pasaban a mi lado a cada momento

Cuando escuché la voz del doctor mencionar

—Ya terminamos, el paciente resistió la operación, aséenlo y llévenlo a terapia intensiva

Caminó hasta estar cerca de mí y me pidió a señas que lo siguiera, solte la mano de Nicolay, me levanté y lo seguí, se sacó los guantes, después la mascarilla, yo también lo hice, volvió a hacerme señas para salir, ya afuera me dijo que lo acompañara a su consultorio que estaba muy cerca

Lo seguí, llegamos a una puerta que tenia el logo de la clínica y decía en la parte alta "Dr. Luther García, Médico cirujano, especialista", entramos y me sente y Él se sentó en su sillón, me observó a los ojos para decirme

—El señor Nicolay llegó aquí muy grave, pues al hacerle unos exámenes descubrimos que en el sitio donde fue golpeado tenia un tumor

Yo al escucharlo reaccioné con asombro y hable

—¡Un tumor!, pero... nunca se ha quejado de dolor ni nada

El doctor siguió ante mi exabrupto

—Mañana tendremos los resultados de la muestra para saber si es maligno o benigno, quería informarle que el paciente tuvo un paro cardio respiratorio y sus signos vitales se apagaron y a eso se le llama muerte clínica, esperé dos minutos y no reaccionaba a nada de lo que hicimos, por eso salí para informarle a usted de lo acontecido, sin embargo, parece que el paciente se aferró a la vida

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora