CAPITULO 171

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NARRA ALESSA

Me siento un poco inquieta por lo que sucede entre Serena y ese médico. Sé que Danko se ha comportado muy mal con ella al haberla descuidado por Alexander, eso lo entiendo, sin embargo, ella le ha aceptado todo lo concerniente a sus fetiches, eso no es nada fácil, pero Él, parece que no ha valorado eso, la ha tratado de forma muy indiferente más que todo con lo que sucedió con Alexander

Yo, en cambio, me siento sola, necesito a mi esposo en estos momentos, lo extraño mucho, nunca me dejo sin su compañía cuando esperábamos a nuestros hijos, era muy entusiasta, le encantaba acompañarme a los ecos, sentirlos, poniendo su cabeza en mi vientre, hablándoles para que escucharan ahí dentro. Sin embargo, lo mío es totalmente diferente, Alexander no puede aunque lo deseara

Comencé a hablar con tristeza

—Alexander, mi amor, quisiera que ya despertaras, te necesito, mi amor (empecé a llorar, mis palabras salían entrecortadas por el llanto) quie... ro ver tu son... risa, escuchar cómo les ha... blas a los be... bés, tu mano a... cariciando mi vientre (grité con locura ¡Ven a mí, mi amor!

Lloré desconsoladamente por mucho tiempo, con ese grito que lancé, me imagino que debieron escucharlo todos en casa de Danko, porque después de unos minutos oí unos golpecitos en la puerta y la voz de Nicolás

—Señora Alessa ¿puedo pasar?

Le contesté que podía entrar, la puerta se abrió y asomaron Nicolás y Danko, que se acercaron para hablarme, Danko hijo se sentó a mi lado para abrazarme y decir

—¿Le pasó algo?

Necesitaba tanto ese abrazo, continué llorando un poco más para descargar ese dolor que cargo dentro de mí, sentí el abrazo reconfortante también de Nicolás. Danko jr, comenzó a hablar con voz firme

—Señora Alessa, usted sabe que yo entiendo muy bien lo que está sintiendo en estos cruciales momentos. Debe poner de su parte, su esposo la necesita, sus hijos la necesitan (puso su mano en mi vientre) este niño la necesita para nacer con bien

Se movió de la cama para arrodillarse frente a mí, agarrarme ambas manos y decir con alegría

—¿Se imagina que el señor Alexander al despertar pueda ver a su hijo bien de salud? Que tome esas manitas rosaditas para besarlas, verlo que se coma a besos esas mejillitas rosaditas de su hijo, oírlo que le habla a su hijo lleno de felicidad, solo que para que eso suceda, usted debe de cuidarse, tratar de tranquilizarse, estas depresiones le hacen mucho daño a usted y a su bebé, así que, por favor, se lo pido, trate de pensar en algo más, el señor Alexander está muy bien cuidado en la clínica, ya despertará, tenga mucha paciencia

Nicolás también habló

—Usted vio a mi esposo cuando Nicolay todavía estaba con nosotros, siempre le daba ánimos a pesar de que todos sabíamos que pronto se iría lejos de nosotros. Yo, lo veía llorar a solas, sin embargo, también lo veía sobreponerse por el bien de Nicolay, por Él mismo. Tenga fe en que pronto su esposo despertará, no se deje llevar por el desespero, eso le hace daño al bebé, hágalo por su esposo y por su hijo, sea una mujer fuerte, aquí estamos todos para ayudarla

Les agradecí con una sonrisa en mi rostro y acoté

—Gracias, ustedes son muy amables, bien, ya que me hicieron sentir mejor, ¿qué les parece si nos vamos de compras al mall? Llevemos a los niños para que se diviertan en la zona de juegos

Ambos se miraron entre sí y contestaron al unísono

—Es buena idea, vámonos

Nicolás dijo que iba a alistar a los niños y el hijo de Danko, en cambio, menciono que saldría a preparar el auto. Se fueron a toda prisa y yo quede ahí dentro con una sonrisa y con ganas de divertirme. Al fin y al cabo, mis hijos pequeños necesitan a su madre y mi otro hijo aquí en mi vientre, necesita a su madre feliz para estar listo cuando deba salir y brindarnos sus grititos de saludo al nacer. Eso me hizo sonreír imaginándome la expresión de mi esposo al ver a su hijo

Me levanté de mi cama para cambiarme de atuendo, quería verme espectacular, quería sentirme de la misma manera, inhale un poco de aire y al soltarlo me miré al espejo para decir con una gran sonrisa

—Alessa, hazlo por ti, hazlo por todos tus hijos, hazlo por el hombre que amas

Fui al closet y busqué mi mejor vestido materno, lo puse encima de la cama, saque de mi joyero una cadenita de oro con un dije de corazón que me regalo Alexander en nuestro aniversario. Me vestí, después al estar arreglándome mi cabello me miré al espejo y me dije «sé feliz, ya llegará el momento en que tengas a tu hijo en brazos y a tu esposo a tu lado». Terminé de acicalarme el cabello también de maquillarme. Inhale y exhalé un poco hasta que solté una exclamación

—Alexander, mi amor, tu esposa va a divertirse como debe de ser, por salud, por mi bien y por la esperanza

Salí de la habitación ya como una mujer segura de mí misma, dejando atrás el sufrimiento y preocupación. En el auto ya estaban todos, la algarabía de los niños era intensa, estaban alegres de salir a pasear con mamá, con la tía y con sus padres y tíos. Nicolás me abrió la puerta del pasajero para después irnos cantando canciones infantiles junto con los niños

Nunca me había divertido tanto, ver a todos los niños corriendo, disfrutando del paseo, por esta vez comí muchos dulces, a pesar de mi estado me subí a unos columpios, Danko hijo no se daba abasto con los niños, porque Nicolás me cuidaba, parecía chicle pegado a mí, cada paso era observado a ojo clínico por Él. Me encontré con viejas amigas, le pedí al pobre Nicolás que acompañara a su esposo en el cuidado de los niños, ya que yo iba a estar sentada para conversar con mis amigas

Solamente de esa manera me soltó de su cobijo, este hombre, caramba, es peor que Alexander, aunque eso me encantaba. Estuve casi dos horas en compañía de mis amigas, las risas, anécdotas y demás, hasta que se fueron despidiendo una a una, cuando me quedé sola, fije la mirada en los niños y los esposos, la verdad era que me reía de verlos correteando a sus hijos, a los míos, los bandidos se les iban por todos lados y ellos dos no podían con todos

Me levanté con mucho cuidado, caminé muy despacio hasta que estuve cerca de ellos y solté un grito dando una orden

—¡Basta, niños! Vengan acá

Todos, absolutamente todos se quedaron quietos y se acercaron a nosotros y les hablé con mucho amor a todos los niños

—Mis niños, quiero decirles algo, ehm, deben saber que aquí estos señores los adoran, los aman como yo los amo y quiero pedirles que se comporten, ellos ya están cansados de cuidarlos y de cuidarme, por favor, ya vamos a casa y muy tranquilitos

Pero igualmente uno de mis hijos comenzó a indagar por su papá

—Mami, ¿cuándo regresa mi papá a la casa? Ya quiero abrazarlo, jugar con Él

Tuve que responder con sinceridad

—Tu papá está enfermito, cuando se recupere, regresará a casa, allá en la clínica no dejan entrar a niños, por eso, ustedes no pueden verlo, solo tengan paciencia, además todos estamos en la casa para amarlos mucho

Asintieron todos con sus cabecitas, entonces Nicolás habló sonriente

—A ver, mis niños, llevaremos pizza para cenar, ¿quieren?

Eso fue un escándalo, el griterío de alegría fue mundial, todos lo acompañaron para el local de las pizzas, iban nombrando el ingrediente de su gusto, mientras Nicolás les decía que llevarían de varias masas para darle gusto a todos. El hijo de Danko se acercó para decir

—La veo feliz, esta salida de casa salió provechosa y lo que más me gusto es cómo domo a estos diablillos, jajajaja

Con una amplia sonrisa sincera le hablé

—Es que tengo experiencia, conozco a los niños, siempre me buscan cuando quieren alguna ayuda, soy mamá y abuelita

Ambos nos reímos con lo que dije, fuimos a acompañar a Nicolás porque los bandidos saltaban a su lado tratando de tomar las pizzas que comenzaron a salir, una orden mía y se quedaron quietitos a las risas de Danko hijo que ayudaba a cargar las pizzas servidas encima del mesón de la pizzería. Después retornamos a casa, íbamos cantando la canción del elefante en la telaraña y yo feliz de estar rodeada de niños felices y besuqueada por todos ellos

Alessa está confundida con la relación entre Danko, Serena y Sebastián. Una salida provechosa, siendo feliz y sintiéndose amada por unos niños que la adoran

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora