NARRA DANKO
Me siento un ser despreciable, he lastimado a la mujer que me ha amado incondicionalmente, Serena, ella, la pobre, me ha soportado todo, literalmente todo, mis fetiches, mis torpezas, mis estupideces, mis indiferencias y yo, ¿qué mierda hice yo? Portarme como un bruto irracional, dejarla sola cuando más me necesitaba, ni siquiera pensé en ella cuando me iba de su lado, solamente me alejaba y ya.
—¡Por dios, Serena debe de odiarme! ¿Ahora, qué hago?
Caminé unos pasos cuando me pregunté ¿Dónde estará? Solo sé que se fue en compañía de mi hija. Estaba ensimismado en mis pensamientos que no me percaté que alguien se me acercaba, hasta que vi una sombra alta y sentí unas palmaditas en mi hombro, al darme vuelta noté que era Robert con su semblante muy serio, me imagino que ya se enteró de mi comportamiento con mi esposa.
Me hizo señas para que me sentara, al hacerlo, él también lo hizo y comenzó a hablarme, mientras yo agachaba mi cabeza de vergüenza
—Danko, ¿por qué? Ella siempre fue leal a ti, incondicional a ti, digo, desde que sentiste que tu amor ya no era el mismo, debiste pensar como decírselo y no hacerle esto, es muy doloroso
Levanté mi cabeza para mirarlo a los ojos y musitar
—Yo, la verdad es que... soy un tonto, me dejé llevar de mi estupidez, estaba tan seguro de ella que... no pensé en sus sentimientos
Solamente sentí un fuerte golpe en mi brazo para después escuchar su voz fuerte vociferar
—¡Idiota!
Seguía golpeándome ahora en el pecho, esos golpes físicamente no me dolían, sino el hecho de verlo sollozar mientras me reclamaba, eso hacía que mi corazón se estrujara. Balbuceaba reclamaciones muy dolorosas como
—Ella se quedó contigo, se casó contigo, a pesar de todo, esa mujer estuvo a tu lado, en las buenas y en las malas, como lo de ahora, con lo de Alexander, ¿y tú? ¡Nada! Simplemente, la ignoraste en todo sentido, ni siquiera la acompañaste al médico, te portaste como si... como si no te importara nada sobre ella
No me contuve más y lo abracé haciendo que Robert hiciera lo mismo, esto me dolía porque sé muy bien que Él aprecia mucho a Serena, además de que me conoce muy bien a mí, lo he decepcionado como a muchas personas más. Esperé un poco de tiempo hasta que Robert se irguió limpiándose con su pañuelo sus lágrimas, entonces hablé
—Robert, yo, quería preguntarte, ¿sabes dónde está Serena?
Me miró directamente a los ojos y se quedó en silencio unos minutos, como si no se decidiera a decírmelo, suspiró hondo para indicar
—Kiara la llevo a su casa
Suspiré largo y tendido antes de enunciar
—Yo, debo hablar con ella, para dejar todo claro, para dejarla... en libertad
Recibí una mirada fulminante de parte de Robert, cuando mencionó
—Por lo visto, te veo decidido a romper con ella, ¿verdad?, sin embargo, pregunto ¿estás seguro de lo que vas a hacer? ¿Te sientes con toda la voluntad de dejarla libre?
Miré a los ojos de Robert y le respondí con toda seguridad y sinceridad
—Sí, estoy completamente seguro de mi decisión, quiero hacer las cosas bien. Quiero que ella sea feliz con alguien que la ame verdaderamente, que se dedique a ella como debe de ser
Su mirada escrutadora y muy seria me tenía preocupado, esperaba que me dijera algo, hasta que me habló
—Danko, debes hacerlo, eso hará que ella se tranquilice y tú también hagas que tu corazón y tu mente valoren lo que sienten. Pídele perdón, yo, espero que te perdone para que tu alma quede en paz
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LOS FETICHES DE MI PADRE
RomansaKiara promete a su padre cumplirle los caprichos más banales que se le ocurran, lo que no imaginaba era que le iba a pedir toda clase de juguetes sexuales, personajes para cumplir sus raros fetiches sexuales y todo por pendeja y abrir su bocota