CAPITULO 147

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Al llegar al bar gay nos apeamos los dos de la moto y los que estaban en la parte de afuera no tardaron en silbar y lanzar piropos a Alexander

—Danko ¿quién ese hermoso? ¿Puedes prestármelo?

—Rusito bello, esta buenote tu compañía, mmmm

—Oye, cada vez que vienes traes cosas buenas para darnos envidia

Uno de ellos fue tan atrevido que se acercó a acariciarle el pecho a Alexander mientras decía muy cariñoso

—Danko, te doy lo que quieras, hasta mi vida, pero, déjame darle un beso a este guapote, mmmm

Alexander muy risueño alzo su mano para enseñarle el anillo de matrimonio y exclamar con voz alta

—Lo siento mucho, preciosuras, pero, estoy casado (hizo un largo silencio para seguir) casado con Danko

Todos lo observaron sorprendidos, hasta reclamaron

—O sea que tú, ¿estás casado con Danko?

—¡No es cierto!, Danko no nos ha dicho nada

—Oye ruso grandote, ¿por qué nunca nos dijiste que ya estabas casado?

—¡Eres el esposo de este guapo!, pero, ¿por quéeeee? Porque siempre nos dejas oler el dulce y nos dejas con las ganas

Ambos nos reímos y entramos al bar, adentro fue peor, se le lanzaron sin respeto, pobre de Alexander le metieron mano por todas partes, algunos atrevidos lo besaban de improviso y yo queriendo rescatarlo mientras me reía. Mejor me fui donde estaba el DJ y le pedí el micrófono para hablar con todos los que estaban allí dentro

—Hola, buenas noches, soy Danko, quiero informarles que dejen de manosear a mi esposo, como lo oyeron bien, Él es mi esposo Alexander, así que dejen de estar tocando lo que es mío

Todos me observaban con la boca abierta y ya habían soltado a Alexander que de a poco fue acercándose a mí con una sonrisa en su boca al llegar a mi lado, espero que estuviésemos frente a frente para decir en ese absoluto silencio

—Te amo Danko

Y me beso con ardor, con propiedad, como poseso y yo hice lo mismo, entonces comenzaron los aplausos y los vítores

—Vivaaa

—Viva los esposos

—Se nos casó Danko, ya tiene dueñooooo

—Lástima que nunca se fijó en mí

—Oye, a mí también me gustaba el ruso, pero ese hombre que está a su lado es bello, que envidia

Al dejar de besarnos fuimos abrazados por todos allí, pues me conocían desde antes y siempre conseguía compañía para descargarme de vez en cuando en ese sitio. Alexander me tomo de la mano muy risueño para ir a sentarnos en la barra. Todo continuo ya en forma normal, el DJ comenzó a tocar y nosotros nos enfoscamos en nuestra conversación. Alexander me indago

—Danko, con razón cuando el avión tomo vuelo, tú te desmayaste, no pudiste con tanta presión en tu corazón

Le respondí con mucha sinceridad

—Es cierto mi amor, es que... no sé qué mismo sentía en ese momento, tú estabas conmigo, pero al ver que se iba yo... yo no pude más, sin embargo, Alexander cuando comparo nuestro amor, lo de nosotros es algo muy grande, no es lo mismo, ¿Qué me pasa entonces con Él?

Mi esposo me miraba a los ojos cuando me exclamo

—Danko, creo que amaste a Reinhart de verdad, bueno para mi pensar, te aferraste a su amor por ti porque Él estuvo en el momento más doloroso para ti y tu corazón se juntó con el de Él por el dolor de perder a Dalila. Desde entonces lo preferiste en todo.

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora