CAPITULO 114

106 7 0
                                    

NARRA DANKO

Toda nuestra luna de miel estuvo fantástica, hicimos el amor cada vez que podíamos, Serena me propuso hacer trío para que yo gozara de los dos y ellos hacerme gozar a mi, nunca creí que de ella saldría esa fenomenal idea, yo estaba pensando en decirlo, sin embargo, ella se me adelanto dejándonos a Alexander y a mi con la boca abierta de la sorpresa.

Esa noche fuimos primero a un recital de piano, fuimos a cenar a un restaurante italiano, paseamos y al final nos sentamos en una banca de un bello parque, fue entonces que nos pidió que quería decirnos algo, la observamos a ella que se paró frente a nosotros y soltó como si nada.

—¡Hagamos un trío!

Ambos la miramos con nuestras bocas haciendo una gran O sin querer creerlo, la dulce e inocente de Serena pidiendo un trío, Alexander fue el primero en reaccionar, porque replicó suavemente.

—Serena querida, ¿dijiste un trío?, ¿nosotros tres?

Su bella sonrisa corroboraba sus palabras, yo seguí con la indagación

—Mi amor, ¿estás segura?, pero ¿como lo haríamos?

Comenzó a hablar detallándolo todo

—Mira Danko, nosotros hemos estado haciendo el amor por separado, tú con Alexander solos o cuando lo haces conmigo, estamos solos los dos, yo quiero hacerlo juntos, los tres, en confianza porque somos esposos, mi deseo es que mientras follas con Alexander yo te beso, te acaricio, quiero estar allí para los dos, bueno no es que Alexander me toque, sino que tú nos sientas a ambos

Alexander me miraba absorto de lo que estaba escuchando cuando le interrumpió

—¡Espera, un momento!, estás diciendo que ¿quieres estar ahí mientras hacemos el amor Danko y yo? Y ¿qué yo este cuando tú y Danko hacen el amor?

Ella le aseguro diciendo risueña

—¡Esa es la idea!, los tres juntos, los tres gozando de hacer el amor y

Se acercó a Alexander lanzándose a sus brazos para acotar mientras le acariciaba el rostro

—Y nosotros dos hacemos gozar como loco a Danko, los dos lo acariciamos, los dos lo besamos y los dos lo follamos, ¿qué te parece?, anímate, los dos lo amamos, somos sus esposos Alexander, tú lo amas como yo lo amo

Alexander la observaba hasta que vi que sonrió para asegurarle

—Está bien, los dos somos sus esposos y lo vamos a hacer, yo a ti no, porque tengo a mi esposa

Serena le dio un fuerte golpe en el hombro para reclamar burlona

—¡Oyeee!, contigo no quiero nada, solo es por nuestro amorcito, ¡pervertido!

Alexander la agarro fuerte para tratar de besarla diciendo lujurioso

—Yo también quiero comerme esa boquita deliciosa ¡mmmmm!

Y se carcajeó como nunca, Serena si capto la broma, no se asustó, en cambio, yo ya estaba por quitársela, la bajo dejándola tranquila y que me agarra desprevenido para besarme con pasión, su lengua jugueteaba con la mía, hasta que me soltó y comento.

—Te amo carajo, todo por ti, mi amor

Serena también hizo lo mismo, yo feliz gozando de esos besos candentes, hasta que algunas personas que estaba alrededor comenzaron a aplaudirnos y nos hicieron sonrojar y ambos se sentaron cada uno a mi lado y recostarse para disfrutar del paisaje.

Estuvimos hasta tarde en la noche sintiendo la brisa hasta que ya el frío nos mandó de regreso al hotel, allí probamos lo que dijo Serena, yo la miraba como sin pudor alguno se desnudó frente a los dos, vino a mi lado para desnudarme a mí, Alexander lo hacía sin dejar de observar a Serena entonces se fijó que yo no dejaba de mirarlo y me sonrió, me imagino que de todas maneras le atrae verla, es mujer y ella tiene un cuerpo precioso.

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora