CAPITULO 113

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Demoró en bajar el doctor, nosotros ya estábamos impacientes, hasta que una sombra descendía por a escalera, su semblante era muy sereno, eso me dio buena espina, al llegar se paró frente a nosotros para informarnos, dijo que estaba estable, que los golpes fueron fuertes, que tiene moretones, pero que el tabique nasal no se rompió, ciertas arterias fueron lastimadas por eso la sangre, pero que lo dejen descansar, dejo la receta con los antiinflamatorios y nos pidió que le pusiéramos hielo en los golpes para que se deshinchen mucho más rápido

Me hizo señas de que deseaba hablar a solas conmigo, me levante y lo seguí, mientras me daba consejos sobre el cuidado de mi papá, no dejaba de observar de reojo al señor Alexander, ya estaba intrigada por eso, hasta que lo soltó.

—Y me hace el favor de controlar a ese grandote de allá, lo conozco como es, tiene un carácter insoportable, ya vio lo que le causo a Danko su padre, bien, me despido, no olvide todo lo que le mencione, es por el bien de su padre, adiós

Estaba caminando hacia la puerta de salida cuando los dos enfermeros bajaron y se fueron con el médico, me quede allí parada pensando lo que me dijo y de cómo se lo digo al señor Alexander, sin lastimar sus sentimientos

Alessandro se me acerco dudoso a indagar

—Mi amor, ¿qué sucede? ¿Qué te dijo el doctor?

Le mencioné lo que me advirtió de su padre, soltó un suspiro y me dijo que Él hablaría con su padre a solas, me pidió que subiera con Serena para cuidar a mi papá, ambas nos fuimos dejándolos solos, el señor Alexander me miraba como si me pidiera perdón, pero yo no estoy enojada con Él, solo que no pensé que fuera tan violento.

Subimos juntas, note a Serena muy nervios, la mire y le sonreí diciendo tranquila

—¡Cálmate Serena!, mi papá está bien, eso dijo el doctor, que está muy golpeado, pero no tiene lesiones, que debemos bajarle la hinchazón

Entramos a la habitación y allí yacía mi papá todo golpeado, solo estaba en bóxer, estaba hinchado por los golpes, sus párpados, su boca, su nariz, Serena se llevó sus manos a la cara, pero no la deje llorar, le acote.

—Ven, toma esta toalla, ya traigo el hielo de la nevera del cuarto de mi hermano

Me salí para caminar por el pasillo e ir hasta la habitación de mi hermano cuando la escuche decirle a mi papá.

—Danko, mi amor, mi cielo, perdóname, no pude ayudarte, pero no te preocupes, parece que Alexander va a perdonarte y va a cambiar contigo

Seguí caminando con mi corazón alegre, Serena de verdad que está enamorada de mi papá, solo reflexiono es cuando ya convivan, mi papá no va a dejar a ninguno de sus amantes fuera de su vida y pues parece que el señor Alexander no es de los que les gusta compartir, sin embargo, conoce a mi papá y por lo visto, tendrá que ser sí o sí.

Regresé a la habitación con hielo en una bandeja honda y unas toallas, ambas nos pusimos a colocarle en ciertas partes hinchadas, me quede algunas horas allá arriba, hasta que unas voces se escuchaban que venían de la escalera.

«¿Estará despierto?, no quiero, debe de odiarme, espera ten paciencia, papá, yo no... Alessandro, no quiero, por favor»

Me adelanté en abrir la puerta, me encontré con ambos que llegaban hasta la puerta, el rostro del señor Alexander se notaba triste y un poco asustado, Alessandro lo abrazaba fuerte y lo alentaba para que ingresara, entro muy despacio y sus ojos se clavaron en la cama.

Serena al verlo se levantó y lo abrazo llevándolo hasta la cama, le hice señas a Alessandro para salir y dejarlos solos, me tomo de la mano y nos despedimos para salir, cerré la puerta muy despacio, ya que afuera Alessandro me contó de que su padre ahora temía que su esposo se hubiese resentido con la golpiza y lo alejara de su lado, que le habia costado convencerlo de lo contrario, estábamos por irnos a nuestra habitación cuando escuchamos que llamaban desde abajo.

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora