CAPITULO 156

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NARRA DANKO

Después que Alexander se fue, me quede arreglando lo que me faltaba, tocaron a la puerta y oí que me pedían permiso para entrar, respondí con un «pase», era el guardia del estacionamiento que me dio mi celular, argumentando de que mi esposo se lo había llevado y que le había pedido que me lo trajera, le agradecí y me fije que estaba descargado, lo puse a cargar y seguí en lo mío. Dos veces llamé a Annia para que se llevara algunos documentos para que les sacara copias, no demoro mucho y me las traía, guardaba en su puesto y continuaba guardándolo todo.

Me perdí de la hora, cuando la puerta se abrió y me di vuelta para ver quién había entrado, era Alessandro, pero su semblante era de pánico, le pregunté qué es lo que pasaba y su respuesta casi me causa un infarto.

—¡Secuestraron a mi papá!

Me senté por inercia al escucharlo y verlo llorar asustado, pero, de inmediato, me levanté para acercármele y preguntar ansioso.

—Alessandro, pero... Él se fue a una reunión, ¿Cómo es posible?

Se levantó y me pidió que revisara lo que le mandaron a su celular, lo tome y parado en el mismo sitio, leí los mensajes y vi esos videos, mi corazón se estrujó de dolor al verlo encadenado como si fuese un animal, estaba inconsciente acostado en esa cama sucia y destartalada y ese mozalbete era un hermano de ese desgraciado que matamos, este era mucho más peligroso, pues era un delincuente consumado, mi esposo, mi amor, estaba en manos de ese maldito y solté un grito.

—¡Maldito seas!, hijo de puta, donde te encuentre, te voy a mataaaaar

Comencé a caminar de un lado a otro lleno de impotencia, no sabía qué hacer o cómo reaccionar. La puerta se abrió y entro Robert que solo indago

—¿Qué pasa?, ¿por qué gritaste Danko?

Miró a Alessandro y pregunto con insistencia al verlo llorar

—Alessandro, ¿Qué sucedió?, ¿por qué lloras?

Yo respondí casi gritando

—Secuestraron a Alexander, Robert, se llevaron a mi esposo, Dios mío, está en peligro

Nos observaba con su semblante lleno de preocupación y comenzó a preguntar la hora en que lo vimos por última vez y Alessandro le dio el celular al ver y leer los mensajes, menciono muy seguro.

—Fue aquí en el estacionamiento, aquí se ven las señales en el reflejo del vidrio de las ventanillas de ese auto, Danko, fue aquí, se lo llevaron del estacionamiento de la empresa, los guardias deben de haber visto algo

Salieron los tres a toda prisa, los empleados incluida Anna que indago intrigada

—Robert, ¿qué pasa?

Robert se acercó para hablar con ella en voz baja con ella pidiendo

—Mi amor, por favor, mucha discreción, secuestraron a Alexander, mantenlo en secreto, mi amor, más tarde hablamos

Anna se quedó impávida, sin embargo, se tranquilizó y se puso a trabajar para disimular. Entramos al ascensor, dentro estaba yo con mis ojos cerrados tratando de no explotar, estaba realmente preocupado por mi amado esposo. Al abrirse las puertas del ascensor salimos para buscar a los guardias, cuando uno de ellos asomo, era el mismo que me entrego el celular, Robert lo abordo indagando.

—¿Viste algo raro?

El guardia lo miró extrañado por la pregunta y respondió

—No, nada, ¿por qué?

Alessandro le pregunto directamente por el otro guardia, recibiendo por respuesta de que se había reportado enfermo, que se lo había hecho saber a Alexander, todos ellos se miraron y yo pregunte.

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora