CAPITULO 127

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NARRA DANKO

Estaba revisando un contrato cuando una secretaria ingreso sin tocar, la mire enojado porque existe una orden explicita, más que todo en mi oficina, primero se debe de anunciar quien desea entrar, sin embargo, su faz era de pánico, porque únicamente me vio y soltó unas palabras revueltas

—S... señor Da... ko, su, su, su esposo, esta... es... tá, encerrado en el ascensor, se escucha que lo está lla... mando, tratamos de abrir, pero... no se puede

Eso, basto para mí, me levanté cuál bólido para ir a ayudar a Alexander, porque sé muy bien que tienen un problema de claustrofobia, no es tan fuerte, sin embargo, esto puede hacerle perder los sentidos, al pasar por la cabina de monitoreo escuche unas carcajadas y murmullos, detuve mis pasos para mirar y vi a mi primo con los trillizos que miraban los monitores

Cuando afine la vista, vi a mi hija tratando de ayudar a Alexander y a Mijaíl lo escuche burlándose

—Esta Kiara que nos hizo la grande caramba, no era que se inmiscuyera ayudándolo, estábamos divirtiéndonos oyéndolo gritar, jajajaja

Mi sangre subió su calor como si fuera lava, escucharlos reírse, burlarse del amor de mi vida y más me dio rabia, Mijaíl sabía muy bien que Alexander sufre de claustrofobia, le pudo haber dado un infarto, así que grite a los cuatro vientos

—¡Mijaíl!, eres el colmo, eres un hijo de puta, ¡maldita sea! Y ustedes tres se pasaron, pero esto, ¡me la pagan!

Ya no dije más, apresuré mis pasos para llegar con Él, solo me imagino que debe de estar muy asustado por haberse quedado solo allí encerrado, al llegar a la puerta abierta del ascensor mire que mi hija lo reconfortaba y Él no reaccionaba, más mi corazón se estrujó, le pedí a Kiara que me dejara a mí ayudarlo, mientras lo hacía amenacé a Mijaíl con que lo golpearía

En ese momento solo me importaba Alexander, lo abrace protegiéndolo y dándole ánimos que ya está conmigo, que ya no tema, que yo estoy con Él, entramos a mi oficina, le pedí a mi hija que cerrara la puerta que nos dejara a solas y ella accedió, se fue cerrando la puerta con seguro, hice sentar en el sofá más grande a mi esposo y me senté a su lado

Sentía el cuerpo tembloroso de Alexander, su agarre tan fuerte de sus brazos, no hablaba, únicamente sollozaba, mi corazón se estrujaba, mi mentón encima de sus cabellos y hablándole con amor tratando de calmarlo

—Aquí estoy amor, ya estás conmigo, trata de olvidarlo

Su voz temblorosa escuché

—Danko, me... me sentía sin aire allá adentro, nadie me escuchaba, tenía miedo de quedarme encerrado allí, solo veía que... las paredes comenzaban a unirse entre ellas, y que yo... moriría, me estaba asfixiando

Lo puse frente a mí para que me mirara y le prometí

—Mi amor, te prometo que nunca más te volverá a suceder, esto no fue casualidad, mi amor, esto fue... (respire muy profundo antes de soltar), lo que te paso fue una broma de Mijaíl

Su semblante cambió a una de asombro, porque me indago con sorpresa, como si no quisiera creerlo

—¿Mijaíl?, ¿una broma?, pero... Él sabe lo que me paso en ese incendio... ¡No creo que fuera capaz de hacerme eso!, mi amor, tu primo estuvo ahí, un poco más y caigo al vacío junto con ese ascensor, por eso tengo miedo de quedarme encerrado, No, no, no, no es posible, ¡Él no, Él no!

Más se me dificultaba aguantarme las ganas de golpear a Mijaíl, Alexander está muy nervioso, me levante para volver a abrazarlo, levante su mentón con mi mano para mirarlo a los ojos y pedirle

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora