CAPITULO 160

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SIGUE NARRANDO SERENA

Me desperté y tuve que volver a cerrar mis ojos porque la ventana estaba abierta y el sol entraba enfurecido que brillaba mucho, de a poco fui abriendo mis ojos para entonces percatarme de que Alessa y Danko no estaban en la cama, oí un ruido en el baño, fije mi mirada hacia allá para esperar y ver quien estaba adentro, al abrirse la puerta la figura de Alessa salió y me brindo una amplia sonrisa mientras me saludaba con cariño.

—Buenos días, Serena dormilona, ¿sabes que son las nueve de la mañana?

Al escuchar que eran las nueve de la mañana me sobresalté, pues tenía poco tiempo para alistarme, porque a las diez tenía cita con la ginecóloga, muy aprisa me levanté de la cama para ingresar al baño, me di también una ducha, salí y encontré encima de la cama un cambio de ropa elegido por Alessa, eran atuendos muy lindos, pues ella tiene muy buen gusto, aunque en ese momento ya no se encontraba en la habitación, me imagino que bajo a desayunar, me culpé el no haberle preguntado por Danko

Me vestí y me observé en el espejo para darme cuenta de que estaba muy bien, al cerrar la puerta de la habitación escuche que alguien sollozaba, busque el sonido de donde provenía ese ruidito camine por el pasillo hasta que oí que era en la habitación de huéspedes, abrí la puerta muy despacio para ver a Alessa sentada en la cama abrazada a la almohada, su cuerpo se estremecía un poco, señal de que estaba llorando, me acerque mientras decía.

—Alessa, ¿puedo acompañarte?

Alzo su cabeza y la vi, estaba triste, sollozando y me exclamó

—Serena, extraño a Alexander, yo... yo no sé nada de Él, tengo miedo

La abracé con fuerza para acotar

—Por favor, Alessa, Mijaíl está en eso, estoy segura de que lo hallará, ten fe, trata de tranquilizarte por tu hijo, tu esposo debe conocerlo, ¿quisieras acompañarme con la ginecóloga?, además sería bueno que te revisara, ya que vas conmigo y aprovechamos el viaje

Ella asintió con su cabeza, mientras nos levantábamos de la cama recordé a Danko y le indagué con sutileza

—Alessa, ¿sabes dónde se encuentra Danko? No lo vi en la habitación

Me dijo que ella al despertarse se fijó en que ya no estaba acostado con nosotras, me quede pensando un poco y me dije a mí misma que quizá esté en la parte baja de la casa, quizá hablando con su primo. Alessa fue tranquilizándose hasta que bajamos la escalera y llegamos al final, no se escuchaba nada, solo que alguien estaba en la cocina, fuimos al comedor y nos sirvieron el desayuno, muy nutritivo, por supuesto.

Terminamos de desayunar y le pedí que me esperara un momento que iba al despacho de Danko para buscarlo, comencé a ir hacia allá cuando vi dos siluetas muy grandes que venían hacia donde yo estaba, entonces al acercarse más vi a Mijaíl y a Danko que traían sus semblantes muy serios llenos de preocupación. Mi esposo abrió los brazos para acogerme y abrazarme mientras decía

—Estabas tan hermosa, dormida que... no quise despertarte cuando Mijaíl llego

Mijaíl, en cambio, me acotó

—Serena, vamos a reunirnos con Lucca, me llamo para anunciarme de su llegada, Dios quiera que nos ayude a encontrar a Alexander

Observé a ambos para decir

—Ojalá lo encuentren pronto, voy a mi cita con la ginecóloga y... me llevo a Alessa conmigo para que también la ausculte, no tiene cita, sin embargo, sé que la doctora la atenderá, ella está devastada, la encontré llorando por Alexander, quiero desviar su mente un poco para que se tranquilice, por ella y por el bebé

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora