CAPITULO 166

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NARRA DANKO

Alessa y yo ingresamos al consultorio, saludamos con el médico, ahí dentro sentada en un sofá estaba Serena, primero ayudé a sentarse a Alessa para ir a darle un beso de saludo a mi esposa y preguntarle.

—¿Cómo estás mi amor?

Me miro para responder sonriente

—Bien, Danko, no te preocupes

Me senté a su lado para después decir

—Doctor, encontré a Alessa sollozando allá afuera, ¿podría revisarla?

El ginecólogo la llevo hasta otra parte y yo me quedé con Serena que me sonreía, sin embargo, me pareció que algo le afectaba, le indagué un poco preocupado.

—Mi amor, te noto un poco rara, ¿sucede algo con las bebés?

Me extendió un papel con una imagen, cuando lo tomé vi que ahí estaban mis hijas, juntas como si estuviesen abrazadas, mi alegría fue tal que no pude aguantarme y me rei de felicidad diciendo.

—Oh, se las ve tan felices, están como si... mi amor parece que estuviesen jugando entre ellas, jajajaja

Volví a mirar esa imagen, era la cosa más linda que estaba admirando, unas lágrimas bajaron por mis mejillas, lágrimas de felicidad, no podía dejar de verlas, puse ese papel en mi pecho para decir.

—Son tan lindas (recordé que no la había acompañado hasta acá y la mire a los ojos para decir) Mi amor (me arrodille a sus pies) perdóname por favor, yo... yo estaba, estaba

No me dejo terminar cuando recalco

—Estabas preocupado por Alexander, lo entiendo mi amor, sabes que te apoyo en todo lo que hagas

Esas palabras de comprensión estrujaron mi corazón, recordé lo que me dijo Kiara, de que ella siempre está para mí, en cambio, yo, desde lo de Alexander, me he alejado de Serena. Puse mi cabeza en su regazo y mi esposa acariciaba mi cabello mientras me hablaba

—Danko, no te sientas culpable, te entiendo, tu esposo casi pierde la vida en ese secuestro, no te dije nada para no preocuparte más. Además, ya viste la foto, nuestras hijas están muy bien de salud al igual que yo

Alcé mi mirada con mis ojos acuosos y hablé

—Yo... mi amor, ni siquiera te pregunte cómo te sentías cuando regrese a la sala de espera, te trate como si no me importaras y... eso no es cierto, yo...

Se agachó para darme un cálido beso y sentí unas gotas de líquido tibio mojar mi frente, comprendí que ella solo trataba de calmarme, sin embargo, creo que por dentro está dolida, estaba por decirle algo cuando me dijo con voz tenue.

—Por favor, mi amor, no te preocupes, ya tendremos tiempo para nosotros también

Nos interrumpieron las voces del médico y de Alessa

—El niño está muy bien y la señora Alessa está bien, solamente debe evitar emociones fuertes

La puerta se abrió dejándonos ver al doctor a cargo de Alexander que al verme me hablo

—Lo he estado buscando, señor Danko, debe autorizar una intervención de su esposo, tuvo una recaída, dejo de respirar unos segundos, sin embargo, ya lo estabilizamos, debemos inyectarle, pero sin su autorización no puedo, venga conmigo por favor

Mi mente se ofuscó y simplemente lo seguí, iba tras Él preguntando

—Pero, ¿habrá algún daño en su cerebro?

El médico caminaba muy aprisa mientras me hablaba

—Como fue atendió de inmediato, no le dimos tiempo a que la falta de oxígeno lo dañara, no se preocupe, lo que quiero decirle es que debo administrarle esa medicina de última generación para cuidar su corazón y no permitirle que vuelva a fallar

LOS FETICHES DE MI PADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora