Smile | Naruto Uzumaki

Capítulo 11: La probabilidad de salir con vida de un ataque mortal.

     —Hablas mucho para ser tan pequeño, ¿crees que con tu plan vas a conseguir algo? —cuestionó Zabuza. La chica cerró los ojos y se concentró para poder guiar a sus compañeros y poder proteger al cliente al mismo tiempo.

     —¿¡Qué estáis haciendo!? —gritó Kakashi—. ¡Os dije que corriérais! ¡Esta batalla se acabó en el momento en que yo quedé atrapado! ¡Marchaos!

     —Calla, Kakashi, no me dejas pensar —susurró Nozomi.

     —¡Vuestra misión no consiste en demostrar lo valientes que sois, sino en salvar al constructor de puentes! ¡Ceñíos a la misión! —exclamó el Hatake desde la prisión de agua.

     —Pero no podemos hacer eso y él lo sabe. Nos encontraría y acabaría con nosotros eventualmente, este es nuestro mejor momento. Chicos, debemos distraerle para que saque a Kakashi de la burbuja. No buscamos acabar con Zabuza, no podemos hacerlo. Con Kakashi a nuestro lado, tendremos muchas más posibilidades —dijo la chica.

     —No habéis aprendido nada, seguís jugando a ser ninjas —susurró el criminal—. Cuando yo tenía vuestra edad, esta mano ya había aplastado a muchos adversarios.

     —¿Sentimos haber nacido en una época de relativa paz donde no se necesitan niños que suplan a ninjas en guerras? ¿Es lo que esperas oír? —comentó Nozomi mientras creaba dos clones de ella misma que se escondieron en el bosque, con mucha suerte, el renegado no lo habría visto.

     —Mi examen de graduación consistió en acabar con los demás alumnos para aprobar, ¿qué hicisteis vosotros? Imaginaos a unos ninjas jóvenes como vosotros, comiendo y aprendiendo juntos y cuando llega el examen final, las reglas cambian. No podríais parar hasta destruir a vuestro adversario, era vuestro amigo, compartía vuestros sueños. Era él o vosotros —explicó Zabuza. Naruto le miraba horrorizado.

     —Hace diez años, en la Aldea Oculta de la Niebla, cambió el examen de graduación. Un año antes, un oscuro mal llenó la escuela de terror —comentó el Hatake.

     —¿A qué se refiere? —preguntó Naruto.

     —Un joven, que ni siquiera era ninja, entró en la clase y sin dudar, derrotó a más de cien alumnos —añadió Kakashi.

     —¡Preparaos para mi ataque! —exclamó Zabuza, que rápidamente golpeó a Sasuke, haciendo que retrocediese. Procedió a golpear su estómago, lo que le hizo escupir sangre. Apoyó su pie encima del niño y agarró el mango de su espada.

     —¡Multiplicación de cuerpos! —exclamó el Uzumaki, paulatinamente, sus alrededores se cubrieron de copias de él mismo—. ¡Vamos allá!

     Pero el ataque de Naruto se vio frustrado en seguida. Nozomi envió a una de sus copias para distraer a Zabuza mientras que Naruto le lanzó un shuriken a Sasuke, que lo lanzó contra el renegado. El otro clon de la chica, fue directamente a combatir contra el Zabuza de verdad que, con una mano menos, no podría defenderse con tanta facilidad. De repente, Sasuke lanzó otro Shuriken (que en realidad era Naruto) y, al esquivarlo Zabuza, consiguió atacarlo con un kunai. Zabuza no tuvo más opción que soltar a Kakashi para esquivarlo. Zabuza, furioso, pretendía atacar a Naruto, pero Kakashi le frenó.

     —Naruto, tu plan ha sido excelente, has madurado realmente —dijo el maestro. Nozomi sonrió.

     —No fanfarronees, solo fue un golpe de suerte —comentó Sasuke mientras se acercaba a la chica—. Protejamos al cliente.

     —¡Naruto, sal de ahí! —exclamó Nozomi, para que el chico no se viera atrapado en la lucha de los adultos.

     Kakashi copiaba a Zabuza de una manera tan rápida que parecían hacer los jutsus al unísono, daba escalofríos. Los dragones de agua del jutsu se alzaron al mismo tiempo. A Nozomi le pareció que Zabuza tenía miedo, pero quizás solo eran imaginaciones suyas.