Nozomi siempre había sido luz para la gente de su alrededor; Naruto, Sasuke, Kiba, Shikamaru... siempre se había esforzado tanto para que los demás fueran felices que olvidaba cuidar de ella, no le era demasiado problema, pues no le importaba.
Perdió a su madre hacía mucho tiempo, así que aprendió desde muy pequeña a valerse por sí misma. Pese no haber tenido felicidad alguna, comprendió que sí se necesita, y siempre intentaba regalársela a los demás.
Caminaba hablando alegremente con Kiba, el cual le relataba grandes historias sobre su clan y su madre, afirmando que él algún día sería así de increíble. Nozomi no lo dudaba ni por un instante. De repente, alguien abrazó a la Senju por detrás, era Naruto, el cual sonreía ampliamente.
—¡Nozomi! ¡Nunca me haces caso! —exclamó el Uzumaki. Kiba intentaba no reír.
—Lo siento, he estado muy ocupada —se disculpó ella, sonriendo.
—No pasa nada, hoy me sentaré con vosotros, de veras —dijo Naruto. Nozomi asintió.
—Está bien, espero que a Sasuke no le moleste —murmuró ella.
—Eh, chicos, como no corramos no llegaremos a tiempo —advirtió Kiba.
Los tres corrieron hasta la academia. No se sabe cómo, pero llegaron a tiempo. Ese día tenían clase de estrategia las dos primeras horas, una de las clases favoritas de Nozomi.
—Hola, Sasuke —saludó la Senju, sentándose en medio del banco, a su izquierda estaba Naruto y a su derecha Sasuke.
—Hola, Nozomi —respondió con una sequedad a la que ella ya se había acostumbrado.
—Buenos días, clase, el día de hoy realizaremos una estrategia en el campo de batalla, el entorno, los soldados y sus categorías variarán dependiendo el grupo, los cuales serán los compañeros que tenéis al lado. —Todos asintieron contentos. Iruka repartió unos papeles a cada grupo, al coger el suyo, Nozomi comenzó a leerlo rápidamente.
—Bien, chicos, nos encontramos en un territorio plano, que separa unos bandidos que han robado varias joyas, son veinte y todos son ninjas elementales. Nosotros somos quince, de los cuales diez son ninjas elementales, tres ninjas médicos y dos ninjas que utilizan el arco, ¿cuál es nuestra prioridad? —preguntó ella entusiasmada. A Naruto le resbaló una gota de sudor por la sien, a su amiga le gustaba demasiado aquello.
—¡Mi prioridad es vencerlos, de veras! —exclamó Naruto, sonriendo.
—Debemos acabar con ellos para conseguir lo que han robado —dijo el Uchiha con simpleza.
—Mal, el objetivo que todos deberíamos seguir es el pacífico, no debemos matarlos, solo acorralarlos y someterlos a genjutsu. No debemos acabar con ellos para conseguir el botín. Los ninjas elementales los acorralarían con jutsus, los arqueros vigilarían el perímetro en busca de amenazas y refuerzos, y los ninjas médicos estarían en caso de alguna urgencia médica —explicó la de cabellos grises mientras sus ojos se iluminaban—. ¡La violencia está mal!
—Esa es tu opinión, sería mucho más útil cargárnoslos a todos —comentó el de ojos negros.
—Si lo piensas bien, la táctica de Nozomi es la más acertada, nos superan en número, y seguramente en fuerza —dijo Naruto, haciendo acopio de toda su inteligencia.
—Además, si los matamos, no podríamos obtener información. ¿Estáis de acuerdo con el plan? —cuestionó ella.
—Hay algo que no entiendo, si son más fuertes, ¿cómo vamos a meterlos en un genjutsu? —preguntó Sasuke.
—Entiendo tu pregunta, para responderla te diré que, estando tan alejados de ellos como en el mapa, no habría necesidad de acercarnos ni, por ende, de pelear físicamente, apenas verían algo antes de ser atrapados por nuestras técnicas —explicó la de ojos negros, como si la vida le fuese en ello.
—Increíble, Nozomi —susurró Naruto. Al presentar la táctica ante Iruka, se la dio por buena, era una de las muchas posibilidades que podían aparecer.
—Nozomi, ¿por qué te disgusta tanto la violencia? —preguntó Sasuke cuando todos se hubieron sentado de nuevo, ella apretó los puños.
—La violencia te ha llevado a un lugar muy oscuro, a ti y a muchos, no es necesaria. Nadie sale ganando en una guerra a no ser que sea gente con poder. Sacrificamos a ninjas que, aunque venzan, no conseguirán nada solo para que los ricos se enriquezcan más. Además, las personas a las que hieres tienen familias que se preocupan por ellas, no quiero hacer daño a nadie —explicó la Senju. Naruto agarró sus manos y sonrió.
—Eres demasiado buena para este mundo, Nozomi —comentó el Uzumaki, mirándola a los ojos.
—¿Y por qué eres ninja? No te entiendo —dijo Sasuke, apoyando su cabeza en su mano.
—Quiero cambiar las cosas desde dentro... Además, hace tiempo le prometí a alguien que seguiría sus pasos, aunque no creo ser capaz de hacerlo y, aunque lo consiguiera, ella no podría verlo jamás —habló Nozomi, sonriendo de manera triste.
—¿Por qué dices eso, de veras? —preguntó Naruto.
—Porque ella está muerta y no pude hacer nada para evitarlo —respondió Nozomi, todavía con una sonrisa.
—¿Quién era? —cuestionó esta vez Sasuke.
—Qué curioso estás hoy... Se trataba de mi madre. —Naruto y Sasuke asinteron al unísono. Naruto pensó que hubiera sido mejor no preguntar, pero tampoco veía demasiado triste a su amiga. Sasuke, por su parte, se dio cuenta de que él no era el único que sufría, pero que Nozomi fuese alguien que sí lo hacía, le puso tremendamente triste.
El género de música preferido de Nozomi es el Rap.
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Smile | Naruto Uzumaki
ספרות חובביםSonreír nunca se nos hizo fácil a ninguno de los dos, quizá a mí más que a Nozomi. Su nombre significaba esperanza, y eso es justo lo que me dio. Cuando nadie podía amarme, llegó ella, y, por Dios, lo puso todo patas arriba. -aerhyan | 2019