Smile | Naruto Uzumaki

Capítulo 51: El nacimiento de un rey y la muerte de una reina.

     —¿Por qué llega tarde? —preguntó Sai. Había pasado media hora de la hora acordada y la chica no se dejaba ver.

     —No querrá verte la cara —susurró el Uzumaki. Al cabo de unos minutos, la Hatake apareció al lado de Yamato.

     —Discúlpate por llegar tarde —ordenó el de ojos negros.

     —No estoy arrepentida, así que no lo haré. —Nozomi subió su máscara y se puso al lado del rubio.

     —¿Estáis listos? —preguntó el capitán—. Equipo Kakashi, ¡en marcha!

     Y su primera misión dio comienzo. La tensión se podía cortar con un cuchillo; Naruto había peleado tanto con Sai en los pocos minutos de trayecto, que a Nozomi ya le empezaba a doler la cabeza.

     —Naruto, no te pongas así, ¿no os enseñó Kakashi a trabajar en equipo? —preguntó Yamato.

     —No metas a Kakashi en esto —comentó la Hatake seriamente.

     —¡Eso! ¡Y deja de echarme la bronca! ¡Él no es miembro del equipo Kakashi! ¡El cuarto miembro siempre ha sido Sasuke! ¡Este notas solo está aquí para suplir a Sasuke mientras no está! —gritó Naruto—. Y punto. ¡Ni de coña lo voy a aceptar en el equipo!

     —Guay —dijo Sai sonriendo—. Me quitas un buen peso de encima. Traicionó a Konoha y se fue a servir a Orochimaru. No quiero que me metan en el mismo saco que Sasuke que se ha convertido en el perrito faldero de Orochimaru.

     —Serás capullo —susurró Naruto, dispuesto a golpear a la reciente incorporación. Nozomi le detuvo.

     —Trabajemos en equipo, nos guste o no —habló ella—. No tenéis por qué llevaros bien, pero no os intentéis matar cada tres segundos. A Yamato y a mí, la gente normal, nos cansa.

     —Suerte que hay alguien con dos dedos de frente... —susurró el capitán. De repente, la chica golpeó el suelo, destruyéndolo en pedazos y haciendo que Sai tuviese que retroceder.

     —Pero hay algo que me cansa mucho más que veros pelear. Y eso es escucharte hablar mal de una persona preciada para mí. Vuelve a comentar algo de Sasuke y el próximo golpe irá directo a tu cara. Considérate advertido —masculló Nozomi, después se colocó mejor los guantes.

     —No me gustaría tener que pelear contra ti —murmuró Sai—. Está bien, no volveré a criticar a Sasuke delante de ti.

     —¡Capullo! —exclamó el Uzumaki.

     —¡Mazmorra de cuatro pilares! —Del suelo emergieron unas barras de madera que crearon una especie de prisión. —Como sigáis peleando voy a tener que meteros en esta celda.

     —¿Elemento madera? —preguntó la chica—. Ya recuerdo quién eres...

     —Apenas tenemos tiempo para llegar al puente Cielo y Tierra. Pero aun así, sí que nos queda suficiente tiempo para un pequeño desvío. Soy vuestro mediador y, como tal, tengo un par de sugerencias. Puedo meteros en esta celda un día entero para que aprendáis a llevaros bien... O pasamos una noche en un hotel con termas. ¿Qué preferís? Soy de los que hacen siempre las cosas por las buenas, pero no le hago ascos a usar el miedo como herramienta de control.

     —Vamos a las termas, ¿sí? —Nozomi habló dulcemente.

     —Tal y como te recordaba —comentó Yamato, que comenzó una entretenida charla con su excompañera de ANBU, como si nada hubiera pasado.

     Al llegar a las termas, el equipo se dividió. Los miembros masculinos, se fueron a las de hombres y Nozomi, a las de mujeres. Estaba tan contenta de perder de vista por unos minutos a sus compañeros que no podía creérselo.