Capítulo 83: No son los milagros los que inclinan al realista hacia la fe.

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     —Procura no mover el brazo durante las próximas veinticuatro horas, yo misma me encargaré de revisártelo mañana —dijo Nozomi mientras curaba el hueso roto del hombre.

     Los heridos se habían comenzado a acumular en las tiendas de campaña y, pese a que todo el que podía estaba ayudando, no habían suficientes médicos. Pensó en que debería haber un programa para instruir a todo ninja en el ninjutsu médico, pero ya era muy tarde para proponerlo.

     Nozomi se cambió los guantes e hizo pasar al siguiente ninja. Cuando entró por la puerta, Nozomi se lo quedó mirando, un tanto confundida.

     —¡Neji! —exclamó, haciéndole un ademán para que se sentara frente a ella—. No te he visto nunca tan mal...

     —¿Me vas a curar o te vas a seguir riendo de mí? —preguntó jocosamente. La chica sonrió y él se quitó la parte de arriba de su traje, dejando a la vista bastantes heridas.

     —Bien, déjamelo a mí —murmuró la Hatake, comenzando a curarle.

     Al cabo de unos quince minutos, le comunicó que había acabado de sanar las heridas superficiales. Vendó el torso del chico y su hombro y recogió su pelo en su coleta baja habitual.

     —Gracias —dijo el Hyuga.

     —Descansa. Lo necesitas. Has usado demasiado tu Byakugan —ordenó Nozomi, quitándose sus guantes.

     —Mira quién fue a hablar... De todas formas, no es tan sencillo. Mi papel es detectar amenazas más rápido que nadie y notificar al cuartel general para mejorar nuestras probabilidades de éxito en las batallas. Necesito usar mi Byakugan para hacer bien mi trabajo —explicó el chico con voz cansada.

     —Eso no implica que no debas descansar. Eres un ser humano, lo necesitas. Descansa un poco aquí —dijo ella. El chico se levantó del taburete abruptamente.

     —Consejos vendo pero para mí no tengo. —Dejó escapar una carcajada. —Gracias por todo, Nozomi.

     Neji salió de la carpa bajo los ojos recriminadores de la chica, que no podía creerse lo tozudo que era.

     —¡Nozomi, venga, rápido! —exclamó un médico, entrando en la carpa.

     La chica se levantó y corrió detrás del hombre, que parecía aterrorizado. La llevó a una pequeña explanada, donde se juntaron con otros ninjas alrededor de unos cadáveres tapados con mantas.

     —¿Qué demonios ha pasado aquí? —preguntó la Hatake, poniéndose de cuclillas frente a los cuerpos.

     —Parece que tenemos un espía infiltrado —dijo un ninja.

     —Está yendo a por los jonin médicos, es lo que las víctimas tienen en común —explicó un médico—. Pero ¿cómo? Para llegar hasta aquí todo el mundo tiene que pasar una inspección de chakra exhaustiva.

     —Si bien es imposible pasarla con un jutsu de transformación, debe haber algo que la evada... —murmuró Nozomi—. Lo más probable es que un ninja aliado esté siendo manipulado por un jutsu muy poderoso.

     —¿Qué está pasando aquí? —preguntó alguien, acercándose al grupo. Pese a que era Neji, Nozomi no había sido capaz de ubicarlo por su chakra.

     —Han asesinado a varios jonin médicos. Estábamos hablando de la posibilidad de que un aliado esté siendo controlado por un jutsu —explicó la Hatake, poniéndose de pie.

     —Ya entiendo... —murmuró el Hyuga—. Si aquí solo hay ninjas de la alianza, será difícil distinguir al culpable. Está mezclado entre los compañeros. Incluso podría ser cualquiera de los que estamos aquí reunidos. Es cuestión de tiempo que comencemos a sospechar los unos de los otros. Y eso le interesa al enemigo.

Smile | Naruto UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora