Capítulo 70: Qué débil es la mente cuando trata de olvidar.

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     —¿Por qué diablos te sigues levantando si sabes que vas a morir? —masculló Pain mientras Nozomi se levantaba a trompicones y sonreía de lado. Extendió su mano hacia él.

     —Porque mientras solo sea dolor, puedo soportarlo —respondió ella, creando un portal. Introdujo su mano en él y rompió una de las barras que mantenían a Naruto clavado al suelo. Pain lanzó una de sus barras de metal a la chica, que logró esquivarla, haciendo que se clavara en su hombro y no en su corazón. "No puedo encerrarle en mis portales porque podría salir fácilmente con su Rinnegan. Tampoco puedo atacarle con taijutsu porque saldría volando... Haga lo que haga es muy difícil que no resulte en un ataque mortal por parte de Pain. Debo adelantarme a él... Y la única manera de no morir es con el sello. Aunque siempre existe la opción de quedarme parapléjica... Tendré que confiar en la suerte. He de liberar a Naruto y para eso debo conseguir todo el tiempo posible", pensó la chica.

     —Nozomi, por favor, vete —murmuró Naruto, no queriendo mirar a su amiga a la cara.

     —No. No rendirme y no desdecirme de mis palabras... ese es también mi camino ninja. Mira bien... porque este será mi último movimiento —murmuró la Hatake, sonriendo—. Te dejo lo demás a ti, Naruto.

     Activó su Sello de la Fuerza de un Centenar y se introdujo en un portal. Al salir, apareció al lado de Naruto y, a base de golpes, logró liberar a su amigo. "Lo más difícil ya está hecho, es una pena que no pueda crear más portales... Estoy agotada... He hecho suficiente, ¿verdad?", pensó, sonriendo.

     De repente, una fuerza comenzó a atraerla hacia Pain. Naruto intentó agarrar la mano de su amiga, pero solo le dio tiempo a rozarla con la yema de sus dedos. "Naruto, siento poner todo este peso en tus hombros... Despídete de los demás por si yo no puedo hacerlo. Deseo que la Hoja pueda renacer de los escombros aunque no esté yo para verlo. Si he podido salvar a una sola persona, me doy por satisfecha", pensó Nozomi antes de que impactara en ella una barra del Akatsuki.

     Pain dejó caer el cuerpo de la chica, con el metal incrustado en el pecho, al suelo. Naruto miraba la escena con los ojos abiertos de par en par. No podía creerse que Nozomi hubiera muerto, no quería hacerlo. No podía pensar en nada, una especie de humo negro nubló su juicio y el dolor se apoderó de él. Pain intentó atacar a Naruto, pero la chica agarró su pierna inconscientemente, porque proteger a Naruto le era natural, como memoria muscular.

     —Intentas levantarte... Agradezco el esfuerzo —masculló el Akatsuki, clavando otra barra en el pecho de la chica.

     Nozomi Hatake tomó su última bocanada de aire y sonrió con los ojos cerrados. Cuando los abrió, se encontró en una especie de lugar blanquecino. Se levantó del suelo y observó sus brazos. El Sello de la Fuerza de un Centenar se extendía por ellos.

     —Ah, pensaba que saldría viva de esta... qué cruel es la esperanza —murmuró, sonriendo—. Pero estoy segura de que Naruto se encargará de todo. —Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. —Es una pena, de verdad quería verle llevando la capa de Hokage... ¿Por qué estoy llorando? Debería estar feliz por haber podido ganarle algo de tiempo. —Pasó su mano por sus ojos, intentando dejar de llorar. —No me he podido despedir de nadie, qué muerte más triste. Pero bueno, todos moriremos de una manera parecida.

     Cayó de rodillas al suelo y apoyó sus manos en él.

     —No quiero morir —sollozó—. Sé que un ninja siempre muere con remordimientos, pero no quiero morir así. —Sus lágrimas se mezclaban con la sangre de la comisura de su boca, dejando manchas de un rojo diluido sobre el suelo blanco. —Quería ver al equipo 7 junto de nuevo, decirle a Naruto lo que sentía... Siquiera he dado lo mejor de mí misma en esa lucha. Lo siento Tsunade, Kakashi, no he estado a la altura.

     —De pequeña no eras tan habladora, Nozomi —murmuró una mujer a sus espaldas.

     El cuerpo de la chica se congeló, siquiera ella fue capaz de procesar la voz que se había referido a ella. Tragó en secó y giró su cabeza paulatinamente. Por el rabillo del ojo, pudo ver a su progenitora. Detrás de ella, se alzaba Naomi Hatake de una manera imponente.

     —Llevo viendo tu progreso todo este tiempo —murmuró la mujer.

     —¿Por qué harías algo así? —espetó Nozomi.

     —Porque eres mi hija.

     "Ahora sí soy tu hija, ¿eh?", pensó la chica con el ceño fruncido. Pero no dijo nada, no se atrevía. Pese a que había conseguido ser más fuerte, seguía temiendo a su madre como cuando era pequeña. "Soy lamentable, una vergüenza...". Suspiró pesadamente.

     —Me alegra saber que Kakashi se ha encargado de cuidarte durante todo este tiempo. Siento que le haya tocado a él hacer mi trabajo... —dijo Naomi, sonriendo sutilmente.

     —¿Lo sientes por él? —masculló su hija. "¿Qué hay de mí? No tuve a nadie cuando era pequeña. ¿Tu trabajo? Tu trabajo era quedarte a mi lado."

     —No pienses que estoy orgullosa de lo que he hecho... Sé que ha sido complicado para ti, no fui una buena madre ni cuando estaba viva. Lo siento mucho.

     —¿Qué culpa tenía yo? —murmuró Nozomi—. ¿Era porque tenía el poder de mi padre? ¿Por qué me hiciste todo aquello?

     —No tengo excusas... Te cargué con la culpa de mi matrimonio, con la partida de tu padre... No puedo hacer más que pedirte perdón, aún sabiendo que no es suficiente. —Naomi sonrió con tristeza. Su hija se limitó a asentir, no tenía nada más que decir. Entendía el motivo de su suicido y no lo veía como algo bochornoso. Lo que sí era incapaz de perdonar era el abuso. Al fin y al cabo, ella era una niña pequeña que no podía defenderse.

     "No tengo ni ganas de hablar ni de perdonarla. Me quiero ir a casa". Cuando pensó en su hogar, no pudo evitar derramar un par de lágrimas. "Da igual, no puedo volver allí... Y eso que me quedaban un par de meses para saldar mi deuda... Ah, qué injusto."

     —¿Te quedarás aquí para toda la eternidad? —murmuró Nozomi, disgustada. Su madre dejó escapar una carcajada. "¿De qué se ríe esta ahora? Sabía que no iría al cielo, pero esto es mucho peor que el infierno, joder", pensó.

     —No te preocupes, gracias al sello, estás regenerando tus tejidos en este momento. Hiciste bien al activarlo...

     —Así que he sobrevivido —murmuró la chica—. Menos mal.

     —Sí, menos mal. 

 

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Smile | Naruto UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora