Alguien llamó a la puerta de la casa de Nozomi. Al escucharlo, la niña agarró sus bolsas de la compra y caminó de la cocina a la sala de estar.
—¡Nozomi Senju, date prisa! —exclamó Sasuke formalmente.
—¡Voy, voy! —gritó ella, poniéndose sus sandalias ninjas.
Salió de su casa y cerró la puerta tras de sí después de dedicarle una sonrisa al Uchiha, que la miraba ensimismado. Una vez al lado de Sasuke, le quitó su lista de la compra de las manos y ambos comenzaron a caminar.
—¿Cuánto vas a cocinar? ¿Planeas hacerle la comida a toda la Hoja? —preguntó Nozomi, leyendo todos los ingredientes y sus respectivas cantidades.
—¿No son estas las cantidades normales? —murmuró él.
"Soy estúpida, esta es la primera vez que hace la compra él solo", pensó la Senju, devolviéndole el papel con una sonrisa en la cara.
—No te preocupes, yo te diré qué comprar y te enseñaré a cocinar. ¡Llevo haciéndolo desde hace mucho tiempo, así que soy bastante buena! —dijo Nozomi, agarrando la mano de Sasuke, que asintió un tanto cohibido.
Los dos niños caminaron hasta el mercado y el Uchiha se dejó guiar por las recomendaciones de su amiga, que sabía qué verduras duraban más y qué carne era más fácil de preparar. Se preguntó, entonces, quién le había enseñado todo eso a ella y, si lo había aprendido por su cuenta, cuánto tiempo llevaba sola.
—Sí, póngame un kilo de tomates —le comentó la niña a una mujer del puesto de verduras, entregándole un par de billetes.
—Claro, ahora mismo —dijo la mujer, agarrando unos cuantos.
—No sabía que te gustaban tanto los tomates —murmuró el Uchiha mientras le daban los tomates a su amiga.
—Son para ti. No es gran cosa, pero es un regalo —explicó ella, entregándole la bolsa con las frutas.
—Oh, no tenías por qué, muchas gracias —susurró Sasuke, sonrojándose.
—Ya sabes que siempre que tengas algún problema, puedes contar conmigo —comentó la niña, sonriéndole.
Sasuke se la quedó mirando y asintió. A sus ojos, Nozomi era perfecta y se le hizo imposible no enamorarse de ella. Justo era en esos momentos, los cotidianos, en los que pensaba que le gustaría pasar toda su vida al lado de la chica.
Una vez hubieron acabado, caminaron de vuelta a la casa de la Senju. Justo cuando pasaban por delante de la academia ninja, Nozomi observó a Naruto, que estaba sentado en el columpio del árbol.
—Nozomi, ¿qué miras? —preguntó Sasuke, que dirigió su mirada a donde lo hacía su amiga. En cuanto reparó en Naruto, agarró la mano de la chica y tiró de ella—. Venga, vámonos, tengo hambre...
—Eh, espera. Podemos comer los tres juntos —dijo ella. El Uchiha frunció el ceño y dejó escapar la mano de la chica—. ¡Naruto!
El rubio levantó la cabeza y saludó con su mano, sonriendo ampliamente. Nozomi y Sasuke corrieron hasta llegar al lado del rubio.
—Naruto, ¿quieres comer con nosotros? —preguntó la chica, sonriendo.
—¡Claro! —Se levantó del columpio con vehemencia y se puso en medio de los dos amigos. —¿Qué hacéis los dos juntos?
—¿Y a ti qué te importa? —masculló Sasuke, caminando para ponerse al lado de la Senju.
—¡Eh, ¿a ti qué te ha dado?! —gritó Naruto, enfadado.
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Smile | Naruto Uzumaki
FanfictionSonreír nunca se nos hizo fácil a ninguno de los dos, quizá a mí más que a Nozomi. Su nombre significaba esperanza, y eso es justo lo que me dio. Cuando nadie podía amarme, llegó ella, y, por Dios, lo puso todo patas arriba. -aerhyan | 2019