Capítulo 47: La vida no necesita de ideales.

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     Al final, ni Temari ni sus ninjas de Sunagakure pudieron acompañar al equipo Kakashi en busca del Kazekage, en su lugar, sería la anciana Chiyo quien les acompañaría. Corrieron sin descanso hacia el lugar indicado por Pakkun, pero, a mitad de camino, se encontraron con un individuo un tanto indeseable: Itachi Uchiha.

     —Tú —susurró Nozomi. Naruto dio un paso al frente para protegerla

     —Ah, es ese chaval —murmuró Chiyo—. El criajo que masacró a todos los miembros de su clan.

     —Cuánto tiempo sin vernos, Kakashi, Naruto, Nozomi... —dijo el Uchiha.

     —¡¿Por qué vais también a por Gaara?! —exclamó Naruto. La chica se ajustó su máscara y agarró el brazo del rubio, haciendo que él se quedara tras ella—. ¡Os aplastaré con mis propias manos!

     —Naruto, relájate —ordenó la Hatake. Itachi levantó su mano.

     —¡No le miréis directamente a los ojos! ¡Es muy peligroso! —exclamó Kakashi—. Tened cuidado, Itachi ejecuta sus jutsus ilusorios con la mirada. Si evitáis el contacto visual todo irá bien.

     —¡Sí, ya lo sé! —gritó el Uzumaki.

     —Nozomi, cuento contigo, ya sabes qué hacer —dijo el Hatake. La nombrada asintió.

     —La cosa es sencilla, somos muchos, que uno se deje atrapar y que los demás ataquen al creador del genjutsu, así acabaremos con esto rápidamente —explicó la anciana.

     —Eso estaría bien para un genjutsu cualquiera, pero contra Itachi no servirá de nada. Él es un genio, fue líder de ANBU a sus trece años y, además, posee el Mangekyo Sharingan, que es mucho más poderoso que el Sharingan normal —explicó Kakashi.

     —Justo lo que esperaba de ti, Kakashi —comentó el Uchiha—. Parece que no sufriste mi Tsukuyomi en vano aquella vez.

     —Eso no es lo único que aprendí. Después de utilizar tu jutsu ocular, estabas tan agotado que intentaste terminar el combate y retirarte inmediatamente. Además de requerir una gran cantidad de chakra, parece que el uso de tus ojos también conlleva cierto riesgo, Itachi. Y tienes una pequeña traba más en tu camino: Nozomi, ya lo descubrirás.

     —Solo con un enfrentamiento ya me has calado a este nivel... —susurró el Uchiha.

     —Dime, Itachi, ¿cuánta vista has perdido? —preguntó el Hatake, levantando su bandana y dejando ver su Sharingan—. Bueno, la última vez fui un descuidado, normalmente no soy tan zopenco. Esta vez la historia no va a repetirse.

     —Y si crees que conmigo también te va a ir como la otra vez, prepárate para llevarte un chasco —dijo el Uzumaki.

     —Naruto, escucha, Nozomi y yo nos encargaremos de él.

     —¡¿Por qué ella y no yo?! —exclamó el rubio.

     —Ya lo entenderás cuando lo veas por ti mismo —susurró su maestro. Naruto asintió, miró a su amiga, que tenía la mirada postrada en el anillo de su oponente, y asintió—. Cúbrenos, Naruto.

     El equipo comenzó a combatir, Naruto fue atrapado rápidamente en un genjutsu, tal y como se esperaría de él. Nozomi anuló su genjutsu con relativa facilidad y corrió al lado de Kakashi, que se había acercado un par de metros. Ambos Hatakes realizaron el chidori, se miraron entre sí y asintieron. Con la mirada fija en los pies de su oponente, se abalanzaron a él. Pero fue en vano, no consiguieron siquiera rozarle. En un despiste, cuando Nozomi e Itachi estaban peleando usando taijutsu, la chica cayó presa del Tsukuyomi.

Smile | Naruto UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora