Smile | Naruto Uzumaki

Capítulo 10: La soledad sigue siendo la mejor de las compañías.

     Naruto había comenzado a cansarse de las misiones de rango D que les eran asignadas al Equipo 7. A decir verdad, los tres estaban igual. Quizás por eso el destino les había metido en una misión que, aunque oficialmente era de rango C, acabó convirtiéndose en una de rango B como mínimo. Justo en ese instante, Kakashi había sido atrapado por la cadena de dos ninjas, que procedieron a cortarle en pedazos con esa misma arma.

     —Así que así moriremos —susurró Nozomi—. ¡Chicos, ataquemos todos al mismo ninja! —Aunque era mucho más fácil decirlo que hacerlo. El enemigo era mucho más rápido y se había colocado detrás de Naruto, con la intención de asesinarlo. La chica le lanzó un shuriken, pero fue esquivado con suma simpleza. Se puso delante de Tazuna mientras Sasuke luchaba contra el otro hermano, no le era difícil leer al enemigo, y supo que atacaría a su protegido en cuanto tuvieran la oportunidad.

     Y así fue, decenas de shurikens le fueron lanzadas a Tazuna, Nozomi fue capaz de desviar unas cuantas con un kunai, pero algunas otras acabaron rasguñándola. El Uchiha consiguió arrebatarles sus cadenas, pero ellos no parecieron darle importancia, pues estaban a punto de atacar a Naruto. La chica alzó la mano, debía parar ese ataque. Antes de abrir un portal, sintió una ráfaga de viento a su lado, era Kakashi. El hombre derrotó a los hermanos sin complicaciones y observó a sus alumnos.

     —Bien hecho Sasuke, se nota que eres bueno luchando y muy fuerte. Y tú, Nozomi, has conseguido que el cliente no sufra ni un rasguño, además de intentar coordinar al equipo, aunque no ha salido demasiado bien. Por el contrario, Naruto, tú te has quedado ahí plantado —habló el maestro. La Senju miró sus brazos llenos de cortes y después reparó en que Sasuke estaba más o menos igual que ella. Sacó un ungüento de su mochila y se lo puso en sus heridas, se acercó al Uchiha y también se lo aplicó a él, sin preguntarle si quería o no.

     —¿No estás herido, miedica? —cuestionó Sasuke. La chica le dio un codazo.

     —¡Sasuke! —gritó el Uzumaki. El nombrado no pudo evitar sonreír de lado.

     —Naruto, no te muevas, las garras de esos ninjas tenían veneno, tenemos que sacártelo rápido. Tienes que abrir la herida y sacarlo —explicó el maestro.

     —Señor Tazuna, no quiero ser indiscreta —murmuró la chica con el bote todavía en la mano—. Pero me gustaría saber qué está pasando. Esos dos ninjas parecían extremadamente fuertes, no tiene sentido que esta sea una misión de rango C.

     —Nozomi, ya me encargo yo de las preguntas —dijo Kakashi mientras ataba a los enemigos a un árbol—. Como bien ha dicho la chica —habló una vez hubo acabado—, estos dos son jonins de la Aldea Oculta de la Niebla y su especialidad es el ataque implacable.

     —¿Cómo supiste de nuestra emboscada? —preguntó uno de ellos.

     —Venga, ¿en serio? Un charco en un día soleado sin que haya llovido en semanas, hasta mis chicos se han dado cuenta —respondió el maestro.

     —Entonces, ¿por qué dejaste que tus alumnos se enfrentaran a ellos? —cuestionó Tazuna.

     —Porque tenía que descubrir su objetivo —respondió el hombre.

     —¿Y que has descubierto?

     —Me preguntaba si iban tras nosotros o tras usted, el gran constructor de puentes —dijo Kakashi—. Pidió una protección estándar para ladrones y saqueadores, no comentó nada de ninjas persiguiéndole. Si hubiéramos sabido esto, esta misión sería rango B como mínimo. Solo debíamos llevarle a su destino y protegerlo mientras construía su puente. De haber sabido lo de los ninjas, el equipo hubiese sido otro y le hubiésemos cobrado bastante más. Debe haber tenido sus razones, pero que nos haya mentido es inaceptable.