Podría atar las sábanas a la cama, tirarlas por la ventana y escapar. Tendría que hacerlo de noche para no alertar a nadie.
Puedo hacerlo con Finn en brazos, o también podría atarlo a mi pecho con alguna tela, aunque es demasiado arriesgado.
Gimo frustrada y dejo caer la cabeza en la cama. Finn me golpea suavemente. Sonrío con tristeza. Todos los planes que me vienen a la cabeza tienen un «pero». Todos relacionados con él. No puedo ponerlo en peligro, pero tampoco puedo quedarme aquí y arriesgarme a que algo le ocurra.
Los golpes en la puerta me sobresaltan.
Tomo a Finn rápidamente y me pongo de pie. Agarro unas tijeras que encontré y las apunto hacia la puerta.
No he vuelto a dormir. No me arriesgaré a que me quiten a Finn. ¡Sobre mi cadáver! Estoy en la casa de un asesino, con un asesino, y no sé cuánto tiempo pasará antes de que pierda la cabeza y venga a matarnos.
Pero cuando eso pase, ¡no me iré sin pelear!
—¿Hola? —pregunta la voz de una mujer tras la puerta.
—¡Aléjese!
No me hace caso. Una mujer de unos cincuenta años se asoma. Trae una bandeja con comida. Sonríe incómoda mientras guarda una llave en el delantal.
—No estoy armada, solo traigo la colazione.
Con cada paso que ella da, retrocedo hasta llegar a la puerta del baño. Murmura algunas palabras en italiano, pero no las entiendo.
A paso lento, logra llegar a la mesa y deja la bandeja sobre ella.
—No tengo hambre.
El estómago me ruge en ese mismo instante. Hago una mueca, pero ella no presta atención.
—Uno de los tazones es para il bambino. —Su acento es más fuerte que el de Dante.
—Gracias —respondo entre dientes, sin bajar las tijeras.
—Si necesitas que lo cuide, puedo...
—Dije que gracias.
Suspira, asiente y se va.
Corro hacia la puerta y vuelvo a cerrarla con llave. Podrán entrar, pero no me tomarán desprevenida.
Miro la comida en la bandeja. Hay tostadas, jugo y dos cuencos con frutas cortadas y peladas. ¿Está mal que sea tan desconfiada como para no querer comer estas cosas? A lo mejor ella envenenó la comida. No me sorprendería si en esta casa todos están mal de la cabeza.
Me acerco y pruebo un plátano cortado. Sabe igual que siempre. De mala gana, se lo doy a Finn. Lo quiera o no, necesitamos comer. Puede que mi leche ya no sea suficiente para alimentarlo bien, y si va a vivir, no lo mataré de hambre.
No saldré de esta habitación hasta que tenga un plan para escapar de esta casa.
• • ❛ Glosario ❜ • •
La colazione: El desayuno.
Il bambino: El niño.
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Grita Por Mí (+21) [Terminado]
RomansaMe traicionó una vez. ¿Cómo espera que vuelva a confiar en él? Lana: ¿Qué haces cuando el príncipe de tu historia se convierte en el villano? Hace dos años me rescató de una prisión solo para llevarme a otra peor. Dante Cassano me traicionó. Destroz...