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—Me quedé en el auto, esperándolos

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—Me quedé en el auto, esperándolos. Luego los seguí, con otros autos detrás de mí. Estaba tan cegado por la rabia que no me importó que me descubrieran.

»Cuando llegaron a la cabaña, me preparé para matar a Stefan, pero Alexei y sus hombres me dispararon con un taser. No tuve oportunidad de reaccionar y él... —se le rompe la voz—. Me obligó a verlos hasta que terminaron. Después me encerraron en una bodega. —Sacude la cabeza—. Estuve tres meses ahí dentro, viendo cómo me llamabas, sin poder contestar el maldito teléfono.

—Me viste —murmuro casi sin voz.

Esa noche estaba tan drogada que Stefan me usó como a una muñeca. Consumó el matrimonio sin besarme y tratándome como una basura, insultándome, diciendo asquerosidades que no quería oír. Me usó hasta que estuvo satisfecho y lo suficientemente cansado para hacer algo más.

Cuando se acostó a mi lado, yo me quedé mirando el mar, pensando qué tan efectivo sería ir y ahogarme ahí esa noche.

Por supuesto, no lo hice. Fui muy cobarde para siquiera intentarlo.

—Cuando me encontraron habían pasado cuatro meses —continúa—. Estaba desnutrido, deshidratado... siendo honesto, no recuerdo mucho.

»No supe de ti hasta dos meses después. Estabas embarazada, mi mundo se derrumbó. Volví al trabajo poco después, te seguí en mis días libres y planeé tu rescate una y otra vez.

»Envié a mis hombres a hablar con Stefan, inventé una red de tráfico para acercarme a cada uno sin mostrarme. Mi gente iba con un micrófono a las reuniones y yo oía después.

»Cuando Stefan hablaba de ti, mi sangre hervía. Cuando dijo que Finn era mío, no tienes idea de lo feliz y frustrado que me sentí. No podía demorar más las cosas para poder estar con ustedes, también porque alguien insinuó que pagaría millones por desquitarse con él como si fuera yo.

»Por mucho que lo odié, no podía perder la cabeza, pero incluso planeando cada detalle, fallaba cada vez que intentaba acercarme a ustedes, hasta que Stefan dio un paso en falso y me aproveché de eso.

—¿Por qué te portaste como un imbécil cuando volviste a mi vida? ¿Por qué debías mostrarme cómo lo matabas? —la voz apenas me sale—. Ese día no me diste la seguridad de siempre. Me sacaste de mi zona segura, me disparaste, ¡me mostraste cómo lo desmembrabas!... Hice lo imposible para no pensar en ti, para olvidar el último mensaje que me enviaste, para tolerarlo... y prácticamente me mataste.

—Debía hacerlo. Yo... —Exhala—. Los estaban buscando. Era una cacería. Necesitaba que escucharan tu desesperación en caso de que hubiera testigos. Si te llevé al bosque, fue porque no podía alejarte de mi vista. Te necesitaba cerca porque no sabía si nos seguían, si nos vieron... Necesitaba que escucharan tus gritos y súplicas. Que todo el mundo supiera que la familia Noskov había muerto.

—¿Por qué?

—Porque todos saben dónde encontrarte. —Mira nuestras manos—. Eres la única fuente de información ligada a los Noskov y a mí.

—Pero yo no sé nada.

—Yo lo sé. Ellos no. Habrían usado a Finn para torturarte hasta que no les sirviera, y no podía permitirlo.

Se me encoge el corazón.

—Pero permitiste otras cosas.

—No por voluntad propia; hice todo lo que estaba en mis manos: envié gente a que te vigilara, arriesgué la seguridad de mi hospital para que tuvieras a Finn en el mejor lugar...

—¿Tu hospital?

Sonríe.

—¿Crees que iba a dejarte sola en el día más importante de tu vida, amore?

¿Qué...?


—Con mi vida, Lana.

Dante.

No. No es él. Estoy alucinando otra vez.


—Te prometo que estará bien, ragnetta. Mañana volverás a verlo.


Oh dios.

Era él. Dante estaba sosteniendo mi mano mientras Finn nacía.

Estaba conmigo...

Pero si éramos solo nosotros, ¿por qué no nos llevó en ese momento?

Grita Por Mí (+21) [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora