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Más tarde el mismo día

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Más tarde el mismo día.

Quiero gritar, golpear a cualquier hijo de puta que se cruce en mi camino y llevarme a Lana.

Quiero una puta explicación.

¿Por qué mierda no me esperó? Ella no haría algo así. Ella jamás se habría puesto de parte de su padre. ¡Nos engañaron a ambos!

Al llegar al lugar, me quedo esperando en el auto. No puedo cometer ningún error. Si su esposo es familiar de Alexei, Lana está en grave peligro.

Las personas entran y salen del lugar, menos los novios.

Yo debía ser uno de ellos.

Iba a dar el sí, besarla, y me la iba a llevar de luna de miel durante tres meses. Tenía todo listo. Nadie nos iba a interrumpir.

Y todo se arruinó.

Creí que había llegado tarde, creí tener la hora mal configurada, pero no es así. Jugaron conmigo. Con nosotros. ¡Lana no merece pasar por esto!

Salgo del auto y me dirijo a la entrada. Para mi sorpresa, nadie me detiene. Podría pedir refuerzos, podría llevarme a Lana a la fuerza...

«Mente fría. Cálmate, hijo».

«Te necesito, papá».

Son muchos invitados, incluso Lana podría salir herida por mis impulsos y no quiero arriesgarme a eso. No podríamos acabar con ellos sin herir a gente inocente en el proceso. En el peor de los casos, incluso tomarían rehenes.

No me importa morir si logro salvarla, pero su vida no puede terminar aquí. Mierda, ni siquiera ha vivido lo suficiente. Ha estado toda su vida encerrada en esa puta casa. Merece una vida tranquila, no morir en un tiroteo.

Al entrar me ofrecen un trago. Lo acepto, solo para ser cortés. Avanzo entre la gente, todos están de pie mirando algo en el centro. Todos menos Victoria, cuya mirada está perdida en el mantel. Su rostro empapado de lágrimas.

Nuestras miradas se encuentran, su rostro se suaviza y mira a su alrededor antes de gesticular: «sálvala».

Asiento una vez. Mi pulso se dispara.

Tengo que matarlo hoy. Si pudiera, correría y le dispararía en la puta cabeza. Cubriría a Lana con mi cuerpo, y no me importaría quedar gravemente herido. Le pediría que corra, que se lleve a su madre, lo que sea. Cualquier cosa, pero que salga de este maldito lugar, incluso si yo no logro acompañarla.

Alexei será mi segundo objetivo. Ese hijo de puta tiene que pagar por todo lo que ha hecho.

«Mente fría».

¡Mierda!

Se me nubla la vista. Centro mi atención en la decoración.

Todo es blanco, el pastel es enorme, tienen una banda tocando... Lana quería colores en tonos claros, nada blanco. Quería un pastel pequeño, y dejó la música a mi elección. Ella no tenía idea de que planeaba llevármela antes de llegar a la recepción de la boda, así que estas cosas eran irrelevantes para mí.

Me habló de sus elecciones con los ojitos brillantes y la sonrisa más grande que he visto en su rostro. Estaba tan feliz con la idea de casarse conmigo, de formar una familia, de estar tranquila por primera vez en su vida...

Y se lo arrebataron otra vez.

Paso entre la multitud antes de perder la cabeza, pero se hace aún más difícil mantener la calma al centrar la mirada en el medio de la pista de baile.

Mi prometida está bailando con su esposo.

Debería ser yo.

¡Debía ser yo!

No hay señal de incomodidad en su rostro. Sus ojos brillan, su sonrisa es enorme, y luce tan cómoda en sus brazos que me duele el corazón.

Al terminar el baile, se miran. Ella le da una de sus sonrisas deslumbrantes y se pone de puntitas para besarlo.

Me falta el aire. Se me rompe el corazón en mil pedazos.

«Ella no quiere esto».

«Mantén la calma, hijo. No seas impulsivo».

La multitud rompe en aplausos. Lana sonríe, con sus mejillas rosadas.

Y me mira.

Su rostro cae, su pecho sube y baja rápidamente. Aprieta la chaqueta de su esposo con fuerza.

¿Tiene miedo? ¿De mí? ¿De la misma persona que la ha adorado desde el momento en que la vio?

El hijo de puta sigue la mirada de Lana. Sonríe al verme, alza la barbilla y la jala aún más hacia él.

Le quitaré esa sonrisa a golpes, aunque sea lo último que haga.

Levanto mi copa, forzando una sonrisa, y luego la dejo caer.

No brindaré por esta mentira.

Salgo del lugar antes de que alguien más me vea y me reconozca. Lo que menos necesito es estar en una habitación llena de gente que me odia.

Vuelvo a mi auto y arranco fuera del recinto. Lana estará a salvo ahí dentro, siempre y cuando no me vean.

Me mata no poder ceder a mis impulsos, pero ya perdí a alguien de esa forma y no cometeré el mismo error dos veces.

Una vez la tenga conmigo, no volveré a quitarle la vista de encima.

No me la quitarán, incluso si debo secuestrarla para mantenerla a salvo.

Voluntariamente o no, ella vendrá conmigo.

Grita Por Mí (+21) [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora