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Esta mañana tuve un desayuno en familia—incluí a Javier por insistencia de Lana y de mamá, ya no quieren que coma solo—

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Esta mañana tuve un desayuno en familia—incluí a Javier por insistencia de Lana y de mamá, ya no quieren que coma solo—. Luego besé a Lana y le dije que la vería después del trabajo.

Una mentira. Me pidió que fuera honesto y ya le mentí.

Durante nuestra cita, cuando Lana estaba en el baño, Erik apareció en el restorán, buscándola.

Me vio, me sonrió y se fue. Javier lo siguió hasta llegar a su escondite. Por la mañana me dio las indicaciones, y coincide con el rastro de llamadas de Victoria con Lana.

Javier dijo que no hay seguridad cerca, así que voy solo, sin armas, sin intenciones de matarlos aún. Quiero sacar a Victoria de ese lugar. Lana y ella merecen una oportunidad.

Desearía tener al menos un día con aurora otra vez. No le quitaré la oportunidad a Lana.

La casa donde se encuentran está en medio del bosque, rodeada por arbustos y una reja no muy grande como para que pase desapercibida.

Al apagar el motor, el sonido de un río a lo lejos es todo lo que se escucha. El lugar es perfecto para acampar o tener una cabaña.

No veo a ningún matón cerca, así que asumo que los imbéciles con los que Erik se apareció ayer no están enterados de este lugar tampoco.

Me acerco por el camino pavimentado hasta llegar a la reja abierta. O me estaban esperando, o confían en que nada les ocurrirá. Al llegar a la puerta, doy dos golpes y Victoria abre casi de inmediato. No me sorprendería si Erik la tiene vigilando la casa.

Sus ojos cansados se abren de par en par en cuanto me ve y juraría que su alma abandona su cuerpo.

Está mucho peor que la última vez que la vi.

Aterrada, intenta cerrar la puerta, pero la detengo con una mano.

Sonrío.

—Hola, Vic. Busco a tu esposo.

—Vete, Dante. Por Lana —susurra.

Niego.

—Por Lana vine aquí. Se pasó de la raya y lo sabes. —Y, viendo que no quiere ceder, añado—: Solo quiero hablar. No vengo armado.

—Entonces eres aún más idiota por no hacerlo —masculla.

Alguien se acerca lentamente. Victoria cierra los ojos y sale, entrecerrando la puerta detrás de ella.

—Por favor, Dante. Cuida de Lana —susurra—. Tuvo suficiente.

Su madre sí se preocupa por ella, a su propia manera. No puedo culparla por no defender a sus hijas como Lana espera que lo haga, no después de todo lo que ha vivido.

Con la mia vita.

Una sonrisa tímida aparece en su rostro. Erik jala la puerta hacia atrás y esa sonrisa se desvanece.

Grita Por Mí (+21) [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora