Estoy llenando un crucigrama en el periódico mientras almuerzo—o eso intento—, cuando abren la puerta del comedor.
Imogen y Javier entran. La primera sigue caminando mientras inspecciona su alrededor, sorprendida. Javier, por otro lado, se apoya en una pared, mirándonos con la barbilla en alto.
Los ojos grises de Imogen se centran en mí y sonríe.
—¡Hola!
Suspiro. Esta chica irradia felicidad y mi yo irritable no quiere esta cantidad de positividad en estos momentos.
Voy directo al grano:
—Necesito que me digas exactamente lo que ocurrió cuando te entregaron a Finn.
Frunce el ceño e inclina la cabeza. Mira a Javier por un segundo.
—Tara llegó, tenía a Finn en brazos... el niño lloraba por su mamá.
»Dijo que por favor no se lo acercaran a ella y que no lo alejara de mi vista, entonces caminé por el jardín con él para distraerlo, le compré un helado, y llegó un momento donde se durmió y lo llevé a la habitación... ¡Pero no se preocupe!, salíamos al jardín de vez en cuando. No es como si estuviera todo el día y noche encerrado.
»Solo lo veía yo o mi nana cuando debía salir mucho rato a hacer compras o ir al baño. Yo me encargué de limpiar sus pañales y de vestirlo, y le aseguro que no siento nada raro por los niños. Los adoro, me encantan, pero de una forma... maternal. No como lo que hacía Tara y...
—¿Nunca estuvo a solas con Finn?
Traga.
—Nunca. No volvimos a vernos. Cuando me tocaba dormir, despertaba de inmediato si el niño necesitaba algo o hacía algún sonido. Soy de sueño ligero.
—Podemos revisar las cámaras de seguridad para verificar si dice la verdad —menciona Javier—. Aún están los archivos.
Imogen se sonroja. Yo asiento. Javier toma su teléfono y empieza a teclear.
—¿Tara dijo... algo sobre mí? —pregunta Imogen con voz temblorosa.
—Tara dijo cosas sobre ella, no sobre ti. Tú estás bien, supongo. Lo sabremos luego de ver las cámaras.
Suspira aliviada.
—¿Entonces estamos bien? ¿Me puedo ir?
Asiento y vuelvo mi atención al periódico.
Tara no abusó de Finn y no sé cómo lo tomará Lana, pero pase lo que pase, estaré ahí para ella.
—Por casualidad, ¿tienen un juramento de celibato?
La voz de Imogen me distrae otra vez. Frunzo el ceño y miro a Javier, que está a un lado de la chica sonriente.
—¿Qué le dijiste?
—¡Lo tienen! —jadea ella.
—¿Qué? No, ¡Dios! ¿Por qué tendríamos uno?
Imogen se ríe y sale de la habitación. Levanto una ceja al mirar a Javier y no puede contener la sonrisa en su rostro.
—Acaba de condenarme —suspira.
—¿Y yo qué hice?
Sacude la cabeza y se va.
¿Qué fue eso?
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El sábado ya subo los últimos capítulos 😭
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Grita Por Mí (+21) [Terminado]
RomansaMe traicionó una vez. ¿Cómo espera que vuelva a confiar en él? Lana: ¿Qué haces cuando el príncipe de tu historia se convierte en el villano? Hace dos años me rescató de una prisión solo para llevarme a otra peor. Dante Cassano me traicionó. Destroz...