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Abro los ojos

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Abro los ojos. El peso de las cobijas cubre mi cuerpo.

Frunzo el ceño. Estoy abrazando una almohada...

¡Mierda! Me quedé dormida.

Estiro la mano a ambos lados de la cama, buscando a Finn.

No está.

Me incorporo de golpe. Tampoco está en la cuna.

La puerta está abierta. ¡Dios! Había cerrado con pestillo cuando la mujer se fue.

Salto de la cama y corro, revisando todas las habitaciones. Algunas están vacías, otras tienen cosas que ahora no me interesan.

¿Y si le hizo lo mismo que a Stefan? ¿Si me quiere solo para él?

No, no, no... ¡No!

Las piernas me tiemblan. Apenas puedo bajar las escaleras. Se oyen golpes a lo lejos. Una imagen de Finn siendo torturado llena mi cabeza, pero la aparto. No puedo pensar en eso ahora, debo mantenerme positiva...

No puedo respirar.

¿Dónde está Finn?

Más puertas, y más. En ninguna está mi hijo.

Los golpes suenan cada vez más fuertes.

Al llegar a la sala, hay dos puertas frente a mí. Corro y abro la de la izquierda, pero me encuentro con un baño. Los golpes cesan y alguien abre la puerta derecha. La misma mujer de hace unas horas sale de la habitación. Miro dentro, pero solo hay un mueble desarmado en el piso y el martillo a un lado.

—¿Signorina?

Se me encoge el pecho. No está aquí.

Corro de vuelta por la sala de estar, hacia el vestíbulo.

Solo me queda una puerta.

Camino hacia ella, esperando lo peor.

Finn está en las piernas de Dante. Corro a tomarlo en brazos. Un alivio absoluto me inunda por un momento, hasta que mi hijo comienza a llorar.

Esperaba alivio de su parte... pero no que llore y estire las manos hacia el traidor.

Lo ignoro, aunque su rechazo me rompe el corazón.

—¡Ragnetta! Tenía la esperanza de que nos acompañaras a...

—No vuelvas a tocar a mi hijo —gruño—. No nos hables, no nos mires, no...

—¡Mamá!

El grito me hiela la sangre.

¿Mamá? ¿La señora de hace un rato es su madre?

La mujer de antes entra al comedor. Mira a Dante con el ceño fruncido y él me señala con la cabeza.

—Lleva a Finn a su habitación. Debo hablar con Lana. —Su mirada fría recorre todo mi cuerpo antes de volver a enfocarse en mis ojos—. A solas.

—Nadie más tocará a mi hijo. —Me alejo de la mujer y sostengo con más fuerza a Finn, aunque insista en alejarse de mí.

—Lo sé, ragnetta —suaviza la voz—. Pero necesito que se lo lleve para que podamos hablar.

—¡No tengo nada que hablar contigo!

Se pincha el puente de la nariz y da un suspiro profundo.

—¿Debo amenazarte para que obedezcas?

Abro la boca para responder, pero su madre se acerca rápidamente y susurra:

—Estará bien. Lo prometo.

Promesas, promesas. Su hijo también me prometió una vida a su lado y fue una mentira para usar mi cuerpo sin sentir culpa.

Aunque extiende las manos, mantiene la distancia. Finn se estira hacia ella y el dolor en mi pecho crece.

—Por favor... es todo lo que tengo.

—No saldrán de casa, amore. Si no confías en mí, al menos confía en mi madre.

Se me cierra la garganta.

—Il bambino sarà al sicuro. La esperaré en la sala.

Cedo, solo esta vez. Pase lo que pase, no quiero que Finn vea lo que Dante me hará.

Estoy tan quieta como una estatua cuando se aleja con mi hijo. Los ojos aterradores de Dante me inspeccionan de pies a cabeza.

El sonido de la puerta al cerrarse es como si acabaran de jalar el gatillo de un arma.

Si los rumores son ciertos, no saldré viva de esta habitación.

• •❛Glosario ❜ • •

Signorina: Señorita.

Il bambino sarà al sicuro: El niño estará a salvo.

Grita Por Mí (+21) [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora