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¿Cómo puedo volver a confiar después de todo lo que he pasado?

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¿Cómo puedo volver a confiar después de todo lo que he pasado?

Mi familia—más específicamente, mi padre—se encargó de romper todo a mi alrededor. Cuatro años pasé encerrada en mi habitación, apenas y salía al jardín porque no quería ver hombres cerca. Me sentía algo segura dentro de esas cuatro paredes. Luego, mi padre me obliga a casarme con un extraño, me fuerzan a salir, me enamoro, ¿y para qué? Para que me lo quiten otra vez y me casen con mi peor pesadilla.

Si Dante dice la verdad, ¿cómo se supone que olvide estos dos años donde sufrí porque él no pudo contactarse conmigo? Solo bastaba una carta para ilusionarme, verlo al otro lado de la calle, cualquier cosa. Pero no hizo nada.

Pasaron dos años donde Stefan me utilizó. Dos años con el corazón roto. Dos años rogando porque Dante me rescatara otra vez, y todo lo que conseguí fue un mensaje de texto que me rompió todavía más.

No puedo ignorar todo lo que ha hecho estos meses, la distancia que ha puesto y la conexión que jamás se rompió, pero me duele el corazón de la misma forma que ha dolido desde el día que me dejó.

Me restriego los ojos e intento calmar la respiración. Lloré toda la noche y ya es suficiente.

—Greta me obligó a traerte esto —dice Javier.

Deja un cuenco con helado de chocolate frente a mí. Sonrío con tristeza.

—Gracias.

—Estoy disponible para lo que necesites.

—¿Lo que sea?

Se sonroja y traga saliva.

—B-bueno, no, hay cosas pequeñas que...

—No te pediré que te acuestes conmigo, ¡solo siéntate!

Suspira aliviado y se deja caer en la silla a mi lado. Ambos miramos a lo lejos.

—¿Estás enterado de lo que me tiene aquí?

—No por completo.

Tomo aire y le cuento toda nuestra historia. Desde que vi a Dante en casa con papá, hasta nuestra conversación de ayer. Javier me escucha atentamente, juraría que sin parpadear. Su rostro concentrado no cambia en ningún momento, incluso cuando se me quiebra la voz y algunas lágrimas se me escapan.

—No sé qué hacer. —Me llevo las manos a la cabeza—. Quiero perdonarlo, de verdad...

—Hazlo.

Me quedo helada.

—¿De verdad?

Sonríe.

—No llevo mucho en la organización, pero conozco a Dante desde que tengo dieciséis. Si algo he visto, es que no falta a su palabra.

»No sé por qué razón crees que te compró, o por qué lo hizo, si ese fue el caso, pero, teniendo en cuenta la relación de Greta con su esposo y la situación en la que tú estabas con tu padre, creo que podría haberlo visto como una oportunidad para rescatarte de ese lugar.

Grita Por Mí (+21) [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora