-Epílogo 2-

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—Juro que si no tienen todo listo mataré a alguien

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—Juro que si no tienen todo listo mataré a alguien

Dejo a Lana sobre el asiento trasero del auto y ella aprieta mi mano.

—¡Esto es tu culpa por vivir tan lejos de la ciudad!

—Yo no construí la casa.

Me quedo quieto hasta que la contracción se detiene. Cuando su cuerpo se relaja, le beso la frente.

—Ya vuelvo, solo respira, ¿sí?

Asiente, pero me mira como si quisiera matarme.

Finn está en el jardín. Javier lo pasará a buscar más tarde y se quedará con él en la clínica hasta que Lana pueda verlo.

Hoy sabremos finalmente si es una Vicky o un Enzo.

Espero que sea Enzo. Si soy sobreprotector con Lana, no me imagino con una copia pequeña de ella. No dejaría ni que mis guardias se acerquen a cinco metros o que siquiera la miren.

Mierda, realmente necesito que sea un Enzo o perderé la cabeza.

Lana quiere llamarla como su madre. Me opuse ante la idea; no soy fanático de reciclar nombres familiares, pero cuando me dio la razón de por qué lo quiere, no pude negárselo.

—Quiero que al menos una Victoria haya tenido la suerte de tener una familia que la ama —dijo con la mirada más brillante que jamás había visto.

No pude negarme. Me habría roto al ver su carita desilusionarse con la idea.

Por otra parte, yo elegí Enzo porque me gusta. ¿Por qué ella tiene que ponerle significado a todo?

Arranco el auto en cuanto meto los bolsos al maletero. Greta nos despide desde la entrada. Le pedí que se quedara en casa para que no se sobre esfuerce.

Lana sigue gimiendo adolorida en el asiento trasero.

—Tengo miedo —admite.

—Todo estará bien, preciosa. Te lo prometo.

Estiro mi mano hacia atrás para buscar la suya. Oigo sus sollozos y piso el acelerador. Quiero creer que una vez lleguemos a la clínica estará más tranquila... y yo también.

Tengo a dos autos más siguiéndome. Si hay un momento donde una familia está vulnerable, es ahora que estoy teniendo a mi hijo y mi esposa se revuelca de dolor en el asiento trasero.

En ambos autos están mis hombres. Si alguien llega a tenderme una emboscada, mataré a cualquiera que se cruce en mi camino.

—No puedo creer que dejé que me embarazaras otra vez —gruñe entre dientes—. Había olvidado como duele.

—Recuerda, las respiraciones...

—¡Si lo sé! —grita.

Mierda.

Grita Por Mí (+21) [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora