656...
657...
658...
659 minutos. Un pelo por minuto. Lo corto con los dientes y lo dejo en el piso mientras sigo contando hasta sesenta y se une al resto. Ni siquiera sé si estoy contando bien. Tampoco sé cuántas horas son esos minutos, lo único que sé es que quiero salir de aquí, es de noche, y quiero arrancarme la piel, el cabello, y todo lo que Declan haya tocado.
Quiero morir.
«Asco. Asco. Asco. Asco. Asco».
El imbécil al que me dejaron encargada ha entrado con comida y agua y arruinó mi contador mental, así que puede que sean más minutos... o menos. Solo ellos saben.
No me dejó libre, pero sí soltó un poco las cadenas, por lo que puedo caminar por un espacio corto, aunque no lo hago. He estado en la misma posición, arañándome el cuerpo, arrancándome el cabello y mirando el piso desde que Declan se fue.
Por la ventana no se ve nada. Solo hay árboles, tierra, arbustos, y más árboles.
Nadie a quien pedirle ayuda. Nadie a quien rogarle.
Todo el día he escuchado llantos y gritos. Insultos y golpes. Risas y gemidos.
«Asco. Asco. Asco. Asco. Asco».
«Estés donde estés, si tienes problemas, grita. Grita por mí. Grita mi nombre».
Dante.
¿Cómo podría escucharme cuando no hay nadie cerca?
¿Vendrá después de casi asesinarlo?
¿Siquiera está vivo?
Mierda.
Supongo que no pierdo nada con intentarlo. Ya no tienen qué quitarme.
Me levanto, camino hasta donde me lo permitan las cadenas, y grito tan fuerte como puedo.
—¡DANTE!
Afuera solo hay pájaros cantando. El viento sopla fuerte entre los árboles, haciendo que las hojas se muevan. Cualquier día eso me relajaría, pero ahora solo quiero que alguien me escuche.
Es obvio que no tendré una respuesta de inmediato, aunque esté vivo, mucho menos después de todo lo que le hice y dije.
«Asco. Asco. Asco. Asco. Asco».
—¡DANTE!
Esta vez el llanto se mezcla con mi grito.
Espero que alguien pueda escucharme. Espero que Dante pueda encontrarme. Y si no es a mí, entonces a nuestro hijo.
Lo único que quiero es que Finn viva. Quiero que él esté a salvo. Ya sea conmigo... o solo con él.
—¡DANTE! ¡DANTE CASSANO! ¡DANTE!
Alguien abre la puerta y me da una patada en las piernas.
Caigo de rodillas al piso. El hombre que ha venido a dejarme almuerzo me tira del cabello hasta dejarme en el piso y me golpea el vientre, dejándome sin aire.
Me agarra la cabeza y me pone de rodillas. El sonido de su cremallera me alerta.
«Asco. Asco. Asco. Asco. Asco».
—Vas a usar tu boca en algo que sí valga la pena, zorra.
Me tira del cabello, pero me niego a levantar el rostro. Me niego a abrir los ojos, aunque me duela.
Pelearé hasta que mi cuerpo se agote por completo.
Tengo que salir de aquí y asegurarme de que Finn está bien.
Su aliento me roza el rostro.
Apesta.
—Grita otra vez, puta.
Abro los ojos ante su desafío. Su rostro horrendo me mira con una sonrisa ansiosa.
Que me use todo lo que quiera. Todos lo harán sin importar cuánto suplique.
—¡DANTE! —se me quiebra la voz, y una parte de mi alma también —. ¡Dante! ¡Dan...!
Empuja mi cabeza hacia él y me ahoga.
«Asco. Asco. Asco. Asco. Asco».
No quiero estar aquí.
«Asco. Asco. Asco. Asco. Asco».
No quiero esto.
«Asco. Asco. Asco. Asco. Asco».
No otra vez.
Finn...
Dante...
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Grita Por Mí (+21) [Terminado]
RomansaMe traicionó una vez. ¿Cómo espera que vuelva a confiar en él? Lana: ¿Qué haces cuando el príncipe de tu historia se convierte en el villano? Hace dos años me rescató de una prisión solo para llevarme a otra peor. Dante Cassano me traicionó. Destroz...