CAP 65.

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¿Recuerdas?

- ¿Qué quieres?- preguntaste ya malhumorada. El chico miró a Roraima mandándole una indirecta y la chica lo captó.

- ¡Oh!- dijo entendiendo la situación-. Me acordé que tengo algo que hacer, querida. Me encantaría hablar contigo después- dijo despidiéndose la morena mientras sacaba una carta de su cartera y te la entregaba.

La leíste y tenía su número y en la cabecera decía "Roraima Cuevas". Reíste por lo bajo y la guardaste en el bolsillo de tu pantalón. Tu sonrisa se borró cuando recordaste que tenías que hablar con Carlos, miraste tus manos que estaban ahora entrelazadas sobre la mesa mientras que él se sentaba al frente de ti.

- ¿Sigues molesta?- preguntó casi en susurro y con la voz ronca.

- Claro que lo estoy- respondiste seca y levantando una ceja pero no te atrevías a mirarlo.

- ¿Podemos hablar?

- No veo de qué...

- ¿Podrías al menos mirarme?- preguntó alzando un poco más la voz en caso de que no lo escucharas. A regañadientes y después de tragar saliva, lo miraste. Sus ojos estaban aguados y apretaba la mandíbula en señal de estar matando su orgullo.

- ¿Y bien? ¿De qué quieres hablar?- Te dolía ser tan mala con él pero debías serlo si no querías que se "ilusionara".

- ¿De qué crees?- preguntó sarcástico pero al ver que tu expresión no cambiaba dijo:- ¡De lo que pasó, Megan!

- ¡ah! Te refieres al beso, a tu equivocación.- cada palabra que salía de tu boca parecía dolerle.

- Sí, si es que fue tan grave para ti.

- Créeme que lo fue, no tenías por qué haberlo hecho.

- Lo sé, y por eso estoy aquí ¿No? Porque sé que cometí un error y vine a intentar repararlo.

- Con intentar no basta, Carlos- dijiste con una voz más dramática de la que solías poner en esos momentos. Desde pequeña has tenido la costumbre de dramatizar todo lo que te sucedía y ese momento no era una excepción.

El chico se acercó a ti e intentó besarte de nuevo acercando cada vez más su rostro al tuyo pero giraste la cara asustada y sólo dijiste:

- Me gusta alguien más, Carlos.

- No te pregunté eso- se defendió el chico dolido pero no respondiste- ¿Me dejas llevarte a tu casa? Y así podré explicarte todo.

- No iba a mi casa.- en realidad sí ibas a ir, pero sólo querías llevarle la contraria.

- ¿Podríamos ir al parque, entonces? Necesito hablarte –lo dudaste por unos segundos que parecieron horas para el chico y a la final asentiste con la cabeza no estando muy convencida.

Salieron del local y comenzaron a caminar hacia el parque que quedaba a unas dos cuadras de allí. En todo el camino fueron callados, lo mirabas de reojo y él sólo caminaba cabizbajo y con las manos en sus bolsillos, como siempre que estaba nervioso.

Al final llegaron al parque y se sentaron en unos bancos que estaban casi solos, no había mucha gente cerca, era perfecto para hablar.

- ¿Y bien? ¿Te quedarás callado siempre?- preguntaste para romper el hielo pero con una voz mucho más agradable.

- ¿Recuerdas... recuerdas cuando lloré por ti muchas veces antes de que te fueras? Siempre te decía todo, conocías muy bien sentimientos, sabías que te amo. Y, nunca pensé que ese día llegaría, ese día en el que te fuiste fue una verdadera sorpresa.

No sabías por qué pero comenzaste a sentir un escalofríos recorrer tu piel, quedaste sin expresión alguna en tu cara, la sonrisa se había borrado y tenías un nudo en la garganta.

- Y lo sé: sé que tengo que olvidarte, pero este sentimiento no lo puedo ocultar más. Siento que me derrumbo ¿Sabes? Este vacío me mata y es difícil seguir pretendiendo que lo nuestro regresará. – se le escapó una sonrisa nerviosa pero a la vez triste mientras que fruncía el ceño y mojaba sus labios con la lengua para continuar, seguía sin mirarte a los ojos pero volvió a hablar:- Recuerdo muy bien cuando dijimos que esto sería para siempre ¿Tú no?

- S-s-sí –respondiste en susurro y la voz ronca mientras una lágrima recorría tu rostro. Él rio.

- ¿Pero sabes? A pesar de todo esto, no estoy perdido, no me rendiré pero sólo con una condición...

- ¿Cuál?- preguntaste con curiosidad por el suspenso.

- Que no te arrepientas- dijo finalmente viéndote a los ojos y tomando tu mano- y que, a pesar de todo lo malo, no olvidarás lo que tuvimos.

- Obvio que no, Carlos. Fuiste la mejor-peor parte de mi vida- dijiste llorando pero riendo, él sonrió contigo mientras te abrazaba.

- No llores –dijo secando tus lágrimas con sus manos y tomando tu rostro tiernamente-. Sólo, quería que supieras todo esto. En el café tuve las esperanzas pero me di cuenta que era un error, por eso quise dejar de fingir que algo más sucedería.

Al frente de la ventana -ZaynMalik-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora