Al frente de la ventana -ZaynMalik-

CAP 67.

Te Amo (Parte 2/3)

Pov. Zayn

- ¿Ya tienes todo listo, galán?- me preguntó Niall que había ido el viernes en la tarde a acompañarme a ir al aeropuerto. Mi vuelo salía por la noche y los nervios no me dejaban pensar en qué debía guardar o en qué tenía ya listo.

- Heem...

- La verdad no tienes idea ¿Cierto?- me preguntó el rubio acercándose con su tercera cerveza en la mano.

- ¿Qué comes que adivinas?- pregunté divertido, el chico se puso serio y miró pensativo al techo.

- Gracias, recordé que tengo hambre- se dio la meda vuelta y volvió a la cocina pero lo seguí.

- ¿Crees que esto esté bien?- pregunté haciendo un gesto con mis manos para que viera cómo estaba vestido. Él me escaneó de arriba abajo mientras saboreaba unos Doritos y asintió.- Nunca había estado más nervioso por verla.

- Bah, tú tranquilo. Tal vez ella esté igual. Es más... estoy seguro de eso.- Sólo pude suspirar y me puse a pensar en qué haría cuando la viera.

¿Debería acaso correr a abrazarla? ¿Debería esperar a que ella saltase para atajarla en el aire y...? No, no. Tampoco al estilo de las películas... ¿O sí debería hacerlo?

- Zayn, relájate- dijo Niall poniendo una mano en mi hombro y ofreciéndome una cerveza, que obviamente no negué pero antes de tomarla decidí encender un cigarrillo, eso me calmaría más-. A ver, pensemos. Lo primero que harás es lo siguiente: Antes de montarte en el avión te fumarás otro- dijo señalando el cigarro con cara de reproche, sonreí de medio lado botando el humo-, luego dormirás en el vuelo, al llegar le comprarás algún detalle, unos deliciosos bombones o unas flores, esa clase de cosas que le gustan a las chicas. Y la esperarás escondido y cuando la veas harás lo que te dije la otra noche.

- ¿Estás seguro? ¿Crees que le guste?- pregunté dudoso.

- No la pienses tanto, Zayn. ¡Sólo hazlo!

Y así fue, la noche ya había llegado y yo ya estaba en la fila de entrar al avión, tenía náuseas y no sabía si por los nervios de verla o por el vuelo. Después de horas y horas ya había llegado, faltaban 20 minutos para que fuera la hora que había acordado con ella. Prácticamente corrí para comprar una rosa y esperé escondido en una casilla telefónica hasta que la vi, mirando su teléfono. En seguida comenzó a sonar el mío, agradecí que estuviéramos lejos para que no lo escuchara sonar.

- ¿Hola?