Al frente de la ventana -ZaynMalik-

CAP 78.

De amor y celos

- ¿Daniela?- preguntaste casi susurrando, la pareja dejó de hacer lo que hacían y se separaron sobre saltados.

- ¡Megan! – Exclamó tu hermana- heem, puedo explicártelo.- comenzó a decir la chica nerviosa.

No le respondiste, tragaste saliva intentando ahogar tu molestia a la vez. Le sonreíste de medio lado y miraste a Carlos. El chico parecía asustado, como si hubiese visto un fantasma.

- Carlos, él es Zayn, mi novio- presentaste a los chicos intentando que tu voz sonase normal.

- Oh, con que tú eres Zayn- dijo Carlos después de haberse aclarado la garganta.

- Veo que Megan ha hablado mucho de mí por aquí- comentó el moreno riéndose y soltando la mano de Carlos para besar tu mejilla.

- Ni que lo digas- concluyó tu ex quien te miraba frunciendo el ceño.

- Nosotros buscaremos a Rora –dijiste agarrando la mano de tu novio- y ustedes... pueden seguir con lo suyo- terminaste de decir arrastrando las palabras, como si estuvieses obligada a decirlo

- Está detrás de ese marco- respondió Daniela señalando el lugar, le lanzaste una mirada matadora pero finalmente sonreíste.

Cruzaron la pared y efectivamente ahí estaba Roraima terminando de cocinar la comida. Estaba de espaldas a ustedes así que te acercaste lo más que pudiste a su oído sin hacer ruido.

- ¡Hola!

- Hijo de....- exclamó la morena pero no terminó de formular la frase cuando te vio. Inmediatamente se unió a tus risas y te abrazó.- Ahg, no vuelvas a hacer eso ¿Ok?

- De acuerdo, pero no prometo nada. Rora, él es Zayn

- Olala, Zayn, vaya guapetón- dijo Roraima viendo a tu novio de arriba abajo y acercándose para darle un beso en la mejilla.

- ¿Gracias?- comentó Zayn sonriendo nerviosamente

- ¿Te ayudamos en algo?- preguntaste

- No, querida. Si quieren pueden esperar a que llegue James junto con tu hermana.

- No, gracias. No pretendo ver otra de esas "escenitas"- sentenciaste poniendo las comillas con tus manos

- Si no te conociera diría que estás celosa- comentó Zayn levantando una ceja mientras veía cómo te sentabas en una silla de la mesa.

- Para nada, ella puede hacer con su vida lo que quiera.

En eso llegó James con bolsas llenas de vino para la cena.

- Bueno, a comer- dijo él al entrar en la cocina.

- Faltan los demás, James- protestó Roraima

- Bah, ellos comerán cuando lleguen, en cambio nosotros ya estamos aquí

- No, hay que esperarlos- siguió ella discutiendo con su novio

- Bueno, ¿Mientras tanto te puedo comer a ti?- preguntó él acercándose a Rora y comenzando a besar su cuello.

Escuchaste la risa de tu hermana y viste que entraba en la cocina agarrada de mano junto a Carlos. El teléfono de James comenzó a sonar así que se separó de su chica para contestar. Daniela se acercó a ti pero intentabas ignorarla.

- ¿Estás molesta?- preguntó finalmente

- ¿Por qué habría de estarlo?- dijiste evadiendo su mirada.

- No lo sé.

- No te preocupes por mí, ¿sí?

- Claro que lo hago, eres mi hermana y si esto te molesta deberías decírmelo

- ¿Esto qué?- preguntaste finalmente viéndola a los ojos.

- Lo que pasa entre Carlos y yo

- ¿Y qué pasa entre ustedes?- era una pregunta un tanto tonta, pero no estabas segura de la respuesta. Tu hermana no pudo responder porque James acababa de terminar su llamada.

- Malas noticias, los demás no pueden venir- anunció el chico

- Al parecer seremos sólo nosotros, entonces- comentó Roraima desanimada

- No te preocupes, boquita de caramelo, vendrán en otra ocasión- le aseguró su novio dándole un corto beso en los labios

Ya todos se habían sentado, Roraima y James servían la comida que olía exquisita en los platos y llenaban las copas con vino blanco y tinto para que así cada quien eligiese el que más le gustase.

- Quisiera proponer un brindis- Comenzó a decir James alzando su copa, los demás lo imitaron-. Quería agradecerles a todos por venir, sé que no es una mega fiesta, pero sólo queríamos pasar el rato. Carlos, ¿Querías decir algo?

- Haam, sí, sí- el chico se paró todavía con su copa en la mano, clavaste tus ojos en él-. Daniela, tal vez sea muy pronto, pero me siento muy afortunado de haberte conocido, no puedo esperar para saber lo que el destino nos preparará pero quiero descubrirlo a tu lado.

Esas eran las palabras exactas que te hicieron hervir la sangre.