CAP 81.

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El día de la verdad

- Megan, ¿Estás lista?- preguntó Daniela tocando la puerta del baño. Volteaste los ojos mientras te veías en el espejo.

- Ya casi estoy lista- respondiste y escuchaste que sonó el timbre.

- ¡Yo voy!- avisó tu hermana y escuchaste los brincos que pegaba mientras bajaba las escaleras. ¿Quién podría ser? ¿Sería Carlos?

Terminaste de arreglar tu cabello y abriste la puerta, caminaste de puntillas hacia el pasillo y te apoyaste de la baranda de las escaleras. Escuchabas voces susurrando, la de tu hermana y la de un chico, pero no era Carlos.

- Tenía tanto tiempo sin verte

- Ahorita no es un buen momento, mi amor- le respondió Daniela. ¿Mi amor? Si no era la voz de Carlos, ¿Entonces quién era?

- ¿Hasta cuándo será todo esto?

- Amor, ya te lo expliqué. Es todo para ayudar a que vuelvan, si dentro de una semana no funciona terminará todo. Lo prometo. – En eso hiciste un movimiento torpe con los pies que ellos escucharon y se quedaron en silencio.

"Qué estúpida" pensaste por tu torpeza. Retrocediste lentamente aguantando la respiración y volviste a tu cuarto.

Pasaron un par de minutos antes de que Daniela volviera a la habitación.

- ¿Quién era?- preguntaste como quien no quiere la cosa.

- El repartidor del correo- respondió nerviosa, la miraste de reojo y sonreíste.

- Ya estoy lista, ¿Nos vamos?

- S-Sí.

Se despidieron de tu mamá, le dijeron que iba a pasear por el centro comercial, todavía no querías decirle nada hasta que la historia del bebé fuese confirmada. Tenías los nervios "a flor de piel", como solía decir tu mamá. Una expresión más adecuada a lo que tú solías decir "tener los ovarios en el cuello por los nervios".

Agarraron un taxi que las dejó en el Hospital en 30 minutos. Se bajaron y Daniela tomó tu mano, la apretaste y la miraste, ella te sonrió.

- Gracias por venir- le dijiste mientras esperaban al doctor

- No tienes por qué agradecer

- Buenos días, Señoritas- saludó el doctor. Era un joven, de unos 20 y muchos o 30 y pocos. Era bastante apuesto, pero estabas ahí por otro motivo aparte de cautivarte por su belleza. - ¿Quién es la joven _______?

- Yo- respondiste levantando inconscientemente la mano. Él te sonrió.

- ¿En qué puedo ayudarte, Megan?- preguntó sentándose finalmente en su escritorio al frente de uds.

- Verá, quería saber si habría la posibilidad de hacerme un ultrasonido- te comenzabas a ruborizar

- ¿Tiene síntomas de algo?- preguntó el joven mientras anotaba cosas en una carpeta.

- Pues... desde hace un par de meses me he desmayado varias veces, y la verdad es que tampoco me ha venido el período

- ¿No recuerda cuántas veces se ha desmayado?- preguntó mientras arreglaba sus lentes en su nariz. Negaste con la cabeza.- ¿Algo más?

- No hasta donde sé- respondiste con una voz apenas audible.

- Sígame, por favor- pidió el Dr. mientras te llevaba a una camilla que tenía en la misma habitación, te hizo señas para que te acostaras y eso hiciste.- Le voy a pedir que se levante la camisa dejando su abdomen descubierto, Srita.

Eso hiciste y tu hermana se levantó y se puso a tu lado tomando tu mano. El joven Dr. cuya placa indicaba por nombre Luis, trajo un aparato y una pequeña pantalla que se rodaba. Tu corazón se disparó rápidamente. El Dr. Luis te puso una sustancia transparente y fría en tu abdomen, diste un respingo pero luego respiraste. Puso un aparato y comenzó a moverlo y viste que la pantalla comenzaba mostrar una imagen pero no la entendías muy bien.

- Pues todo parece estar muy bien, Srita. Miller- concluyó después de 10 minutos y con una gran sonrisa.

- ¿A qué se refiere?- preguntó Daniela por ti.

- Srita. Miller, Ud. lleva embarazada tres meses.

Al frente de la ventana -ZaynMalik-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora