Cardverse England X Reader

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Él era un poco raro, bueno, no es como que vivir en el país de las cartas era lo más normal del mundo, pero, en fin... Había algo raro en él, no era su afición por terminar todo a tiempo o antes de, no era su extraña actitud tsundere, ni mucho menos lo mandón que podía ser, además de tener un aspecto muy guapo... Era todo lo anterior junto, agregando también que era una carta la reina...
Tal vez eso era lo que te resultaba tan extraño, a pesar de que las cartas de "reina" en (tp) eran mujeres, en este mundo la reina era un guapo británico que tenía los ojos esmeralda más bellos que hubieras visto en toda tu vida.
-(Tn), tráeme un poco de té.-Ordeno de forma mandona. Te quedaste en tu lugar leyendo el libro, sabias que se iba a enojar, pero, no te importaba.
-Si tanto quieres té, ve tu por el.-Respondiste para seguir leyendo con calma. Ahí otro detalle, este chico nunca había tenido alguna autoridad sobre ti. Podía tener a casi todo el mundo comiendo de su mano, menos a ti.
-Deja de hacerte la floja, yo tengo trabajo y tu sólo estas pavoneando. Tráeme algo de té.-Volvió a repetir su mandato, miraste al británico para sacarle la lengua.
-Ve tú por él, deja de poner tontas excusas sobre el trabajo. Si quieres algo ve y tomalo o hazlo tú mismo, de otra forma te quedarás como un bebe llorón inútil, tonto.-Te quejaste para tomar tu libro, acomodando lo en tu regazo. Arthur se levantó de su lugar enfadado, cosa que no te atemorizo. Camino hasta ti, para que así ambos quedarán viendose a los ojos.
-Vuelve a repetir eso, mujer insolente.-Te reto con cara de pocos amigos.
-Qué quieres que repita??? Qué debes de hacer tu propio té??? Qué eres un bebe llorón??? O, qué eres...-No pudiste terminar pues te interrumpió.
-De verdad que eres una mujer insolente.-Dijo para tomar tu rostro con fuerza, inclinando su cuerpo para alcanzar tu altura y así besarte...
Siempre pasaba lo mismo, discutían constantemente pero, terminaban besandose de aquella forma que empezaba algo brusca, y esta lentamente se tornaba suave, dulce... Irresistible.
Te aferraste con suavidad a su chaleco de tela fina, era un tacto delicado para tus sentidos, tus labios se movían contra los de él en un baile coordinado de forma perfecta. Te ardían las mejillas y te costaba alejarte. Era adictivo, realizar una acción como esa, era como consumir alguna droga alucinógena... Algo verdaderamente único y necesario.
Pudiste sentir como Arthur aflojaba su agarre para llevar sus manos a tu cintura, atrayendo de forma delicada tu cuerpo al suyo.
Te encantaba cuando se ponía así de cuidadoso y dulce contigo, aunque también te gustaba su lado rudo cuando te besaba después de discutir por cualquier tontería. Al separarse el británico se sonrojó notoriamente, tratando de esquivar tus ojos (tco).
-... Yo...-El chico no sabía por donde comenzar a hablar, se podía ver perfectamente lo nervioso que se había tornado. Un lado totalmente opuesto a su personalidad anterior.
-... Tú???...-Comentaste para dejarle continuar.
-... I-iré a hacer el té...-Sentencio para comenzar a alejarse abruptamente.
-... De acuerdo.-Dijiste tratando de ocultar la desilusión que había en tu voz, siempre que terminaban besandose el inglés salía corriendo sin decir otra cosa.
-... Al diablo, maldición...-Murmuro este para dar la vuelta, se acercó a ti y te dio un beso en la frente.
-... Te quiero, (tn)...-Te declaró con la cara tan roja como una carta de corazones. Lo admiraste en silencio, estabas segura que tu cara competía con la de Kirkland por el color rojo que la teñía.
-... También te quiero...-Murmuraste mientras jugabas nerviosa con tus dedos.
-... Cre... Creo que iré por el té... Ahora regreso...-Diji para dar unos pocos pasos, alejándose nuevamente.
-... Voy contigo!!!-Exclamaste para tomar su mano con la tuya, Arthur te miro sonrojado, asintiendo tímidamente con su cabeza... Sonreíste apenada y ambos se sincronizaron para caminar hacia la cocina... En ese momento no lo habías notado, pero, se te había otorgado el título de "rey"... Siendo así tú el rey y Arthur tu reina...
Ya nada te resultaba extraño en ese país de las cartas, pero... Eso estaba bien.

•Oneshots Hetalia•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora