•Oneshots Hetalia•

Gryffindor!Ámerica X Hufflepuff!Lectora

Un día más para fingir no ser nadie importante en Howarts. Mantenías tus dotes y valores ocultos, fingiendo ser nadie a los ojos de los demás. Eras una persona muy agradable, un tanto parlanchina y tu mejor amiga era una loca buena onda perteneciente a otra casa Gryffindor. Mags sabía que tú le habías implorado al sombrero seleccionador que te pusiera en Hufflepuff pues no querías sobresalir al ser de la casa de fuego, por esa razón, ella había comenzado a llevarse tan bien contigo, por tu amable y honesta personalidad. Fue gracias a Mags que pudiste conocer a América. Ella solía arrastrar tu cuerpo a todos y cada uno de los torneos de Quiddich donde Gryffindor jugaba, siempre llamaba tu atención que cuando Gruffindor jugaba contra Slytherin, Mags pintaba sus mejillas con ambas casas. Poco después comprendiste que le gustaba un chico de la casa de Salazar. Y para coincidencia de la vida y porque la escritora controla los one-shots, América e Inglaterra eran mejores amigos/mejores enemigos. Desde que todo sobre el "inombrable" había acabado, las siguientes generaciones de Howarts parecían llevarse amigablemente, olvidando el mal pasado. Hoy habían tenido un partido, el cual término siendo ganado por los Slytherin. Mags corrió a felicitar al rubio de cejas pobladas. Este se quejó de lo cariñosa que era la Gryffindor, más no hizo nada por quitarla y hasta cierto punto, notaste que abrazaba levemente su espalda. En eso notaste que Alfred se acercaba a ti, se veía levemente deprimido también parecía perdido en sus pensamientos.
-... Pasa algo, América???-Le preguntaste al chico de hipnotizantes ojos azules celeste.
-... No... Sólo, estoy algo cansado... Me acompañas a tomar algo de aire fresco???-Te pregunto recuperando una sonrisa amigable, sentiste ese cotilleó que te daba al estar tan cerca del león, más asentiste con una suave sonrisa y ambos abandonaron el lugar para alejarse caminando mientras platicaban alegremente. Pronto se encontraban cerca del lago.
-... Hey, (tn), me dejarías preguntarte algo???-Cuestiono el americano mientras sus mejillas se coloraban ligeramente.
-... Pues ya lo hiciste, pero, bueno, pregunta.-Respondiste con una sonrisa burlona, Alfred te miro de frente.
-... Hice una apuesta con Inglaterra, el perdedor debía de declararse a la chica que le gusta... O invitarla a salir. Así que me estaba preguntando si tendrías una cita conmigo...-Comento el mago mirándote a los ojos. Ante tal declaración, quedaste helada pocos segundos. Se es había declarado de manera un tanto directa, pero, indirectamente y te estaba pidiendo una cita... Merlin, eso te provoco un pequeño colapso cerebral.
-... Espera... Cómo???-Preguntaste totalmente desorientada.
-... El Slytherin y yo hicimos una apuesta, pues ninguno de los dos tomaba el valor de declararse, al final en medio de una disputa acordamos que quién perdiera en el siguiente partido de Quiddich se declararía.... Yo, sé que odias destacar, pero, realmente me gustaría que saliéramos juntos.... Además, también me gustaría que aceptaras mi pésimo intento para invitarte a salir....-El rubio se iba poniendo cada vez más rojo que el color de su uniforme de Quiddich, mientras volvía a explicar todo para ti.
-... Déjame ver si comprendí... Hiciste una apuesta con el cejón... Perdiste... Me invitaste a caminar un rato... Me confesaste lo de la apuesta... Te me declaraste... Y ahora yo debo de responder....???-Dudaste mientras preguntabas, el color de tus mejillas había aumentado hasta alcanzar el color de la casa del Gryffindor.
-... Exacto...-Respondió el americano mientras trataba de mantener la postura, pues, tenía miedo de que le rechazaras o te enojarás lo suficiente como para arrojarlo al lago como cuando te hizo la broma con la rana de chocolate. Más, se llevo una gran sorpresa al ver que asentías apenada.
-... Si me gustaría salir contigo.... Alfred...-Aceptaste, al instante sentías como te cargaba un rubio hiperactivo, el cual no paraba de sonreírte con verdadero alivio y felicidad. Le pediste a gritos que te bajara, pues te ponía nerviosa el hecho de que el americano te había levantado cuando traías falda. Lo bueno es que no había nadie cerca, este te bajó rápidamente pidiendo apenado, una disculpa. Más no fuiste capaz de regañarle pues su labios se posaron en los tuyos, haciéndote olvidar por instantes mientras disfrutabas aquel beso. Al separarte mandaste al diablo todo y tomaste el valor que sólo un Gryffindor podría reunir y volviste a besarlo dejando atrás por unos momentos tu timidez típica de Hufflepuff.
A lo lejos, una Gryffindor y un Slytherin caminaban tomados de la mano, ambos con el rostro sonrojado, conociendo perfectamente los sentimientos del otro.