2p!Canada X Reader Nekomata

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Él es el tipo de chico que le gusta tener paz y tranquilidad, odia ser molestado y tiende a volverse violento en cuanto toma un palo de hockey. Además de ser uno de los chavos más temidos de la academia. Su principal pasatiempo es molestar a su hermano mayor por la simple razón de que así es la vida.
Tú en cambio, eres una chica que guarda con precaución el más grande secreto de tu existencia. Eres una nekomata. Un tipo de ser felino-divino que puede transformarse en humano para vivir entre ellos.
Las clases terminaron tan pronto como el reloj marcó las 2:30 de la tarde, suspiraste aliviada, el fin de semana había llegado. No pasaron ni cinco minutos cuando ya habías abandonado el salón de clases... Usando la ventana y el árbol del frente para llegar más rápido que otros alumnos a la salida. Tenías toda tu tarde planeada, llegar a casa a hacer tareas para terminar a tiempo y el resto de la tarde serían para videojuegos, programas de televisión y grandes cantidades de comida chatarra. Ya estabas dando la vuelta en una esquina cuando viste a cinco sujetos peleando contra Williams. Lucía en problemas, se veía que ya tenían un rato peleando pues todos tenían rasguños o golpes marcados en la piel, pensaste en retroceder para no generarte un problema, pero, todo eso cambio cuando uno de los chicos sacó una navaja de su bolsillo. Algunos segundos después habías detenido el impacto del metal afilado, el cual iba dirigido al torso del canadiense. Con cuidado de que no se levantará tu gorro, acabaste con los chicos con algunos golpes en defensa propia. Estos salieron corriendo jurando que se vengarían, pero, gracias a tus muchos años de vida sabias que no se atreverían a intentarlo de nuevo.
Estabas por marcharte del lugar cuando sentiste un tirón en tu cabeza, alguien había retirado tu gorro. Williams sostenía este en sus dedos y no parecía sorprendido ante lo que veía.
-... Una nekomata... Ya decía yo que tus movimientos eran muy rápidos.-Comento para entregarte el gorro, sin dudarlo ocultaste unas lindas orejitas blancas que sobresalían sobre tu cabello (tcc). Esperabas que se alejara y ninguno de los dos volvieran a hablarse, pero, para tu desconcierto y curiosidad, el canadiense se entrometió de alguna manera en tu vida. Pasaron cuatro meses y medio desde aquel día, hoy nueve te volviste a usar la ventana para llegar antes a la salida, pero, fuiste detenida por Matthew. Así que ambos terminaron caminando juntos de regreso a casa, mientras eso pasaba recorrieron en silencio las calles poco transitadas. Sabias que no era necesario soltar alguna plática tonta, pues el chico era de pocas palabras. El silencio reinaba entre ustedes, pero, no era incómodo, en la realidad era un silencio agradable.
En eso, en chico se detuvo de golpe mirando a una dirección en específico, al voltear a ver hacia donde veía encontraste una heladería. Comprendiste sin problemas que quería, sabias que él no lo pediría nunca en voz alta, pero, moría por comer la especialidad de aquella heladería. Verlo con esos ojos de cachorro que involuntariente hacia provocaban miles de sensaciones en tu estómago. Sujetaste el borde de su playera y comenzaste a caminar hacia la heladería. Entraron al negocio donde los atendieron rápidamente.
Se sentaron en una mesa en el rincón y esperaron su pedido, la especialidad de la casa y un helado común. La especialidad de la casa estaba hecha de tres sabores de helado, fresa, chocolate y vainilla, bañados en un poco de chocolate blanco y chocolate negro, acompañado con una chispas de colores arcoiris. La mesera entrego los helados, a ti la especialidad y a Matthew el helado común, en cuanto la mesera de fue cambiaron de helado. 2p!Canadá se sonrojó levemente al comer aquella mezcla de dulces sabores, embozaste una pequeña sonrisa, ese chico era adorable delante de ti.
-Esta bueno???-Preguntaste mientras comías un poco de tu helado sabor (tsf).
El chico asintió con la cabeza, procurando no ser visto por nadie. Sabias que seguramente se sonrojaría todavía más si alguien lo veía comiendo algo tan dulce mientras tenía aquella facha de chico malo.
Al terminar el helado se dirigieron a tu casa, cuando estabas por entrar el chico depósito un tímido beso en tus labios. Después de esa acción desvió la mirada mientras hacia un gesto malhumorado, aunque su rostro estaba casi rojo. De verdad era lindo, sonreíste para darle un beso en los labios.
Era muy fácil conocer los sentimientos de aquel "matón", desde hace algunos meses sospechabas sus sentimientos, tus años de experiencia respaldaban el conocimiento. Y la verdad, no habías tardado en enamorarte de Matthew, después de todo, bastaba que se pusiera a tu lado para hacerte sentir especial.
-... Me gustas, (tn)...-Te confeso para jugar con tus orejitas de gatita. En ese momento no supiste si te coloraste por su declaración o por el simple hecho de que tus orejitas eran tu debilidad... Tal vez por ambas.

•Oneshots Hetalia•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora