Japón X Lectora Akaito

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Otra vez, la guapísima y genial tú había logrado unir otra pareja por medio del hilo rojo (akaito). Desde que tenías memoria, eras capaz de ver el hilo que une corazones. Por lo que comenzaste a tomar como hobby el unir a las parejas cuyos hilos se conectaran. Eras como algún tipo de cupido, pero, más eficiente. Podría decirse que gracias a esto ya tenías a tu pareja ideal... Más no era así, nunca habías podido ver ese extraño hilo en tus meñique, no existía. Al principio nunca le disté importancia, fue hasta que llegaste a la academia World cuando, cambiaste de opinión después de quedar enamorada de un joven japonés que siempre se veía acompañado de un chico alemán y uno italiano.
Japón era tranquilo, educado, amable, inteligente y respetuoso, un buen partido para muchas chicas, a decir verdad era muy popular entre las mujeres de la academia. Tenías probabilidades de -50% de que llegarás a estar cerca de él... Una cosa que te sorprendía era el hecho de que su hilo rojo iba desapareciendo y no podías tocarlo, siempre que unías parejas lograbas juntarlas gracias a que te guiabas con el listón, hilo, como gustes llamarle, por lo que te resultaba aún más difícil acercarte a él utilizando el akaito.
Ya era Viernes cuando saliste de clases, caminaste por la multitud y entraste en una biblioteca, donde por obra de todos los santos, encontraste a Japón leyendo sólo... Pero, no podías acercarte así como si nada!!! Defraudada, decidiste sentarte a una distancia prudente. Fue hasta que una hoja del libro de Japón cayo cerca de ti cuando se dio la oportunidad de tu vida.
-... Aquí...- Dijiste con el tono más natural de voz que te pudo salir, le ofreciste la hoja que se le había caído, el japonés se limitó a mirarte y después te agradeció con una pequeña sonrisa.
-... Usted tiene un akaito muy extraño...-Miraste al japonés el cual te señalo que si gustabas podías tomar asiento, tomaste una silla y te acomodaste a una distancia respetable del chico de ojos oscuros.
-Puedes ver los hilos rojos, señorita???-Te pregunto suavemente, asentiste con la cabeza.
-Mi nombre es (tnc), es un placer conocerlo-Dijiste amablemente.
-... Honda, Kiku Honda es mi nombre humano, también puedo ser simplemente Japón...-Se presentó el chico.
-... Su hilo es extraño... Primero es un rojo sangre fuerte, pero, poco a poco, su tonalidad se pierde hasta desaparecer...-Le dijiste suavemente, el chico te miro, examinandote.
-... Es lo mismo que pasa con su hilo...-Dijo seriamente.
Miraste alrededor, notando la cantidad de hilos que había en el suelo.
-... Tal vez... Nosotros no hayamos nacido para encontrarnos con nuestra otra mitad... Eso he pensado desde hace tiempo...-Sentenciaste notablemente abrumada.
-... No se rinda señorita (ta), unamos nuestras fuerzas para encontrar a nuestro par!!!...-Japón había elevado ligeramente su tono de voz, logrando que una linda sonrisa se formará en tus labios.
-Aliados???-Preguntaste al estirar tu mano para sellar el "trato" oficialmente, el japonés te sonrió suavemente y te dio la mano, sellando la promesa. Ya habían pasado dos años desde aquello, pero, no lograban nada, te encontrabas decaída en su casa, tomando un poco de té.
-... Tanto le importa tener pareja, (tn)-chan???...-Te pregunto Japón al verte en ese estado.
-... Por supuesto!!! Quiero enamorarme, tener un lindo romance, un lindo noviazgo, hacer una familia con el paso del tiempo... Tener hijos... Pero... Creo que realmente nací para estar sola toda la vida...-Lagrimeaste, todo el tiempo que buscaron a su otro par, no encontraste una evidencia que te llevara a Japón, quería ir fuera Japón, pero, ninguna pista aparecía.
-... (Tn)-san...-El japonés te llamo, levantando con delicadeza tu rostro, tus labios se sellaron con los de él, enganchaban perfectamente, al separarse Japón se veía terriblemente avergonzado.
-... Ja... Japón...-Te costó unos segundos pronunciar su nombre...
-... Me gustas mucho (tn)!!! Por favor, sea mi pareja, sin importar el akaito!!!-Su voz sonaba temblorosa y un tanto apenada.
Las lágrimas cayeron de tus mejillas y corriste a socorrerte en su pecho.
-... Espere... Dos años y tanto para oír eso... y ahora que lo estoy oyendo... No sé como reaccionar...-Los brazos de Japón te sujetaron por la cintura.
-... Sólo dígame que si...-Susurro gentilmente en tu oído.
-... También me gustas mucho, Japón...-Volviste a buscar sus labios para besarlos, sintiendo el calor de tus mejillas, su respiración mezclando sé con la tuya... La suavidad de su calor... Y un suave beso...
Nunca notaron que desde el principio... El akaito los había unido, las parejas predestinadas no son capaces de verlo hasta que inicia su amor... Miraste tu meñique y el de Japón, sonriendo tontamente al notar aquel hilo que tanto habían buscado.

•Oneshots Hetalia•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora