•Oneshots Hetalia•

Romano X Lectora Molestia

-Eres un idiota, Romano!!!-Gritaste lanzándole su chamarra en la cara, saliste corriendo del aula de clases llegando a valerte un bledo todo. Apenas ayer el chico italiano te había besado, no una, sino cuatro o cinco veces, y hoy, había dicho lo molesta que puedes llegar a ser. Ahora entendías porque era malo escuchar a escondidas, estabas pasando para devolver su chamarra cuando escuchaste accidentalmente esa conversación con España.
Te encerraste en tu dormitorio, después de golpear con toda tu fuerza una almohada con la bandera de Italia, te dejaste caer sobre esta mientras llorabas y le mentabas la madre al causante de tus lágrimas.
Después de dos horas de maldecir a medio mundo, en la realidad casi todas las maldiciones habían sido para el italiano, te levantaste y miraste al espejo, tu cara era un asco total, ojos, mejillas y nariz rojas, un moco transparente escurriendo de uno de los orificios de tu nariz y tu cabello estaba desarreglado, y para acabarla de amolar, tu voz estaba ronca debido a todo el gritase sobre la almohada aquella.
Limpiaste tu cara con algo de agua y jabón, te secaste con una toalla, cepillaste tu cabello (tcc) y volviste a mirarte en el espejo, si antes eras un terrible asco, ahora sólo eras un asco, pues todavía tu cara estaba roja debido al llanto. Escuchaste que golpearon la puerta, abriste para llevarte la sorpresa de encontrarte a un chico de cabello castaño oscuro, el cual traía cara de muy pocos amigos. Estabas en shock, por lo que te costó reaccionar cuando el italiano paso a tu habitación.
-Vete, Romano-Dijiste enojada, todavía con la voz ronca.
-Tenemos que hablar, mocosa-Te dijo extremadamente serio.
Te sentaste en tu escritorio, prendiste tu reproductor de música y sin más te pusiste los audífonos, sentiste que te jalaron y acorralaron contra la pared. Después como te arranco los audífonos de los oídos de un jalón.
-Si vas a escuchar una conversación a escondidas, al menos asegúrate de escucharla toda!!!-Te dijo totalmente enojado.
-Para qué???!!! Para seguir escuchando la molestia que soy para ti???!!!-Preguntaste con un mar de lágrimas en los ojos. Te trataste de soltar de su agarre, pero, no lo lograste.
-Bien, escucha claro, pues esto es lo que te falto de oír, "Ella es molesta y pesada de vez en cuando bueno eso pensaba antes de conocerla como ahora lo hago, en estos momentos no dejo de pensar que se ve adorable cuando me sonríe, cuando ayuda a las demás personas, cuando realiza alguna acción tierna inconscientemente, simplemente me gusta todo de (tn), maldición.-Al terminar aquello su cara se había tornado completamente roja, y tu sólo pudiste quedarte con la boca abierta sin saber que decir, no salían las palabras y tu cerebro no ayudaba mucho que digamos.
-...Romano... Tú....-No pudiste responder ya que el italiano soltó su agarre para tomarte de la cintura, abrazándote, su orgullo no permitía que vieras su cara sonrojada como lo estaba ahora. Con un ligero temblor en el cuerpo, le devolviste el abrazo.
-De verdad piensas eso de mi???...-Preguntaste nerviosa.
-No, sólo lo dije para que me dejarás abrazarte para luego tumbarte en la cama y tener Romanitos-dijo sarcásticamente, te separaste nerviosa, con la cara completamente roja, y seguramente una expresión extraña porque el italiano dibujo una sonrisa divertida en su rostro.
-Era broma, tonta.-Dijo para acercarse de nuevo, te dejaste abrazar por él, disfrutando de su perfume de hombre.
-Por ahora quiero un noviazgo tranquilo, después se verá lo de los mini Romanos-Te susurro al oído, antes de que pudieras separarte para salir corriendo, junto sus labios con los tuyos, haciéndote olvidar todo, dejándote la mente en blanco, el cuerpo en la Tierra y las mariposas en el estómago.