La vida de Eyeless Jack parte 3

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Cegado por el hambre, me colo en una casa entrando por el segundo piso. Comienzo a hacer una masacre con los desafortunados trillisos que se encontraban durmiendo plácidamente. Seguramente tienen entre cinco o seis años.

Sin poder resistirme a la sed y el hambre me hacerco a una de las niñas, al parecer la unica niña, la destapó con cuidado para no despertarla, y comienzo a oler su cuerpo. Desde sus pies hasta su cabeza, al llegar al cuello, lo muerdo desgarrando al instante su traquea, cuerdas vocales, su vena yugular, no le doy tiempo a que reaccione, solo abre los ojos. No le doy tiempo a que grite. Y llame a sus padres, tomo su sangre como si fuera la ultima cosa que haría en mi vida. Una ves que vacié a la pequeña niña, me doy la vuelta para ir a la cama de su hermano, el cual duerme boca abajo y su remera subida me permite ver parte de su espalda baja. Hago el mismo procedimiento que hice con la pequeña niña, pero en vez de olerlo de pies a cabeza, algo en la piel de su espalda que me llama la atencion y proboca que mi boca se convierta en una cascada. Sin pensarlo dos beses desgarro su piel con mis dientes, el niño comienza a gritar y a moverse frenéticamente despertando a su hermano que se hace una bola en un rincon de la cama y comienza a gritar. Arranco de cuajo el riñon derecho del niño con mis dientes. Nunca ni una otra comida me hizo tocar el cielo como este riñon, con mi mano arranco el otro riñon del pequeño que por la perdida de sangre muere.

Los gritos de los niños, ahora el que quedo vivo, alteran a sus padres que aparecen en la habitación mirando con horror la escena de sus hijos desgarrados y muertos. Su madre empieza a gritar como puerco en matadero mientras cae al suelo de rodillas llorando su padre desaparece y luego de unos segundos y de la nada aparece con un arma, que no tengo ni la mas maldita idea de cual es.

Me dispara en el brazo, pecho y abdomen unas ocho veces, las demás las esquivo.

Escuchando como el hombre, la mujer y el niño gritan y lloran me largo corriendo antes de que me atrapen ya que todos los vecinos estan corriendo/ caminando a la casa alertados por los gritos.

El plomo de la bala me esta debilitando, tengo que sacarmelo en este instante.

Desangrándome corro por el bosque sintiendo la adrenalina, y la peligrosa perdida de sangre, que podría matarme pero no lo hace.

Luego de unas cuantas horas encuentro una casa muy deteriorada que parece abandonada, entro por la puerta de atras y me dirijo al grifo de la cocina, mientras me quito la ropa, abro la canilla y comienzo a limpiarme la sangre, pero no tengo con que mierda quitarme las balas. Con desesperación comienzo a revisar todos los cajones y muebles que me rodean parece que la casa fue abandonada de un dia a otro.

Me sobresalto cuando las luces se encienden de repente, giro mi cuerpo. Una chica aparece en mi rango de visión.

Ella esta descalca con un pantalon corto desgastado, y solo con un corpiño que tiene estampado de frutas. Ella esta temblando de frio, aparte de mirarme con horror su mirada es somnienta, y su pelo esta completamente desordenado, lo que me afirma que ella estaba durmiendo.

No mira mi rostro con horror, mas bien mira con horror mis heridas, escanea mi rostro con sus ojos completamente azules; en busca de una muestra de dolor o algo así. Corre al baño, la sigo no planeo matarla la sola idea me incómoda y provoca que mi pecho duela.

La sigo al baño y veo como busca algo en un bolso de viaje. Da la vuelta abruptamente con una caja blanca que parece primeros auxilios. Choca con mi cuerpo, en ningun instante se muestra asustada, me muestra la caja y señala mis heridas, sin comprender muy bien la situación asiento y me siento en el inodoro mirando todos y cada uno de sus movimientos.

Saca unas cuantas vendas del botiquín y un líquido, comienza a desinfectar mis heridas, con mucho cuidado tanto que logra fastidiarme pero desido no molestarla. Toma unas pinsas de punta delgada y con extremo cuidado saca una de las balas de mi brazo y las coloca en un recipiente. Junto con la otra del mismo brazo.

Coloca las dos rodillas en el piso entre medio de mis piernas, y se consentra en sacar las balas de mi vientre.

No comprendo por que pero su cara de concentración me da gracia, sus cejas fruncidas, sus ojos algo achinados y su lengua sobre su labio del lado derecho. Una de sus manos esta abierta en mi abdomen con un trapo húmedo para limpiar la herida por si sangra. El calor que irradia ella invade mi cuerpo, me gusta que tenga su mano sobre mi cuerpo... es un sentimiento raro, lose. El codo del mismo brazo esta clavado peligrosamente cerca de mi miembro,parece no darce cuenta, y el de su otro brazo, en donde tiene la pinza esta en el hueso que sobresale de mi cadera.

Ella seguramente cree que estoy tensó por el dolor o algo así... y no. Estoy tenso por el extraño sentimiento que recorre mi cuerpo al tenerla cerca.

Se coloca de pie para tener mejor acceso a la bala que esta alojada en mi pecho. Su rostro esta muy cerca del mio, respirando en mi cuello.

Una vez que termina ella me mira a la venda que tengo en los ojos sonriendo.

-Listo.- dice en un leve susurro. nose porque mi voz no salé para agradecerle. Solo estoy concentrado en que si se aleja de mi me muero.

Comienza a guardar las cosas en su lugar y a limpiar el desastre que provoque con mi sangre, no puedo dejar de mirarla, observó todos y cada uno de sus movimientos.

- ¿Te quieres dar una ducha?- dice ella señalando la bañera. Solo me límito a asentir como idiota. - Bien vere que ropa puedo encontrar.- dice y se va del baño, me levanto extremadamente rapido para seguirla pero me quedo en mi lugar.

-¿que carajos me esta pasando?- digo para mi mismo, mientras me giro para abrir la ducha.- es solo una rara chica.-

Perdon no se habia subido completo.

 Jeff The Killer  [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora