Creo.

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Me desperté y la vi a ella arreglándose para salir, pensé en decirle algo, pero cuando me di cuenta de que ella no me vio despierto decidí permanecer en silencio observando.
Concentrada ella miraba al espejo y concienzudamente cuidaba de cada detalle, el cabello, ojos, el tono de la piel y contornos, a veces ella se alejaba de su reflejo y como quién tanto ya hizo eso entendía detalles que solo una mujer puede entender.
Ella era hermosa como de costumbre, pero no tan increíble como cuando nos conocimos o incluso cuando ella se vestía para salir todos juntos. Me quedé allí, pensando en todo el tiempo que se toma para permanecer irresistible y cuánto tiempo le tomó para ponerse mas bella cada vez que despertaba. 

Me quedé pensando también en cuántas veces me olvidé de decirle lo mucho que ella estaba maravillosa. Esa mañana fingí estar dormido y cuando ella se acercó para darme un beso de buenos días, simplemente  la tome de sorpresa y la tire a un  lado de la cama, miré en sus ojos que parecían no entender nada y le  dije:

- Siento mucho,  cuando me olvido de decirte que eres La mujer más hermosa del mundo. Tengo la suerte de que me escogieras.- Ella sólo sonrió, con la misma sonrisa increíble de siempre y que yo hace tanto tiempo no valoraba por la maldita costumbre.

En ese momento, ella salio de la habitación, y yo sentí una gran nostalgia de ella, una nostalgia que hace tiempo no sentía. Realmente me di cuenta de la suerte que tenía por tenerla a ella a mi lado y la suerte que tuve por entender eso sin necesidad de perderla. 

Incorporo mi cuerpo, y lo conduzco al baño, anoche salí a asesinar y volví tarde, sin sacarme la ropa, sin toquetear el cuerpo de Artemis. Simplemente me deje caer en la cama, estoy completamente lleno de sangre tanto de mis victimas y mía, no es recomendable dormir sobre mis machetes.

Abro el grifo de agua, y la temporizo. Me quito la ropa y entro, limpio cualquier rastro de sangre de mi cuerpo y cabello. Una ves limpio me envuelvo en una toalla, tomando la ropa del suelo para colocarla en el cesto de ropa sucia. 

Tomo una remera negra manga larga, ropa interior blanca y pantalón largo color negro. Salgo al pasillo del segundo piso, y camino a la habitación de Johan, el se encuentra ya despierto, parado en la cuna, mirándome y haciendo una seña extraña con sus manos para que lo tome en brazos. Me acerco a el, le coloco el chupete en la boca, no solo porque el lo necesite sino porque me parece demasiado tierno. Lo tomo en brazos y le cambio el pañal, esta barnizado en mierda. 

Bajamos topandonos con un delicioso olor a desayuno, hotkeys y cafe. 

Siento en su silla a Johan, mientras miro como me sonríe. Para luego dejar en frente de Johan su biberón y un puñado de cereales. Da la buelta a la barra desayunadora y deja en frente mio un plato con hotkeys y una tasa de cafe, para luego darme un beso en la mejilla. 

-Buen día.- dice con vos seductora.

-Buen día, princesa.- digo en el mismo tono, dándole una palmada en su trasero. 

-Tenemos que ir a hacer las compras.- dice luego de tragar lo que tenia dentro de la boca.

-Aun me es raro esto de la familia normal, es decir,...- no pude terminar ya que ella me interrumpe.

-Si, lo se Jeff, pero lo prometimos por Johan, luego de todo lo que paso, o lo que le paso a Esme, no podemos arriesgarlo a que nuestros enemigos sepan nuestra nueva ubicación. en verdad estoy cansada de mudarme, cada ves que alguien encuentra nuestra casa, o cuanto te metes en problemas, no quiero que nada le pase a Johan.- dice entre enojada y con temor. 

Se que es normal que ella como madre quiera lo mejor para el, ya que con Esme no triunfamos, y ademas de lo de Esme. Ninguno de los dos tubo infancias buenas, no queremos que eso le pase a Johan. 

Y si nos volvimos a mudar a una casa lo suficiente grande para mi familia, y mis amigos. Ya que algunos de ellos se olvidan que tienen una casa. Lo bueno de ella, es que no esta muy a alejada de la ciudad y ni muy cerca. 

-De acuerdo te entiendo, no mas asesinatos.- Digo sin mirarla a los ojos, ya que eso es una mentira. Todas las noches salgo a asesinar sin  que se de cuenta, luego de esa pequeña pelea que tuvimos hace unas semanas. No por que alguien a jurado que me quiere matar o algo por el estilo, sino que es algo de paranoia que las madres tienen, Rain también tiene paranoia, con Beth.

Luego de desayunar dejamos a Johan en la casa de Rain y Eyeless para que este un rato con Beth, hace dos semanas que no se ven. Luego de la fatídica comida que cocino Leina, Beth enfermo, ahora Rain dice que se siente mejor así que decidimos dejar a Johan con ella para ver si mejora. 

Luego de déjalo con Rain, Artemis y yo decidimos ir a comprar como una pareja normal. 

Esto de vida normal no me esta gustando para nada, es aburrido.

Ademas hace años que no tapo mis cicatrices con maquillaje, se siente raro. Maquillaje en mi rostro y un buzo color negro con la capucha en mi cabeza, dejando mi cabello a los lados de mi cuerpo. Creo que tengo que cortarlo, tengo el pelo mas largo que Artemis.

-Crees que necesitamos esto en la casa.- dice Artemis, y la miro con cara de fastidio, al ver que tiene una botella de aceite. 

-No lo se, tu eres la que cocina.-  digo de mala gana, ella con fastidio literalmente tira la botella al carrito de supermercado que manejo. 

Luego de las compras, en las que ninguno de los dos se dirige la palabra. Ella sube al asiento del copiloto dejándome, completamente solo, colocando las compras en la parte de atrás del auto.

Creo que lo que teníamos antes, esta desapareciendo, creo que ya no nos amamos como antes....

 Jeff The Killer  [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora