La mañana pasó sin demasiados problemas, anoche Ian se había ido poco después de nuestra conversación, cuando todos mis hermanos habían comenzado a amenazarlo a los gritos de que lo castrarían como a un perro si me hacía daño, ellos y sus tristes chistes de lobos. En las clases se podía sentir el entusiasmo por la fiesta, tanto de parte de los estudiantes como del personal, todos no podían parar de comentar sobre que iban a usar, con quien iban a ir y lo genial que iba a estar. El ambiente resultaba verdaderamente contagioso.
El almuerzo transcurrió igual, con animadas conversaciones por todas partes, además de comida deliciosa por ser viernes. Comimos todos juntos como era usual para luego dirigirnos a el gimnasio para el entrenamiento, el cuerpo me dolía aun más que ayer si era posible, pero me negaba a que eso me aguara el día. Una vez en la clase Ian se acerco y me saludo con un beso en el borde de los labios, cosa que agradecí, no me arrepentía de haberle dicho que sí, pero tampoco necesitaba que todos mis compañeros me viesen besar al profesor, en clase, por más caliente que fuese el profesor no estaba bien.
Las peleas durante la clase seguían siendo demostraciones, en este caso le toco enfrentarse a Bastian con uno de los muchachos que me habían mirado babosamente el primer día, uno de esos gorilas con mucho músculo y pocas neuronas. Ya había visto pelear a Bastian y le tenía bastante fe, pero lo que vi realmente me sorprendió. Se movía tan rápido que casi costaba verlo, esquivando los golpes que el otro chico lanzaba, para luego atacar de forma implacable. La pelea se alargo bastante, después de todo musculitos parecía ser un poco más inteligente de lo que parecía y peleaba bien, Bastian se llevó algún que otro golpe, pero finalmente consiguió ganar. Verlo ganar me dio una extraña sensación de orgullo, y al terminar la clase me acerque a felicitarle mientras Luz lo abrazaba sin importarle lo sudado que estaba.
- Buena pelea. - le dije sonriendo, sin saber si debería abrazarlo también o no.
- Gracias Cath .- me dijo el sonriendo atrayendome a sus brazos. Le devolví el abrazo sin dudar, recordando como él me había abrazado al sacarme de mi antigua casa, recordando que por unos breves momentos, él había sido mi pilar.
- Nos vemos esta noche no?- preguntó al soltarme, pero antes de poder contestarle intercedió Luz.
- Si vas con la zorra esa por supuesto que no, me voy a vestir en casa de Cathy porque no quiero ni escuchar su asquerosa y chillona voz.
No pude evitar reírme, apreciaba la forma directa de hablar de Luz, aunque definitivamente debía ser un dolor de cabeza para él.
- No voy a llevar a Katia, la verdad es que ha dejado de interesarme pero no se como dejarla.
- Bueno, felicitaciones hermanito, por lo menos volviste a pensar con tu cerebro, eso ya es un avance.
Me dio cierta ternura como él se puso colorado rápidamente y no conseguía contestar nada más.
- Siento interrumpirlos - Intervino Ian entrando a la conversación.- Pero Cathy tiene entrenamiento y si quiere salir temprano para la fiesta hoy no podemos atrasar nos mucho, así que me la llevo.
Después de decir esto el maldito me cargó en su hombro sin el más mínimo esfuerzo y comenzó a caminar para el interior del gimnasio, apartándome de los chicos quienes todos tenían miradas entre sorprendidas y divertidas.
- IAN BAJAME YA MISMO. - le comence a gritar a todo pulmón mientras pataleaba, pero a éste parecía no importarle.
- Shhh, estas matando mi salida dramática.
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En el amor y la guerra, todo se vale
FantasyCon 18 años todavía no me siento un adulto, pero definitivamente no soy ni una niña ni una adolescente desquiciada, aunque probablemente todavía tengo un poco de la ultima viviendo en mi. La mayor parte de mis preocupaciones se centran en el estudio...