Mi cuerpo se dividía entre correr tras Prometeo para seguir gritándole por imbécil o seguirlo por una razón totalmente diferente, la cual aún no estaba completamente segura. Pero en lugar de hacer algo simplemente me quedé parada, viendo como su espalda de hombros anchos de alejaba de mi, perdiéndose entre la multitud de cuerpos danzantes.
- ¿Qué quería?- pude escuchar que Bastian me preguntaba llegando a mi lado, su presencia ahogando completamente los últimos cosquilleos que se deslizaban por mi piel, yéndose justo como quien los causaba.
- Vino para alejarme de Seth- dije sin poder evitar una cierta carga de burla en mi voz, yo misma no creía completamente eso.
- Claro...- me respondió, aunque creo que no era la única que tenía mis sospechas.
Con el corazón hecho un nudo forme mi mejor sonrisa para el rubio, el se merecía al menos eso de mi parte,y probablemente también mucho más. Suavemente tomó mi mano entre las suyas, y por un momento me encantó sentir como las palabras sobraban entre nosotros, como me entendía sin necesidad de explicarme y como yo no dudaba de él.
- ¿Qué te parece si te invito un trago?- Ofreció a la vez que comenzábamos a caminar.
- Por supuesto, me encantaría.
Lo cierto es que nunca había sido de tomar, no me agradaba el sabor de la mayoría de las bebidas y la perspectiva de emborracharme tampoco era nada atractiva, pero esta noche quería algo diferente,quería disfrutar y quería poder dejar de pensar por más de cinco segundos, así que un trago era una perspectiva más que atractiva. Uno sólo.
Con nuestras manos entrelazadas y su típica sonrisa confiada Bastian lideró el camino a través de la pista, y por un momento no pude evitar sentir como los ojos se fijaban en nosotros y nuestros dedos entrelazados, y no podía evitar sentirme como en los primeros días que había estado aquí, observada y juzgada, pero tal como había hecho antes me forzé a mantener la frente alta y sentí como un peso se levantaba levemente de mis hombros. Tal vez con el tiempo se volvía más fácil ser fuerte, o al menos fingir que lo era. Con un gesto rápido le pidió un par de tragos al chico que se encontraba detrás de la barra, mientras yo escaneaba el salón con la mirada, en busca de mis hermanos.
Sin mucha dificultad los vi, cerca del centro de la pista de baile, todos bailaban y reían, las chicas y algunas personas más en grupo con ellos, claramente pasando un buen rato; todos deberíamos hacer eso está noche, aunque no podía evitar pensar también en los otros tipos de diversión que muchas personas seguramente iban a experimentar esta noche.
Con una sonrisa el rubio me puso un vaso con un líquido transparente, con un par de hojas de menta y hielos dentro de él, tenía un gusto suave a alcohol pero quemaba levemente la garganta al tomarlo. No podía decir que me desagradaba totalmente.
- Así que... ¿qué quería Seth contigo?- preguntó y se notaba como estaba intentando ser lo más casual posible, aunque sus ojos como zafiros me perforaban, diciendo absolutamente lo contrario.
Por un segundo me encontraba incapaz de despegarme de su mirada, había algo en tener esos ojos pegados a mi que se volvía totalmente relajante y aterrador a la vez; no quería que dejara de mirarme, pero tampoco sabía que podía llegar a pasar si seguía haciéndolo.
- No hablamos demasiado realmente, estuvo muy misterioso y dijo algo sobre considerarse nuestro aliado, pero no se si creerle- le conté, omitiendo algunas cosas, que definitivamente iban a morir en mis oídos. - ¿Pero qué fue ese pequeño acto frente a Seth? Pensé que vos eras el encargado de las relaciones personales con los egipcios.
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En el amor y la guerra, todo se vale
FantasyCon 18 años todavía no me siento un adulto, pero definitivamente no soy ni una niña ni una adolescente desquiciada, aunque probablemente todavía tengo un poco de la ultima viviendo en mi. La mayor parte de mis preocupaciones se centran en el estudio...