Estaba en una especie de fiesta al aire libre, veía claramente las luces brillar como pequeñas luciérnagas en el oscurecido cielo, la luna apenas una fina línea, como si estuviera guiñando a todos quienes estábamos debajo. Parecía una enorme llanura, sentía claramente la suavidad del pasto bajo las plantas de los pies, dándome un pequeño cosquilleo, el aire se sentía extrañamente tibio, como si fuera una suave brisa de verano, atravesando el fino vestido de gasa negra que me envolvía. Por todos lados se habían formado pequeñas fogatas que apenas conseguían cortar la oscuridad de la noche, al rededor de las cuales había grupos de personas como sombras, charlando y bailando al ritmo de una música que no estaba completamente segura de donde provenía. Me encontraba sola en medio del prado, pero extrañamente la oscuridad me reconfortaba, envolviéndome como una manta, y aunque no podía decir cómo, dentro de mi sabía que estaba segura allí, aunque no recordaba haber llegado.
Comencé a caminar lentamente entre los fuegos, absorbiendo la tranquilidad y energía del momento, pero sin acercarme a ninguno de los grupos; todos parecían estar festejando algo, algo importante, pero no sabía que era.
- Oh, cariño, te ves más hermosa de lo que jamás podría haber imaginado.- escuche como una voz extrañamente familiar decía a mis espaldas, y sin poder contenerme di la vuelta, el aire atacándose en mi pecho.
Una mujer rubia de unos veintitantos años me miraba con lágrimas en los ojos, su cabello largo y ondulado parecía extremadamente suave y la rodeaba de una manera preciosa. Era de rasgos delicados, nariz pequeña y respingada, una boca de labios finos y ojos de un azul profundo, que solo resaltaba más con las lágrimas acumulándose en ellos; vestía un largo vestido similar al mio, gasa en tonos crema la envolvían resaltando la claridad de su piel y lo menudo de su figura. Era una imagen que había visto toda mi vida en fotografías pero que jamás me había planteado poder ver cara a cara, era mi madre.
- No quiero ponerme sentimental, pero nunca pensé que iba a tener la oportunidad de verte, mucho menos de hablarte, y estas preciosa mi niña- volvió a hablar, y yo aún era incapaz de recuperar mi capacidad de hablar. - Se que esto debe ser confuso para ti linda, pero no tenemos mucho tiempo.
- ¿Cómo es que... - dije sintiendo la garganta seca y sin poder seguir la frase, no tenía sentido, simplemente no era posible.
- ¿Qué estamos hablando, cariño? - completó ella con una de las millones de posibilidades que poblaban mi mente.- Es un poco complicado de explicar, no estas soñando, pero podría decirse que te intercepte en tus sueños.
- ¿Entonces todo esto es mentira?- dije sintiendo como un nudo quería formarse en mi garganta.
- Oh, no, que lo hagamos a través de los sueños no lo hace menos real corazón, es solo que es la única manera en que podía llegar a ti - dijo ella, acortando la distancia y tomando mis manos entre las suyas, se sentían cálidas y suaves.- Como dije no hay tiempo que perder Cathy, y por más que desearía poder compartir un poco de todo ese tiempo que perdí contigo estoy aquí por otra cosa, algo más grande... Cuando morí me dieron una elección, podía seguir mi camino a lo desconocido, en paz, o podía quedarme aquí, en el intermedio como una protectora, aunque nunca podría verte ni a ti ni a tu padre.
- ¿Pero quién te...
- No importa quien fue que me dio la opción, lo importante es que yo sabía que lo que habíamos compartido con tu padre, tu misma mi niña hermosa, había catalizado algo más grande que se venía cocinando hace mucho tiempo, y que tarde o temprano iba a comenzar... nosotros de alguna forma conseguimos terminar siendo parte de ello, y poniéndote a ti en el medio, y me temo que ahora la situación es peor de lo que pensábamos, no hay mucho tiempo más para prepararse, sobre todo con la activación de tu vínculo a tu custos. Cariño necesito que me escuches con cuidado y recuerdes todo esto al despertar, a lo que se están enfrentando es algo mucho más antiguo y peligroso que el partenón griego, y todos, realmente todos están en peligro... El momento de pelear esta cada vez más cerca hija, y aunque desearía poder acompañarte en esa batalla no puedo hacerlo, aunque de este lado estamos haciendo todo lo posible para debilitarlos también; confía en ti misma, en tu familia y tus habilidades, confía en tus instintos mi amor, en lo que tu corazón te diga, en lo que sientas, porque ahí recae la mayor parte de tu fortaleza. Tienes muchísimo poder, y aunque desearía que no tuvieras que usarlo eso ya no es una opción, te convertiste en una mujer fuerte y hermosa mi Catharina, se que tu abuela esta orgullosa, no dejes que nada en este mundo lo cambie, porque quien eres te permitirá salvarlos al final del día.
ESTÁS LEYENDO
En el amor y la guerra, todo se vale
FantasyCon 18 años todavía no me siento un adulto, pero definitivamente no soy ni una niña ni una adolescente desquiciada, aunque probablemente todavía tengo un poco de la ultima viviendo en mi. La mayor parte de mis preocupaciones se centran en el estudio...