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     Inhale profundo intentando concentrarme con todas mis fuerzas en el ejercicio que estaba llevando adelante junto con Diego. Una parte de mí se alegraba porque parecía estar dominando el ejercicio bastante bien, el estilo de pelea era mucho más movido, los pies cambiaban constantemente de posición mientras que las manos llevaban movimientos diferentes pero a su vez coordinados, se caracterizaban por utilizar dos armas, aunque ahora estábamos practicando con las manos vacías; pero no podía dejar de sentir que tenía más de un par de ojos sobre mí. Me había llevado más control mental del que quería tomarme la clase con tranquilidad en lugar de salir corriendo como alma que lleva el diablo, no era la situación ideal ni de cerca, y aunque todavía quería hablar con los chicos dudaba que fuera a encontrar un momento adecuado para hacerlo ahora. Con el pasó de los minutos podía sentir como mi ansiedad aumentaba y confianza flanqueaba, mi cuerpo sintiéndose caliente pero frío a la vez.

     Con un grito por parte de Seth la clase entera se detuvo, volviéndonos para escuchar lo que iba a decir. Debo reconocerle que había sido un buen profesor, se habían acoplado de buena forma con Ian y habían estado haciendo demostraciones y corrigiendo posiciones todo el tiempo, debo decir que con ello se había ganado un poquito de mi respeto, pero aún no confiaba completamente en él. Perdida entre mis pensamientos me había perdido en el cierre que había dado y ya todos procedían a estirar entre el piso acolchado, mientras otros ya juntaban sus cosas y salían lentamente del gimnasio, bebiendo agua. Antes de que pudiera tirarme cerca de donde los demás se encontraban sentí como una mano apretaba ligeramente mi hombro, obligándome a dar vuelta, para encontrarme con una sonrisa encantadora y la mirada brillante de Bastian, quien me ofrecía una botella de agua. Sentí como mi corazón se estrujaba un poco al ver el brillo en sus ojos, a la vez que mis labios cosquilleaban levemente, recordándome como se habían sentido lo suyos.

     - Cath... - dijo a la vez que una sonrisa se extendía por sus carnosos labios y me besaba suavemente en la mejilla, cosa que agradecí.

     - Bastian- le dije devolviéndole la sonrisa pero sintiéndome tensa, no podía hablar con él sin antes dejar todas las cosas claras y definitivamente no podía hacerlo en el medio del gimnasio. - ¿Me acompañarías afuera un momento?

     Con un asentimiento me señaló para que liderase el camino de salida, terminé saliendo por una de las puertas laterales del edificio para intentar evitar el inminente flujo de estudiantes y así tener un poco más de privacidad. El viento era bastante devastador y no pude evitar agradecer internamente cuando el rubio se paró dejándome atrapada entre su cálido cuerpo y la pared, aunque probablemente pensar en eso no estaba ayudando al punto que quería llegar con él.

     -Disculpa que anoche te haya dejado después de la reunión, imagino que tenías muchas cosas que procesar y verdaderamente quiero ayudarte a atravesar todo esto...

     -No tienes que disculparte Bas, en serio, supuse que era importante que fueras con Seth- le dije con una sonrisa, la forma en la que sus ojos me miraban preocupados solo me hacía sentir peor sobre lo que estaba por decir- de hecho quería hablar de lo que había pasado anoche.

     -¿Pasó algo más después de que me fui?

     - Si y no – respondí a la vez que veía la confusión en sus ojos, me odiaba un poco por hacerle esto, pero sabía que tampoco era justo ocultarle lo que había sucedido- ayer después de que te fueras, Prometeo me besó, o nosotros nos besamos, o realmente no lo sé.

     - ¿QUÉ? ¿A qué te refieres con que no sabes si se besaron o él te besó? – inquirió y por primera vez vi verdadera ira en sus ojos, un tipo de enojo del que no pensé que fuera capaz.

En el amor y la guerra, todo se valeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora