Me desperté sintiéndome algo adolorida, era como que el cuerpo me pesaba toneladas y no quería abandonar por nada de la vida mi cama calentita. Recordé que era sábado y por lo tanto tenía derecho a dormir a pata suelta la mañana,pero con esa idea también volvieron los recuerdos de la noche anterior, la pelea y todo.
Me levante rápidamente y me di una ducha, notando que tenía algunos vendajes en mi,uno en la pierna y otro en un costado. Aparentemente alguien se había tomado la molestia de venderme luego de la pelea. Me vestí de forma simple, con unos jeans y un buzo bien grande y salí a desayunar.
En la cocina estaba Eric solo tomando una tasa de café, aún vestido con la ropa de la fiesta que mostraba algún que otro arañón. Levantó la vista al verme entrar para enseguida envolverme en sus brazos, a lo que yo solté un suspiro de gusto y se lo correspondí, quedandonos un buen rato así, el cada tanto dandome un beso en la parte alta de la cabeza.
-¿Cómo estas?- le pregunté aún abrazados.
- Ahora mejor, estábamos todos muy preocupados por vos.
- ¿Están todos bien verdad? ¿Qué pasó anoche?
- Si, estan todos perfectos cariño, algún rasguño y muy cansados pero nada más grave que eso- me dijo a la vez que nos separabamos y puso una tasa de café frente a mi,cosa que agradecía.- el ataque de anoche realmente no se que decirte, es la primera vez que atacan de esa forma acá. Tanto las gorgonas como las arpías son criaturas pre olímpicas, por lo tanto los dioses no tienen control sobre ellas, pero nunca antes habíamos visto un ataque tan organizado hacía nosotros. Las cosas están cambiando y nadie entiende porqué.
- Ayer la última criatura con la que pelee, una gorgona, me dijo que me estaba buscando, no se que mierda signifique todo, pero eso dijo.
Eric quedó un rato callado procesando lo que le había dicho, sus ojos negros concentrados en un punto cualquiera en el aire, se veían cansados. Todo él se veía bastante cansado, marcadas ojeras debajo de sus ojos un poco rojos, la espalda levemente encobrada. Podría ser mi hermano mayor y un semi dios,pero estaba cansado y todos aveces necesitábamos alguien que nos cuidara.
- Decime la verdad, ¿dormíste algo desde la pelea?
Con mi pregunta conseguí obtener su atención y una pequeña sonrisa.
- Todos volvimos hace muy poco rato. Una vez que todo se calmó había que ayudar a vendar a todos y deshacernos de los pocos cuerpos que quedaban en el patio, lamentablemente la mayoría de las criaturas no mueren, simplemente van al limbo por un tiempo, tras lo cual se reintegran al mundo.
- Gracias por vendarme por cierto, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba herida.
- No fuimos nosotros, estabas hablando con Bas cuando te desmayaste, lo cierto es que nos asustaste mucho a todos- me dijo dandome un apretón en el brazo.- era tu primera pelea y no sabíamos como ibas a reaccionar, así que te llevamos a la enfermería donde te cambiaron y vendaron. Una vez que estuvieron seguros de que era sólo el agotamiento y la adrenalina Bas se ofreció y subirte al apartamento y después nos ayudó con las demás cosas.
- Bueno, gracias a Bastian supongo entonces.- Le dije mientras mi cerebro maquinaba mil cosas a la vez. - Ahora te toca a vos descansar un poco también.
- No no ahora tengo que...
- Que descansar- le interrumpí antes de que pusiese terminar su frase.- además de medio dios somos medio humano hermanito, y todos necesitamos descansar.
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En el amor y la guerra, todo se vale
FantasyCon 18 años todavía no me siento un adulto, pero definitivamente no soy ni una niña ni una adolescente desquiciada, aunque probablemente todavía tengo un poco de la ultima viviendo en mi. La mayor parte de mis preocupaciones se centran en el estudio...